Sunday, February 21, 2021

PABLO HÁSEL


No tengo una sola palabra en favor de Pablo Hásel. A menudo la izquierda se equivoca al elegir a sus héroes, probablemente porque los confunde con los mártires. Conviene entonces recordar la advertencia de Nietzsche: estar dispuesto a morir por una supuesta verdad  no la hace verdadera. 


No me interesa Hásel porque ni en sus raps ni en sus tuits, supuestamente tan incendiarios, me ha fundamentado ninguna de sus opiniones. Todo lo más me ha dicho cosas que ya sabía. Tampoco me escandaliza su encarcelamiento. Hablamos a estas horas de lo sagrada que nos parece la libertad de expresión, pero eso no significa que no tenga límites. También existe, por ejemplo, el derecho al honor o, lo que viene a ser lo mismo, a no recibir amenazas, injurias, difamaciones o agresiones físicas...No manipulemos, a Hásel no le han encarcelado -y esto se ha dicho en estos días- por rapear ni por decir las verdades del barquero. Ni siquiera por decir sandeces como que "Podemos es la pata izquierda del fascismo" o que "si el Che levantara la cabeza llevaría a campos de reeducación a los pijitos que lucen su efigie sin saber quién fue". Lo que ha hecho Hásel es violar reiteradamente la ley. 


Podemos debatir entonces si el alcance punitivo de dichas leyes es exagerado. Parece razonable planteárselo teniendo en cuenta las críticas que viene recibiendo el Estado español desde respetables instancias internacionales debido a los problemas que aquí tienen artistas de distinta índole por lo que dicen, dibujan o cantan respecto de personas e instituciones poderosas. En ese sentido, yo secundaría la propuesta de UP a favor del indulto. Pero, alerta, indulto implica constatación de culpa. Hásel puede ser solo un descerebrado -los hay en todos los bandos-, pero es bueno que los descerebrados sepan que el horizonte irrevocable de sus desatinos no es la impunidad. 


Dejo a Hásel. Me interesa mucho más la corriente de furia que, al modo del detonante, ha hecho estallar su caso. A los grupos de jóvenes que se han manifestado en las últimas noches podría sermonearles que el rapero de marras no es un motivo suficiente para enfrentarse a la policía. Pero si me conformara con eso, estaría simplificando lo que, creo, es un problema mucho más complejo. 


Hagámonos una pregunta: ¿tienen los jóvenes españoles motivos para el descontento e incluso para la ira? Ya sé que es una minoría supuestamente radical la que se manifiesta en las plazas y la que, de forma aún más minoritaria, provoca los disturbios para provocar la reacción policial y la consiguiente atención mediática. A fin de cuentas también son jóvenes los que montan fiestas ilegales en plena pandemia o los tontos de baba que jalean a los youtubers que se van a Andorra para no pagar impuestos. Pero, insisto, las cosas no son tan simples: bajo la crema del café está el café que la ha producido, no sé si me explico. 


Verán. Mientras escribo esto mi mirada se cruza con la de Raquel, que se agita de los nervios mientras completa el examen de Filosofía de 2º de Bachiller que le he entregado hace una hora. En los últimos años Raquel ha venido oyendo insistentemente frases como las que expongo a continuación. 


-Formas parte de la primera generación en la historia de España que va a vivir peor que sus padres. 

-Va a ser muy difícil que alcances estudios superiores, pues hemos entrado en un proceso de mercantilización de la educación de tal guisa que, como en EEUU, te endeudarás con los últimos cursos y el máster que habrás de hacer si quieres que tu título tenga algún valor. 

-Jamás podrás comprarte una casa. 

-Trabajarás en precario hasta que el sistema laboral decida excluirte y dejarte en el paro y la indigencia. 

-Si llegas a anciano no cobrarás una pensión. 

-La seguridad sanitaria de la que gozaron tus padres y abuelos no te alcanzará. Cuando enfermes serás abandonado a tu suerte. 

-Como tu familia es humilde, las probabilidades de servirte del "ascensor social" que fue la escuela pública tienden a cero. En esta lógica del capitalismo global no solo crece la desigualdad, sino que la porosidad social es tan escasa como la de los tiempos de la novela picaresca. Ve diciéndole adiós a todas las promesas de la modernidad. 

-Infinidad de personajes que te han vendido como héroes de la libertad en España están en la cárcel o merecen estarlo por delitos de corrupción o crímenes peores. 

-La ultraderecha ha llegado para quedarse. En los próximos años seguirá incrementando su base electoral y ensuciando el terreno de juego de la controversia política. 

-Seguirán llegando inmigrantes a los que usarán los empresarios sin escrúpulos porque estarán dispuestos a aceptar condiciones laborales que a ti te parecen indignas. 

-Las leyes Mordaza y similares te impedirán exhibir públicamente tu enojo a poco que mees fuera de tiesto. Tu rabia te la guardas para ti. 

-Vas a experimentar las consecuencias de una catástrofe climática... la generación anterior, ahora en el poder, va a seguir hablando del asunto y aplaudiendo a Greta Thunberg, pero no piensa hacer nada para evitar el desastre. 

-No se te ocurra tener hijos, ¿estás loca o qué?



...Podría seguir, pero creo que se me entiende. No me consta que Raquel haya acudido a montar disturbios ni a quemar contenedores, que por cierto es una conducta que a mí me fastidia especialmente. ¿Debería? No lo sé. Acaba de entregarme el examen. Creo que va a aprobar, pienso mientras olvido que en este Instituto nos dedicamos a suministrar mano de obra barata y parados a la patria. 


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