Monday, July 17, 2023

TRES DÍAS EN MADRID




  Acompaño a mi hija al multitudinario concierto de Harry Stiles en Madrid. Miles de chicas -también muchos chicos, no necesariamente gays- aparecen ataviados de rosa chicle, boa de plumas, botas y sombrero vaquero de Barbie... la secuencia de complementos horteras es tan delirante como las actitudes que uno se encuentra en los grupos de niñas y no tan niñas. Todo muy lovely... ¿Ha vuelto lo femenino en su versión más amanerada? Desacreditado por la revolución feminista, se diría que solo había reculado y que se agazapaba a la espera de que un cantante romántico le sirviera como excusa para regresar como quien sale del armario. También se podría aducir que solo es una moda más, otra efímera explosión de signos de jóvenes que quieren sentirse un poquito tontas un par de noches y que mañana se disfrazarán de cualquier otra cosa. Creo, no obstante, que hay algo más profundo e insuficientemente ignorado en este despliegue de colorido amanerado en el que las mujeres "muy femeninas" se sienten tan cómodas como los gays más afectados: nada es más tentador que adoptar la actitud del objeto. En este tiempo donde se nos exige autoafirmarnos como sujetos y cargar con el peso del poder y la libertad, regresar a la condición de "deseable" adquiere una potencia hipnótica. Me arreglo y me pongo guapa "para ser elegida"... Me dijo una mujer cuando le pregunté hace muchos años. "¿Elegida por quién y para qué?". No recuerdo que a eso llegara a contestarme. 



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