Wednesday, December 30, 2020

KACZYNSKI


Es oportuno el momento para ver "Manhunt: Unabomber", la serie que produjo en 2017 Netflix sobre el pánico que desató en los Estados Unidos Theodore Kaczynski, autor de numerosos paquetes-bomba entre 1977 y el momento de su detención, en 1995.  Unabomber, que por cierto continúa en una prisión de alta seguridad a la edad de setenta y tres años
, ha encontrado un émulo reciente en un fanático que se dedicó durante unas cuantas semanas a enviar bombas a distintas celebridades que -como Robert de Niro, Obama o los Clinton- se han mostrado críticas hacia Donald Trump, al cual adoraba el personaje en cuestión. Felizmente ya fue detenido y encarcelado. 




Estos días los habitantes de Nashville han vivido uno de estos episodios calificados como de terrorismo no organizado que se dan con cierta frecuencia en los USA. Un tipo que llevaba años intentando desenmascarar a los extraterrestres que dominan secretamente el mundo hizo explotar su auto cargado con abundante material explosivo. Tuvo la deferencia de avisar con un megáfono de lo que iba a suceder, lo que evitó que hubiera más muertes que la suya, pero no una considerable destrucción en tiendas, viviendas y mobiliario urbano, con el consiguiente daño para muchos vecinos de Nashville. Se especula con que no pretendía intimidar a los alienígenas, sino manifestar su desaprobación ante la tecnología 5G. Al parecer el tema le tenía muy preocupado por constituir un proyecto perverso ideado por Bill Gates para monitorizar nuestros movimientos, además de servir para inocularnos el covid... Desconozco si también pensaba destruir en breve a los que comemos carne o vacunamos a nuestros hijos. 


Esto no va a parar, la locura es por definición incontrolable. Y el problema lo diagnosticó con gran sensatez mi madre ya hace mucho: "Locos... he conocido a más de uno con mal fondo; lo que no he visto es a ninguno repartir billetes de mil duros por la calle". 


Kaczynski... A ver. Dado que la teleficción, por cierto artísticamente muy respetable, coincide en lo sustancial con la documentación sobre el Caso Unabomber que podemos rastrear por la Red, no haré mayores distinciones entre la serie y lo realmente ocurrido. Lo que pretendo, más que averiguar la verdad sobre la personalidad de Kaczynski, es propiciar una reflexión sobre la violencia en las sociedades mass-mediáticas. 



Antes de recluirse en una cabaña sin luz ni agua en un bosque de Montana, Kaczynski escribió un manifiesto en el que denunciaba la revolución industrial como el mayor mal de la historia. Apartados de la naturaleza, obligados a contener nuestra energía pulsional para poder integrarnos en el "Sistema", los civilizados contemporáneos hemos tolerado cobardemente la servidumbre al dispositivo tecnoindustrial, destinado a destruirnos al planeta y a nosotros mismos. Así, cultivando lechugas y cazando conejos, 
Theo intentaba demostrar que podemos vivir sin dañar el medio ambiente. El tiempo restante lo dedicaba a fabricar bombas que enviaba a través del sistema postal americano mediante paquetes que, en el momento de abrirse, explotaban en la cara del desdichado destinatario, asesinándole o dejándole terriblemente lisiado. Tres fallecidos y más de veinte heridos son el resultado del original sentido del activismo político que tenía el Unabomber. 


La serie tiene una virtud de la que suelen carecer los relatos convencionales sobre serial killers y asesinos más o menos terroríficos: rastrea biográficamente la raíz de los males que perturban el alma del personaje. 


Kaczynski aparece desde crío como un superdotado en matemáticas. Adelantado en varios cursos a su edad, arrastra algunas experiencias desagradables por su relación con compañeros mayores, a lo que se añade la frustración provocada por la pérdida de un amigo de infancia que, simplemente, prefirió pasar las tardes morreándose con una jovencita. Años después, su admirado profesor Murray le incluyó en un grupo de debate que no era sino una tapadera para un programa lanzado por la CIA en las universidades para desarrollar estrategias de control mental enfocadas a la lucha contra el espionaje soviético. Lo que parecía ser el reconocimiento, al fin, del talento de Kaczynski por un sabio era en realidad una burda manipulación que dañó seriamente la mente del joven. 


"Todos me habéis traicionado", le dice Theo a su hermano, cuyo pecado consiste en haberse sometido al sistema formando una familia, comprando una casa llena de comodidades y manteniendo un empleo estable. No pongo en duda que los episodios vividos por Kaczynski en su juventud fueran crueles y difíciles. Claro que también me malicio que tenía una característica que ya he encontrado en otros supuestos irredentos y antisistema: era tan extraordinariamente sensible para el daño que recibía como poco empático con el que él era capaz de causar a los demás. 




¿Eran poderosos opresores los destinatarios de los artefactos explosivos artesanales que con tanta paciencia diseñaba en su cabaña? No, algunos eran desdichados empleados a los que les tocó abrir el diabólico paquete. ¿Justifica su drama biográfico tanto odio como para lanzarse a aquella carrera infernal durante tanto tiempo? En ningún modo: a mí también me la han jugado unas cuantas veces, los seres humanos me han decepcionado y no me gusta cómo es el mundo, pero no me dedico a vengarme cargándome a inocentes, entre otras cosas porque no creo ser mejor que ellos. En cuanto a la revolución industrial, no sé si es el gran mal de la humanidad, no estoy en condiciones de decirlo, pero lo que sí sé es que no acabaré con ella yéndome a vivir a una cabaña y reventándole la cabeza a bombazos a los ujieres de una compañía telefónica.  



Ya sé que parece fácil denostar a un lunático que se pudre en una pequeña celda hasta el fin de sus días. Los culpables de nuestros males son los capitalistas, los políticos y los líderes mediáticos... Sí, ya lo sabemos, pero a veces me pregunto si de verdad disponemos de criterios sólidos para diferenciar entre el bien y el mal. Alguien dijo que "un enemigo es alguien cuya historia aún no has oído". Oída la de Kaczynsky yo sólo veo a un falso genio obsesionado con un narcisismo tan desmesurado que le llevó a preferir ver arder el mundo antes que resultar insignificante para sus conciudadanos. Por eso, a cambio de la dudosa promesa de detener su "actividad", obligó al Washington Post a publicar su manifiesto, por cierto una colección de vulgaridades, tópicos gruesos y paranoias conspirativas sin ninguna profundidad ni recorrido. 


Dijo Hannah Arendt que el gran problema de la filosofía de posguerra se habría de centrar en la definición del mal. No me preocupa Unabomber, ni siquiera sus posibles émulos. Lo que de verdad me cuestiono es si la ira que emerge en mí, como en cualquiera de ustedes, ante lo inhóspito del mundo, me otorga otro derecho que el de pelear por la justicia con las únicas armas que ésta puede permitirse: la razón y el sentimiento moral.  


Claro que también puede uno ir por ahí poniendo bombas. A Kaczynski siguen mandándole cartas de amor sus admiradores.  



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