Sunday, December 04, 2016

FIDEL

Parece que es exigible tener una opinión sobre Fidel, sobre el castrismo, sobre el comunismo antillano, sobre la revolución hispanoamericana...  De alguna manera todos éramos ya castristas, yo nunca viví con una Cuba sin el Comandante, de igual manera que -llegados a un cierto punto- todos los españoles eran franquistas, incluyendo a los que se sentían hostiles al dictador. Fidel ha sobrevivido, dicen, a docenas de intentos de asesinato, pero es muy dudoso que hoy los cerebros grises de la CIA desearan acabar con él; sospecho que les desasosiega bastante más lo que pueda pasar en una Cuba sin Castro, por eso no creo que les moleste en lo más mínimo que continúe Raúl, ese sucesor al que su hermano, dicen, pensó en fusilar en momentos ya lejanos. 

El ser es tiempo, es decir, desde que emerge una realidad al mundo hasta que, pasados muchos años -casi sesenta en este caso- volvemos a juzgarla, lo que la identifica ya no es su ideario fundacional, sino el milagro de su supervivencia. Castro no es el comunismo antillano, Castro es el castrismo,y así lo será para la historia. 

Es ridículo aseverar que la revolución cubana debe ser loada por haber inspirado las insurgencias de toda América Latina sin percibir que este es un juego de suma cero. Tanto hizo Castro por la ensoñación revolucionaria como por su desencanto. Si hubo un tiempo en que Cuba molestaba por ser la prueba para la región de que el comunismo era posible, después fue la prueba de que, antes que imposible, el comunismo era indeseable. 

De este bucle no encuentran manera de salir quienes todavía ven a Cuba como un referente moral. Los barbudos acabaron con el prostíbulo sur de los USA y los negocios de Capone, pero inventaron la prostitución totalizada para los turistas del mundo con las jineteras; nacionalizaron la producción, pero crearon el mercado negro; eliminaron a la oligarquía de Batista, pero crearon la del Partido; socializaron la escuela y los hospitales, pero se cargaron las libertades; se enfrentaron con mucho coraje al monstruo yanqui, pero para caer bajo el subsidio de Moscú...

No soy capaz de resolver todas estas aporías. Y sin embargo...

Sin embargo hay muchas cosas que me cuesta entender. Por ejemplo, la derecha española tiene una obsesión por el tema cubano que mosquea. Por una parte -y ya que hablamos de contradicciones- no refunfuñaron cuando el pater familias, Manuel Fraga, recibió a Fidel al son de las gaitas. Por otra, la falta de libertades y la falta de bienes de consumo en la isla les tienen sin dormir desde hace mucho. Y sí, en Cuba la gente lo pasa mal, unos dicen que por la inoperancia del comunismo y otros que por el cruel bloqueo de los USA. Pero ¿quieren que les diga cuantas personas son asesinadas al año en la vecina Honduras? ¿Nos hemos informado sobre las causas de la pobreza y la violencia en Centroamérica, donde la mayoría de países son supuestamente democráticos y sociedades libres, es decir, "de mercado"? ¿De verdad creen que Haití es uno de los países más pobres del mundo por culpa sólo de los terremotos? ¿Por qué no les preocupa nada de todo esto? Bien pensado, tan concluyente para demostrar la inconveniencia del marxismo es Cuba como todos los demás para hacer lo propio con el capitalismo.

Y sí, es verdad, la izquierda ha sido ingenuamente procastrista durante muchos años, pero, qué quieren, yo encuentro ya muy poquitos últimamente. De otro lado, se me ocurre pensar en qué suerte de armagedón se montaría si ciertas atrocidades de los norteamericanos, empezando por Guantánamo, fueran cometidas por el Régimen. 

Fidel era malo, claro, todos los dictadores lo son, ya lo sabemos, pero déjenme que les cuente una cosa. Cuando estuve de turismo en Cuba, además de fascinarme con la belleza brutal de La Habana, trabé cierta amistad con una pareja de varones de mediana edad que dormían en la habitación de al lado. En el avión no tuvo reparos uno de ellos en reconocerme que su interés turístico era meramente sexual. También -por lo visto estaba divorciado- hizo algún comentario sobre la maldad congénita que había ido descubriendo con los años en las féminas, dicho sea para que ustedes se hagan idea de la catadura del personaje. Al regreso no pude sustraerme a preguntarle por los resultados de su empresa. Fue al parecer exitosa. Contactaron ya en el hotel a la llegada con un tipo que les "trajo" dos chicas universitarias de Santiago, las cuales se avinieron a pasar los cuatro días con sus noches de estancia de los dos españoles en la capital. Tenía que preguntarles por el precio, claro:

-"No te creas, no gran cosa, las invitábamos a cenar y comer en el hotel y al final les compramos un par de camisetas. Y eso que eran jóvenes y muy guapas, salió bien de precio, la verdad".

Menos mal que nosotros somos europeos y demócratas, no como es Fidel Castro. Como era, quiero decir... se ha muerto... por fin. El mundo será un poco más libre desde ahora. ¿No?

2 comments:

Anonymous said...

Poética entrada. Equilibrar la balanza sin que se detenga en el fiel, un amplio ángulo del que se debe sacar la media.

Usted lo dice. Yo quiero traducir en mi vulgar lenguaje que todo es muy jodido cuando o te bloquea uno o te bloquea otro, cuando te financia uno o te financia otro, cuando te alias con uno y el otro te jode vivo… dar sanidad, educación y supervivencia a unos cuantos millones de personas. Y sabemos que la revolución se pudre… tal vez la resistencia deja de servir a un pueblo cansado. Sin embargo malos alumnos aquellos que no tomen el relevo de ciertas causas.

Las dictaduras son lo que son; una putada, una mierda de sistema (palabra de un anarquista) pero hay absolutismos que no pudieron dejar de serlo por el simple hecho de no abandonar a quienes conquistaron con su lucha unos básicos derechos.
En cuba saben que tras la muerte del comandante es cuestión de pocos meses el cambio… creo que temen más la llegada de los resentidos de Miami y la entrada en un mundo donde vivir en una casa, tener educación, sanidad, y poca comida que vivir como Vivian.

En cualquier caso; viva cuba libre (y bienvenidos al club)

MA

David P.Montesinos said...

En cualquier caso no pretendo habitar ninguna confortable posición intermedia; más bien intento probar la impropiedad de cualquier posición taxativa: si aceptamos que el castrismo es la encarnación de todos los males, entonces olvidamos que el destino de una hermosa isla del Caribe es la sumisión y la pobreza, si nos declaramos admiradores de la revolución, entendida no como la legítima insurrección contra Batista sino como un largo proceso de más de sesenta años, entonces caemos en la contradicción de aceptar que los derechos humanos pueden ser violados siempre y cuando los violadores sean los que nos caen bien.
Dicho todo lo cual, sí, los de Miami, o para ser más exactos, los que pretenden dirigir el rencor de los exiliados, esperan su oportunidad. Y sus intenciones sospecho que no son santas.