Saturday, January 05, 2013




DOS PERIODISTAS

2012 ha sido a mis ojos y a mis oídos el año de dos periodistas, Jordi Evole y Àngels Barceló o lo que viene a ser lo mismo -pero bastante más justo por aquello de evitar el culto a la personalidad- el año del programa de La Sexta Televisión Salvados, y el de la SER Hora 25. 

Tengo una relación tempestuosa con la cadena que preside Emilio Aragón. Siempre ha habido algo en su estilo que me resulta sospechoso e irritante. Viendo algunos de sus programas señera, por ejemplo El intermedio, o la línea de sus informativos, me asiste una desagradable sensación de manipulación y oportunismo. Entiendo que el toque desenfadado y cierto aire faltón sirvan para cautivar a ese cinco por cien de la audiencia que permite sobrevivir a una cadena cuyo destino es claramente el sector juvenil. El problema es que la costumbre de hacer continuos juicios de valor, no estableciendo a menudo la necesaria disociación entre la información y la opinión, es tan inaceptable cuando se hace desde la izquierda como cuando lo hacen otros. 

No estoy diciendo que La Sexta sea lo mismo que Intereconomía, porque nada es lo mismo que ésta última. Es más, ni siquiera el extinto diario Público, alter ego en los kioskos de La Sexta, merece ser acusado de equidistancia con los medios más delirantes de la derecha, entre los cuales -y es un virus que se extiende bastante más allá de la esperpéntica cadena del TDT party- lo habitual es el fanatismo, el insulto, la mendacidad y una mediocridad intelectual que califica mucho más a su audiencia que a los propios protagonistas, pues observando con frialdad a los actuales líderes mediáticos del conservadurismo hispano, uno no sabe dónde acaba la fe real en lo que dicen y dónde empieza la voluntad de hacer negocio a costa del adocenamiento de sus seguidores. 

Siempre he dicho que la gran causante de las penurias de la izquierda, su indisciplina, es también la mayor de sus virtudes cuando se traduce en su intolerancia a ser manipulada y tomada por estúpida. Por eso termino irritándome con frecuencia cada vez que pongo La Sexta, porque no soporto que intenten cortejarme al modo sofístico, es decir, halagando mis oídos al confirmar todo aquello que supuestamente yo ya pienso, como si necesitara algún tipo de refuerzo. Si quisiera tal cosa sería un adolescente o me haría de derechas y leería El Mundo, si no lo hago es porque nada me parece más de izquierdas que estar permanentemente dispuesto a revisar las propias creencias. 

Por eso creo que Évole ha sido una bocanada de aire puro en la cadena. Si La Sexta fuera sólo Wyoming, la teoría de la equidistancia sería sostenible -entre otras cosas porque el humor de El Intermedio no parece conocer otro recurso que el de hacerle publicidad a la caverna-, pero con Salvados estamos en otra lógica. No siempre me gusta cómo guionizan sus temas, con frecuencia me huele todo a demasiado previsto, demasiado interés en que cada una de sus pesquisas confirme el diagnóstico que previamente ya han hecho.

 Y sin embargo... y sin embargo han tenido osadía y talento para relatar muchas de las peores y más injustas prácticas que instituciones o grandes oligarcas privados llevan a cabo en nuestro país: las grandes empresas energéticas y sus chantajes, los consistorios y sus recalificaciones,  los partidos y su dedocracia, los bancos, las autonomías, el soberanismo catalán... Évole ha realizado entrevistas magníficas, muy en especial la de Baltasar Garzón, ha sido extremadamente hábil en la elaboración de preguntas y en el trato de personas que le hubieran podido ser hostiles, ha tenido la prudencia -que jamás ha sabido tener Wyoming- de abandonar el terreno cómico cuando el asunto tratado se volvía demasiado serio, como aquel episodio descorazonador en que se nos informaba de la cantidad de alimentos que diariamente se desperdiciaban en España. Creo que hay que felicitarle, nos iría peor sin él. Quizá hayamos encontrado a nuestro Michael Moore... Con todo lo bueno y lo malo que éste tenga, prefiero que exista. 

El otro personaje al que me parece de justicia referirme en este inicio de año es Àngels Barceló. Con ésta no tengo ninguna duda, es magnífica, y lo que ha conseguido cargándose a las espaldas un fardo de tanto peso como Hora 25 me parece admirable. He hecho radio muchos años y al menos he aprendido a distinguir. Parecía casi imposible superar el modelo de informativo nocturno de Carlos Llamas. Barceló lo ha hecho, y lo ha hecho con armas completamente diferentes. Cuando uno pone la radio por la noche ya sabe que no va a limitarse a escuchar la típica tertulia donde un grupo de opinantes todólogos, por lo general varones, van a dedicarse a aleccionarnos con suficiencia sobre lo que debemos pensar de la actualidad política. A Barceló y a sus corresponsales  los hemos escuchado emitir desde los campamentos de Tinduf, desde El Aaiún, donde por cierto se la jugó con las autoridades marroquíes, desde Asturias en pleno motín minero, desde hospitales en pie de guerra porque estaban a punto de privatizarlos...

Cualquiera puede vender información. Cuando ponemos la tele por la mañana comprobamos que casi todos los programas ponen el mismo roll-over servido por la agencia, de tal manera que si tardas más de diez minutos en comerte la tostada llegar a ver hasta cuatro veces la misma noticia de que en Perú un juez hace que los litigios de dinero se resuelvan a golpes sobre un ring o que en Noruega hay un perro que bebe vodka. Y hay una manera incómoda de hacer verdadero periodismo, que consiste en ir a los sitios y contar lo que pasa. El locutor puede opinar, no debe acomodarse a eludir sistemáticamente esa opción, pero debe tener la elegancia suficiente como para dejar que sea el oyente el que extraiga sus conclusiones, evitarnos en suma la prédica del almuecín, que nos destapa obscenamente la Verdad a la que debemos someternos. 

