Tuesday, August 29, 2023

UN AÑO





Se ha cumplido un año de mi muerte, bueno, de mi casi-muerte. Mi médica de cabecera, una venezolana encantadora, insiste en recordarme en cada visita la fortuna que tengo por haber sobrevivido a un tromboembolismo pulmonar masivo: “de a poco está usted aquí, ¿eh?”, me dice Doña Deisi (se escribe así, ignorantes) incluso aunque solo vaya a pedirle que me saque un tapón de cera.

De este proceso y pasado un año extraigo unas pocas conclusiones, por si les sirven. A saber:

 1. Les quiero mucho a ustedes mis prójimos, pero más me quiero a mí.

2. No es verdad que se mueran los demás, tú también te mueres.

3. El final es chungo, pero puede ser mucho peor que chungo. En uno u otro caso tiene usted que intentar pasarlo bien mientras pueda… no hay otra, les aseguro que no hay otra.

 4. Dios no existe, les doy mi palabra de honor. Recen si eso les consuela, pero San Pedro solo está para que contemos chistes. Es una leyenda, metánselo en la puta cabeza o seguirán viviendo en el error de no entender que solo hay una oportunidad.

5. Cuiden su salud, mimen al personal sanitario y defiendan la sanidad, en especial la pública. No se engañen, por fortuna ya no estamos en la Edad Media…ni deambulando de noche por el peor barrio de su ciudad corren el peligro de morir que tienen por un problema de salud. Vayan al médico a tiempo. El puto psicópata que va a degollarles es el cáncer, las embolias y el covid.

Bien, pues no me he muerto –jódanse algunos-, pero estuve cerca. Resulta que hace un par de días vi que en cierta localidad se anunciaban unos juegos florales consistentes en un “concurso de epitafios”. Sí, de epitafios, así como suena. No de poemas a la Virgen de Fátima ni de novela corta… ni siquiera de relatos en lengua klingon. Pues bien, pensando en qué epitafio me iría bien, me di cuenta que mi imaginación daba bastante de sí, de manera que he decidido presentarme al susodicho concurso. Merezco ganar, sin duda, aunque eso no va a pasar porque el premio de ese concurso, como decía un amigo mío, “está más dao que dao” (Todos los concursos están “daos”, por cierto, y además en todos está Fernando Savater de jurado) Puesto que no voy a ganar, al menos me doy el placer mundano de que lean una parte de la obra con la que comparezco al concurso. Les invito, además, a aportarme ideas. Si después de todo resulta que no está “dao” y gano, les enviaré una parte del busto del Coronel Pereira que, por lo visto, es en lo que consiste el premio.

Ahí van mis epitafios.

1.       Pues, ya estaría.

2.       Lo que más me jode es que me voy sin haber descubierto de qué se ríe José Vélez.

3.       Ya dije que “en descuidarte un poco…”

4.       Te vas un poco con la sensación de no haberte enterao.

5.       No lloréis tanto… Tampoco ha sido tan guay.

6.       Hala, arregladito (Este es muy de las cajeras de Mercadona)

7.       Al menos ya no voy a oír hablar de Rubiales.

8.       Vale, tenía que morir, pero ¿de verdad tenía que irme antes que Bertín Osborne?

9.       Si no he parado de quejarme, ¿por qué no quería venirme aquí?

10.   La peli, regular, pero el final, muy cutre… yo diría que previsible.

 

2 comments:

Anonymous said...

No hay final perfecto.

Anonymous said...

Me encanto tu crítica de Blade Runner. Gracias.