tag:blogger.com,1999:blog-31315460.post6154695422433786097..comments2024-03-06T09:25:12.367+01:00Comments on La cueva del gigante: David P.Montesinoshttp://www.blogger.com/profile/00170971252950457688noreply@blogger.comBlogger4125tag:blogger.com,1999:blog-31315460.post-15661070900238571942016-03-12T20:30:19.186+01:002016-03-12T20:30:19.186+01:00Razonamiento muy bien presentado, permítame el cal...Razonamiento muy bien presentado, permítame el calificativo por aquello de la deformación profesional. Quid pro quo, yo le recomendaría la lectura de La posmodernidad y sus descontentos, de Zygmunt Bauman, un filósofo que forjó sus armas para el análisis en la modernidad sólida, lo cual le permite diagnosticar el nuevo escenario que él conoció ya siendo un anciano como "sociedad líquida". No creo que se pueda estar a favor o en contra de la posmodernidad, entre otras cosas porque esta misma no emerge como una antimodernidad ni mucho menos como un nueva época. Es más bien el producto de un giro en una trayectoria que deja de ser rectilínea, lo cual abre una perspectiva nueva sobre lo ya hecho, sin que sepamos a ciencia cierta cuando estamos avanzando y cuando estamos en regresión. La sensación es que un inmensos navíos han naufragado y que ahora, sin capacidad para construir nuevos, nos agarramos a los pecios para seguir a flote. Lo que era sólido sigue ahí, pero ya no es sólido, ha habido un cambio químico, todo se ha licuado, de manera que fluye en torno a nosotros como un espectáculo de magia, sin que podamos ya aferrarnos demasiado a nada, ni al espacio, ni a la cultura, ni a la empresa, ni a la familia... Es un momento de sobreinformación y desorientación, una escena mucho más propicia para la esquizofrenia que para la neurosis. No estamos ya ante un estado freudiano como el del victorianismo, más bien en la confusión de Blade Runner o las películas de Kubrick. Ojala supiera qué es exactamente lo que tenemos que conquistar, pero sí, como usted dice, las formas de dominación toman aspectos y lógicas novedosas, pero siguen siendo lo mismo, estrategias para proteger la oligarquía. David P.Montesinoshttps://www.blogger.com/profile/00170971252950457688noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-31315460.post-35429455355516707312016-03-08T19:06:41.297+01:002016-03-08T19:06:41.297+01:00Debo de reconocerme una chirla intelectual cuando ...Debo de reconocerme una chirla intelectual cuando se trata este tema de la postmodernidad, por más que me esfuerzo sigo sin encontrar a alguien que me ilumine. Tal vez me sienta cada vez más desorientado, pero siempre he creído que la posmodernidad debía de ser la recogida de o bien una buena cosecha o a lo peor la resaca de una borrachera desmedida. Si la posmodernidad es “despreciable” ¿la posponemos a tiempos más propicios?<br />Tengo la impresión de que la posmodernidad, si algo tiene de negativo, es que la sociedad no puede entrar en ella, digamos que es el nuevo status de los poderosos y mercachifles que se reservan únicamente para ellos. Al pueblo le dan un pase para la posmodernidad medieval, ya saben, los emprendedores, el objetivo, la concentración etc. (recomiendo la película Nickrawler) en una economía que autodenominan neoliberal fundamentada en las experiencias recogidas durante la modernidad. Pero todo sigue siendo lo mismo, determinadas clases sociales van tres pasos por delante y ya se han cómodamente instalado en el siguiente nivel, desde ahí nos dirigen. Cuando el resto de mortales entremos en la posmodernidad ellos ya estarán recogiendo los frutos de esta.