Veo todo esto en Àngels Barceló. De ella sólo he encontrado dos críticas por parte de sus hostiles: que le falta una asignatura para acabar la carrera de Periodismo, y que una vez dijo "¡¡¡¡hoooooostia!!!!" en una entrevista. Por cierto, el otro día comentó, es verdad, que no le parecía justo que se dijera que "Salvados es el tipo de periodismo que hay que hacer ahora". Quien se ha quedado con el titular no sabe que Barceló elogió a Jordi Évole y a su programa, tan solo dio a entender que hay otras maneras de entender la profesión. Por ejemplo la suya en la SER. 



4 comments:

Francisco Fuster Garcia said...

Amigo Motesinos: acabo de leer tu excelente post y coincido con todo en todo el análisis que haces de los porqués del éxito de estos dos periodistas.

Sobre "Salvados", confieso que a mi al principio no me acababa de convencer, pero ahora veo que es de lo mejor que se hace en la tele. Conocía a Évole de su etapa con Buenafuente y sé que - creo que eso es innegable - que es un tipo ingenioso y muy hábil, pero de ahí a que pudiera convertir un programa que empezó como una especie contracrónica jocosa de la actualidad en un espacio de denuncia social, no lo tenía tan claro. Algunos capítulos, como ese reciente de los alimentos al que te refieres, o el de los bancos y su funcionamiento, han dado muchas pistas sobre cómo poder afrontar esos terribles problemas. Y luego de las entrevistas, me quedó con la que le hizo a Julio Anguita en su casas y con la que de Carrillo en la que le recordó aquel episodio con Luis del Olmo y don Santiago le dije que si hacía lo mismo también le iba a mandar "ipso facto" al infierno.

Hablando ya de gustos, a mí Ángels Barceló me parece buena periodista, pero no le termino de coger el punto. Lo mismo que a Francino o Gemma Nierga. Percibo una especie de ansia por demostrar a cada paso que son de izquierdas y que la SER es más libre que ninguna otra cadena, que no me acaba de gustar. Para esa franja horario yo siempre he sido de Carlos Alsina (Onda Cero), no solo por sus geniales editoriales, sino también por el tono inteligente - y a mi juicio, más imparcial que el de la cadena de PRISA - que suele poner en sus entrevistas. Me gusta mucho "La brújula de la economia", es es una tertulia de economistas en la que he aprendido cosas que no sabía.

Un abrazo y, por supuesto, feliz año y salud para toda la familia.

Anonymous said...

Hola a todos!

En lo referente a "Salvados", a mí también me pasa como al señor Fuster. Recuerdo algunos programas en los que Jordi Évole se dedicaba a gastar bromas, para mi gusto desafortunadas, o a mandar a otros a que las gastaran; me vienen a la memoria el de la señora de la lotería de Navidad o a unas chicas que le dieron a un ex Presidente de Comunidad Autónoma una ensaimada de chorizo, ... Sin embargo, creo que se trata de uno de los pocos programas de televisión que, lejos de estropearse con el tiempo, cada temporada mejora. Me parece cada vez más serio, bien es cierto que, de vez en cuando, se cuela alguna "pregunta mamporrera" que le puede dar al programa un punto "sensacionalista" que no guste a todos. Tampoco se pueden comparar los programas de Évole y Barceló porque la radio es un medio que permite llevar otro ritmo más "sosegado" y profundizar más en los temas. Nuevamente coincido con Fuster, no le acabo de coger el punto a Barceló aunque la oigo de vez en cuando; creo que se debe a que, a esas horas de la noche, entre tanta crisis y desgracias, prefiero un punto de humor o de mamporrerismo, como queramos llamarlo. Sinceramente, me gusta que alguien haga la pregunta impertinente que no me atrevo a hacer yo.

En la radio solo escucho la cadena Ser, con los defectos que pueda tener, por lo que no puedo opinar sobre Carlos Alsina. Escucho la radio por las mañanas y Francino me parecía perfecto -no tanto algunos de sus colaboradores-. El tandem Bueno-Nierga de esta temporada no me acaba de convencer. La primera parte del programa me parece bien pero, la segunda no me gusta nada; sólo me gustan un par de colaboradores, el resto del tiempo me parece un programa para "amas de casa" -y que conste que no es un desprecio, que yo soy una de ellas-.

En fin, feliz año a todos! Que tengan mucha suerte!

David P.Montesinos said...

La evolución de mis sensaciones ha sido, con respecto a Salvados, similar a la tuya, Paco. También recuerdo las entrevistas a Carrillo y Anguita a las que te refieres.

Creo que discrepamos respecto a los líderes de la SER. Cada uno de los que has nombrado funciona bien en el rol que la cadena les ha atribuido, aunque desde luego me quedo con Angels. Con Onda Cero tengo un problema, Carlos Herrera, algunas de cuyas actitudes han llegado a producirme repugnancia. Por contra, como no suelo oír La brújula, trataré de darles una oportunidad, te haré caso, vamos.

David P.Montesinos said...

Estimada señora autoproclamada como ama de casa: no tengo nada que objetar, también he detectado desde siempre cierto tono marujil en el estilo de Nierga, pero creo que está astutamente llevado y que los espacios que dirige tienen siempre algunos tramos muy recomendables, como por ejemplo las colaboraciones de Millás o, últimamente, las de Joaquín Reyes. Suerte también para usted en este año que va a ser malo, pero que al menos no incluye el fin del mundo como el anterior.