tag:blogger.com,1999:blog-31315460.post3637640534297857611..comments2024-03-06T09:25:12.367+01:00Comments on La cueva del gigante: David P.Montesinoshttp://www.blogger.com/profile/00170971252950457688noreply@blogger.comBlogger5125tag:blogger.com,1999:blog-31315460.post-35943725355057751952009-07-01T08:35:03.303+02:002009-07-01T08:35:03.303+02:00Hola, Imperfecto. Vulnerables al encanto de los mi...Hola, Imperfecto. Vulnerables al encanto de los mitos somos todos. Yo, por ejemplo, crecí absolutamente convencido de ser un trasunto de Marlon Brando -ver La ley del silencio y Un tranvía llamado deseo- y tengo la sospecha de no haberme librado de tal fantasma completamente. ¿Y por qué hacerlo, en realidad? Gregory Corso, correligionario de Jack Kerouac, al que Paco ha reseñado, dice en un poema haberse pasado días enteros imitando la sonrisa perlada de Burt Lancaster en "Veracruz". Las críticas y burlas de la gente le hicieron, finalmente, desistir. "Volví a mi cara vacía", termina diciendo. <br /><br />Si escribo sobre Jackson es por qué me atrae, de alguna manera me resulta seductor, nada que no me atraiga en absoluto puede generarme el tipo de crispación que incita a reflexionar. <br /><br />En cuanto a Debord y Kerouac, no tengo duda de que pretendían ser leídos por mucha gente. No obstante, el libro de Debord al que se refiere Paco Fuster va por otros derroteros, su objetivo no es cuestionar la vanidad de las estrellas. Gracias por estar.David P.Montesinoshttps://www.blogger.com/profile/00170971252950457688noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-31315460.post-71916122084931227042009-07-01T08:27:34.560+02:002009-07-01T08:27:34.560+02:00Hola, Paco, no ví la entrevista con Vicente Verdú,...Hola, Paco, no ví la entrevista con Vicente Verdú, en cualquier caso tengo linkeada la página donde aparece su bitácora, por si te interesa. La esquizofrenia entre el consejo de consumir y el de no cosumir me recuerda a aquella frase de lo que no mata engorda, o a cierta mujer vegetariana que conocí y que me soltaba peroratas sobre lo malo que era todo lo que comíamos. Al final, no solo la carne o el pescado estaban matándome, también el arroz y jamón york eran el infierno. La conclusión, si escuchas demasiado es que lo mejor que puede uno hacer es suicidarse, porque lo que hagas siempre va a estar mal.Si consumimos el capitalista mete el motor turbo, proliferan los especuladores y el mercado hace crack, si no consumimos las empresas no pueden reactivarse.<br /><br />Comparto tu impresión acerca de la vigencia de "La sociedad del espectáculo". En 1994, mucho tiempo después, Gallimard publicó apostillas actualizadas del propio autor a tal libro, las cuales se tradujeron aquí junto al prólogo a la cuarta edición del viejo libro en Anagrama. (Puedo hacértelo llegar, si quieres) A ver qué te parece esto, porque te afecta especialmente, bueno, en realidad nos afecta a todos:<br /><br />"La preciosa ventaja que el espectáculo ha obtenido de haber colocado fuera de la ley a la historia, de haber condenado ya a toda la historia reciente a pasar a la clandestinidad, y de haber logrado relegar al olvido, en general, el espíritu histórico de la sociedad, consiste, en primer lugar, en ocultar su propia historia: el movimiento mismo de su reciente conquista del mundo. Su poder parece ya familiar, como si hubiera estado ahí desde siempre. Todos los usurpadores han querido hacer olvidar que acababan de llegar". <br /><br />Voy a buscar tu reseña de Kerouac. Nos vemos pronto, querido.David P.Montesinoshttps://www.blogger.com/profile/00170971252950457688noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-31315460.post-91560581875077376992009-07-01T01:13:31.884+02:002009-07-01T01:13:31.884+02:00Precisamente a Verdú le leí algo así cómo que &quo...Precisamente a Verdú le leí algo así cómo que "no se podía ser artista y feliz a la vez"... luego, entonces... ¿qué menos que vender?...<br /><br />no sé... tengo la sensación que los Kerouac, Debord y algún otro cuasidesconocido, salvo para pequeñas elites que no forman parte de ninguno de los targets manejados por los gurus de la mercadotecnia, suman a su infelicidad cómo artistas, la propia del artista irreconocible.<br /><br />Llamadme incrédulo, pero no acabo de digerir que nadie escriba, haga cine o papiroflexia sin esperar que su obra sea reconocida, reconocible, lo cual me lleva a pensar que hay un puntito de envidia en ese feroz ataque al consumismo mitómano...<br /><br />pura elucubración de quién es infeliz aún sin ser artista...