Saturday, December 15, 2007





LA ESCUELA DEVASTADA (II)



Ha hecho fortuna entre los docentes españoles la especie según la cual la LOGSE tiene la culpa de todo. No es extraño que haya circulado con tanto éxito el Panfleto antipedagógico, donde el profesor Moreno Castillo lanza una enmienda a la totalidad, no solo contra aquella reforma educativa tramada por el gobierno de Felipe González en los ochenta, sino contra los nuevos aires que en general han ido soplando en el mundo escolar desde hace tres o cuatro décadas. El texto es ciertamente recomendable, pero yerra en una cuestión básica: no entiende que la educación ha cambiado porque ha cambiado la sociedad, una sociedad que ya no demanda modelos de transmisión de conocimientos como los que yo viví de niño, por más que muchos malos profesores se sientan confortados cuando alguien como Moreno -que no deja de ser un colegón gremial de los de palmada de ánimo en el hombro- les dice que un profe es un "especialista en una determinada materia que imparte unos contenidos curriculares y luego pone unos exámenes donde juzga si el alumno ha aprendido o no dichos contenidos". Estaría bien que consistiera en eso lo de trabajar en una escuela o instituto, o en todo caso sería más cómodo. Pero resulta que ni es tan sencillo ni estamos ya a tiempo de que lo sea. Siempre podemos secundar a Moreno y pedir que la educación obligatoria se restrinja a los doce años, y no a los dieciséis como sucede ahora. Esta "solución final", que cerraría la puerta de los centros educativos a miles y miles de niños, sería bien acogida por muchos profesores, pues trasladaría de la escuela a la calle el problema de los miles y miles de niños conflictivos que no han entrado en edad laboral, lo cual supone asumir de partida que el trabajo sobre un adolescente problemático (nueve de cada diez adolescentes son problemáticos, dicho sea de paso) es más especialidad de un policía o de los servicios sociales del ayuntamiento que de un experto en educación. Es algo así como devolverle a la sociedad la pelota de tenis: con la Secundaria Obligatoria nos metieron en la escuela a los niños disruptivos de 14 a 16 años, con Moreno Castillo les abrimos la puerta para que el problema se lo coma el pueblo. Y como decía mi abuela: "así uno se avía mejor".



Que nadie vea en esta crítica sombra alguna de defensa de los reglamentos educativos vigentes en España. Todos sin excepción han fracasado, y ningún fracaso ha sido tan colosal y dañino como el de la LOGSE, por lo que no podemos extrañarnos de que figuras como Álvaro Marchesi -influyente psicopedagogo y presunto cerebro gris de la empresa reformista de los ministros Solana y Maravall- sea probablemente el personaje más odiado en los claustros de las escuelas e institutos españoles. No estaría mal, de entrada, que quienes suscriben el discurso que atribuye a los malos hábitos del profesorado los resultados del Informe Pisa, por ejemplo en lecto-escritura, se planteen si el modelo de sociedad en que hacemos crecer a nuestros niños da al profesor de literatura grandes facilidades para hacer que el alumno se sienta seducido por la posibilidad de leer el Lazarillo. Quizá algunos entiendan entonces hasta qué punto es injusto insistir en esa imbecilidad -tan escuchada a expertos en pedagogía en los últimos días- de que el problema está en que los profesores de dichas materias convierten en obligación y no en placer dichas lecturas. Así de atrevida es la ignorancia, porque ignorante es aquel que, por más títulos que ostente, diagnostica al enfermo desde una biblioteca o un despacho. Son quienes menos saben a qué huele un aula los que más seguros de sí mismos hablan de ella... debe otorgar mucha sabiduría por lo visto haberse leído a Piaget. ¿Creen ustedes de verdad que los profesores españoles de Lengua y Literatura no están interesados en que sus alumnos disfruten leyendo? El problema es más bien que pedirles que lean Anna Karenina es para sus alumnos -expertos en todo tipo de videojuegos y realitys de la tele- un acto de sadismo tal que sería para ellos más ético que el mamotreto de Tolstoi se lo tiraran directamente a la cabeza antes que hacerles leerlo.


Fueron este tipo de especialistas en aprendizaje los que parieron la LOGSE. Y así nos ha ido. Frente a los seguidores del Panfleto pedagógico, creo que la regresión a etapas educativas anteriores supone quedarse en el bucle melancólico del reaccionario. No sólo no es posible volver a la enseñanza del franquismo, es que además me parece indeseable, y lo que es peor, me huelen a reaccionarios por todas partes quienes con tanta alegría olvidan lo que suponía aquello de la letra con sangre entra, el arrinconamiento de los débiles o los apuntes amarillentos de tanto repetir el mismo rollo del profesor de Historia que nos hacía aprender la lista de los Reyes Godos. Ahora bien, incluso ese olor rancio a represión y calzoncillos cagados puede hacerse deseable para algunos con una escuela tan caótica como la que hemos creado. Hablando de la LOGSE y su refinado y tecnocrático ideario, no hay más que ver en que ha quedado el proyecto democratizador articulado a través de los Consejos Escolares -pura burocracia, puro aburrimiento-, el de la participación estudiantil, el reciclaje docente, las ratios reducidas, la dotación de centros...etc, etc... y quizá, en vez de rechazar el impulso de reforma nos empecemos a plantear que la necesidad real de una revolución en los sistemas educativos ha sido la excusa para cargarse la escuela, más en concreto la escuela pública.