<br />Sería gracioso de no ser porque es repugnante. La posmodernidad de los mercachifles da más protagonismo al individuo solo con la intención de debilitar la fuerza de las masas bajo una bandera común, diluye las clases en “unidades de responsabilidad” por tanto es el individuo quien fracasa o triunfa en un sistema perversamente diseñado para desarticular toda colaboración. Pero es mentira que la geometría del posmodernismo deseche la revolución, todo lo contrario, la convierte en un arma más sutil con la que enfrentarse al “enemigo”, recoge todos los errores que no se deben volver a cometer. Sin embargo, una vez más, el posmodernismo se ha convertido en la maza 2.0 más eficaz que cualquier otra para doblegar al individuo haciéndole pensar al mismo tiempo que él dirige su vida y por tanto debe comerse sus fracasos sin acudir a ninguna condición externa.<br />Si alguien consigue aislarse en el “nirvana” mientras un niño agoniza a su lado, no deja de ser un sinónimo de quienes hacen oídos sordos ante una ejecución perpetrada por un estado o grupo mafioso. Solo cambia el grupo por un individuo derrotado y que en esta ocasión acepta para librarse del miedo para al dia siguiente producir para el sistema sin estar condicionado por el trauma.<br />Conquistemos la posmodernidad ya que no conseguimos conquistar la era moderna.<br /><br />Miguel Angel<br />Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-31315460.post-78112580768276065552016-03-03T16:55:58.897+01:002016-03-03T16:55:58.897+01:00Hola, Joaquín, en primer lugar quiero agradecerte ...Hola, Joaquín, en primer lugar quiero agradecerte tu presencia aquí. Hace tiempo que no nos vemos y fue un placer tomar un café contigo junto a nuestro común amigo Ricardo Signes. Comparto tu planteamiento, que me recuerda, si acudimos a los clásicos, a algunas de las mejores luces del maestro de maestros, Epicuro de Samos, y, si nos quedamos en la actualidad, a los textos del movimiento Slow Life, algunos por cierto francamente interesantes y que te recomiendo por si no los conoces. Desgraciadamente no me refiero a este tema desde su exterior. Soy un hombre sumamente vulnerable al estrés y ello me ha creado problemas de toda índole, especialmente desde que soy padre. Hube de plantearme muy seriamente cambiar en profundidad algunos malos hábitos. Soy incapaz actualmente de dedicarme a no hacer nada, y no me parece una virtud, al contrario, admiro a quienes son capaces de revelarse contra el tiempo y la obsesión destructiva de aprovecharlo como si fuera un capital que hay que poner insistentemente en valor. "Tengo prisa". ¿Por qué me asalta obsesivamente ese sentimiento? Debe ser que tengo prisa por ser infeliz, me temo. Un fuerte abrazo, Joaquín. David P.Montesinoshttps://www.blogger.com/profile/00170971252950457688noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-31315460.post-55369200142514459962016-02-28T12:10:43.993+01:002016-02-28T12:10:43.993+01:00No voy a discutir contigo, David, si somos posmode...No voy a discutir contigo, David, si somos posmodernos, ultramodernos o cualquier otra monserga; como estudioso de la filosofía sabes que las palabras son solo eso, etiquetas, y que muchas veces están vacías de significado fuera de un contexto académico. Tú lo has dicho, la frase clave de hace años era: “tengo prisa”, como si nos apresurásemos a dejar a ser seres de carne y hueso para convertirnos en sombras. Era la frase previa a este mundo de las redes en que somos sustituidos por avatares en las relaciones personales. Avatares que se licuan y se vuelven a solidificar como el personaje de Terminator 2. Ese estado líquido del que habla Bauman está muy relacionado con ese no parar de las personas- las continúas actividades cotidianas- que impiden que una persona se solidifique, simplemente porque no se está quieta en todo el día. Recuerdo que cuando vivía en Berlin, el profesor de alemán le preguntó a un alumno que había hecho la mañana anterior (había faltado a clase), aquel le respondió algo maravilloso: nicths (nada). Simplemente se estaba solidificando, y para eso no hace falta el pensamiento zen ni profundizar en la posmodernidad: basta con leer una novela durante horas, tener una tertulia distendida, oír música (y no ruido), mirar al techo o pasear sin hacer nada, sin un objetivo concreto. Joaquín Huguethttps://www.blogger.com/profile/11056384046800197422noreply@blogger.com