<br /><br />un saludo, amigos.imperfectonoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-31315460.post-34860225106671895202009-06-30T10:59:52.738+02:002009-06-30T10:59:52.738+02:00En mi reseña de la reedición de "En la carret...En mi reseña de la reedición de "En la carretera" de Kerouac, citaba "La sociedad del espectáculo" de Guy Debord y hacía una referencia a Baudrillard, al simulacro. Viendo en lo que se ha convertido el libro de Keroauc y viendo las manifestaciones humanas que ha provocado la muerte de Michael Jackson, por poner dos ejemplos cercanos, me vuelvo acordar de esos autores. Leyendo a Debord (al que por cierto están reeditando ahora muchas cosas; acaban de reeditar precisamente "La sociedad...") y comprobando la actualidad de muchos de sus juicios, me costaba creer que esa obra tuviera más de cuarenta años. Lo que dice sobre el "fetichismo de la mercanacía" enlaza muy bien con "merchandising" jacksoniano que se nos viene encima. Ya he visto en la TV la típica imagen de los neofans que a, título póstumo, que es como se hacen estas cosas, van a la FNAC a vaciar las estanterías en las que previamente, los reponedores han vuelto a colocar los discos de Jackson en la zona noble y visible. A consumir seha dicho...<br /><br />Hablando de consumir, ignoro si viste la entrevista que el hicieron el otro día en CNN+ a Vicente Verdú, al hilo del libro que comentabas el otro día. De todo lo que dijo, casi siempre interesante, me gustó especialmente una reflexión en torno a la crisis y al consumismo de masas: llevan años diciéndonos que no consumamos de forma masiva, que eso da fuerza a las multinacionales capitalistas, y ahora con la crisis, nos dicen que qué hacemos dejando de consumir, que hay que consumir porque si no la economía de desactiva y la gente pierde su trabajo. Estoy de acuerdo: ¡aquí no hay quien se aclare! <br /><br />Paco FusterAnonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-31315460.post-59178765709422475312009-06-28T10:56:22.041+02:002009-06-28T10:56:22.041+02:00David, pongo en tu blog el comentario último que h...David, pongo en tu blog el comentario último que he puesto en el mío, en parte inspirado por la lectura de tu reflexión:<br /><br />"Me ha gustado mucho la reflexión de David P. Montesinos, polémica, incitadora. La que aquí ha escrito y la que ha dejado reflejada en su propio blog:<br /><br />http://lacuevadelgigante.blogspot.com/2009/06/michael-jackson-y-neverland-la-idea-muy.html<br /><br />Reconocemos a un genio de la música y el baile, a un genio de la cultura popular que supo cambiar lo que parecía inamovible. Y reconocemos al muchacho seríamente condicionado por su pasado, por las esperanzas que él mismo alimentó, por sus propios logros, por las exigencias de quienes le rodeaban. Tenemos varios problemas con la muerte de Michael Jackson, problemas inevitables ya. ¿Cuáles son? Son el de convertir su fallecimiento en un símbolo y el de transformar su figura en un mito. Estas conversiones y transformaciones son –ya digo– inevitables gracias a los medios y gracias a la demanda folletinesca del gran público. Hombres que mueren jóvenes por causas enigmáticas; hombres que no tuvieron infancia y de cuya carencia no se repusieron; hombres que supieron estar por encima de las expectativas para después hundirse; hombres que parecían niños, que tenían vocecillas angelicales cuando ya sobrepasaban la edad tardía; hombres que cuando bailaban parecían levitar, como ajenos al mundo real. Hay un peligro, ciertamente, y es el de convertir a Michael Jackson en metáfora de todo un siglo. Eso es lo que hizo ayer el editorialista de El Mundo: “Podría decirse metafóricamente que el siglo pasado se acaba con la muerte de un artista que llevó la lógica del espectáculo hasta sus últimas consecuencias: hacer de su persona la más fascinante de sus creaciones”. <br /><br />http://www.elmundo.es/elmundo/2009/06/27/opinion/16654846.html<br /><br />Resulta pesadísima y mendaz esta prosa que hace del gesto inadvertido o del hecho fortuito o del acto deliberado la expresión de todo un siglo, el siglo XX. Los periodistas haciendo metáforas generalizadoras son una especie peligrosísima, una fuente de contaminación, de confusión mundial. En el futuro, algún historiador estudiará nuestras creencias colectivas, nuestras representaciones colectivas, nuestro trato con la muerte, nuestra relación con lo mágico. March Bloch lo hizo con los medievales. ¿Por qué no lo va a hacer un investigador venidero?<br /><br />Jackson es un mito –mito en el sentido de Roland Barthes– pero como tal es un signo al que se le ha quitado el significado concreto: dejamos su significante y lo rellenamos con restos de folletín, de personaje previsible. ¿Por qué así fue su historia, su vida? Hacemos un caso de su existencia cuando la muerte parece confirmar una derrota y un derrotero fatal, inevitable. Pero Jackson bien pudo no morirse a los cincuenta. Jackson bien pudo envejecer. Lo que parece la fatalidad o la condena son los nutrientes del melodrama que los medios precisan. Y nosotros lo demandamos. Algún día, en un tiempo venidero, un historiador estudiará nuestras creencias…<br /><br />Yo, mientras tanto, seguiré escuchando la música de Michael Jackson. Le hago un homenaje y me hago un homenaje: hoy, domingo, cumplo 50 años…"<br /><br />Fdo.: Justo SernaAnonymousnoreply@blogger.com