No es ajeno a todo esto la difusión de un modelo ideológico mercantilista de la educación que, asumido sin las adecuadas reservas, puede convertirse en uno de esos virus que hace estragos, especialmente si se trata de sistemas inmunodeficientes como la escuela actual. En la última contienda electoral que viví para el nombramiento de director de centro, me sorprendió que, aparte de ser al final la administración y no los docentes o alumnos -habitantes del instituto- los que decidiéramos, los dos candidatos utilizaran en su programa el nombre de "clientes" para referirse a los alumnos y sus familias. Como en El Corte Inglés, la misión del profesor es la de satisfacer a su clientela, que, como ya sabemos, siempre tiene la razón: yo creía que era otra cosa eso del funcionario como servidor público, pero se ve que me quedé en la Revolución con Robespierre o en el ágora antigua con Sócrates. El resultado está a la vista: la escuela pública se va convirtiendo en un reducto infradotado para los débiles, los inmigrantes y los fracasados, mientras la privada -ahora llamada "concertada" porque también es sufragada con dinero de todos"- se ocupa del alumno deseable, cuyos padres dan gracias a curas y monjitas por haber aceptado a su hijito en sus aulas.
Hay otras dificultades de transfondo, más abstractas si se quiere, pero más decisivas. Vivimos ciertamente en un momento de crisis de autoridad, y sospecho que no sólo se trata de la autoridad de los profesores. La evidencia de la dimisión educacional de los padres, que o no tienen tiempo o no tienen ganas ni vocación de educadores, es sólo una metonimia de un problema que se puede extender capilarmente a toda la sociedad: es la tribu la que educaba y es la tribu la que ha dejado de hacerlo. Ya nadie reprueba a los niños en la calle ni en los restaurantes ni en los bares... todos asumimos que hay especialistas para cada cosa, y por la misma razón que atribuimos a la policía la obligación de evitar el delito, otorgamos a los profesores la de enseñar a los niños hasta a como limpiarse el culo. Eso sí, cuidado con decir que el niño es agresivo o indolente porque entonces puede aparecer el energúmeno de su padre como simio dominante a montar el numerito al malvado profesor que reprendió a su hijo por fumar en el water o llamar "gitano" al último alumno que ha llegado de Rumanía.


No hay duda, los modelos normativos de relación social están transformándose a una velocidad brutal, llegando a dar la sensación de que están descomponiéndose sin más. Es de ingenuos no darse cuenta de que tales procesos han de tener un impacto difícil de digerir sobre la escuela. Es lo mismo que puede decirse sobre la revolución en las formas de acceso a la información, que está obligándonos a un reciclaje muy duro en las maneras de asumir el concepto de la autoridad académica y, en consecuencia, de la relación con el educando y el lugar del profesor en el proceso de aprendizaje. (Esto, los acérrimos del Panfleto antipedagógico también creen que es un invento de Marchesi y los psicopedagogos). El síndrome de Naranja mecánica que algunos ven como consecuencia de toda esta indigestión: apatía académica, desidida respecto a la participación, rebrotes de fascismo y racismo, violencia contra los débiles...no es del todo una invención de viejos profes paranoicos. No es ciertamente la asignatura de Educación para la ciudadanía lo que va a sacarnos de este laberinto en el que estamos, entre otras cosas porque pedirle a los políticos arreglen la sociedad mediante leyes es atribuirles un poder del que carecen y, me temo, animarles a empastrar todavía más las cosas. No hay más que fijarse en ese movimiento pendular de leyes y contra-leyes con las que PSOE y PP, a través de la reglamentación educativa, han convertido la escuela en rehén de su mezquino empeño en disputarse el poder a costa de los ciudadanos.

¿Soluciones? Hablemos de ellas.

6 comments:

David P.Montesinos said...

Queridos Tobías y José Luis. Disculpad que no hayamos intercambiado posts, pero soy de esos profesores tontitos que se toman en serio el estrés de los exámenes y eso me ha tenido ultraocupado durante la semana. Me ha interesado mucho el asunto que cuenta José Luis del niño recién llegado. No sé Tobías si estás al corriente del affaire de nuestro amigo Justo Serna con el diario Levante, también hace más de una semana que no he podido pasarme por su blog. Hablamos.

Anonymous said...

Pues hablemos de ello. Nadie prepara a los futuros profesores para enfrentarse a una clase, tienes que aprender por tí mismo y a base de golpes, virtuales, y humillaciones. La "auctoritas" te la ganas tú mismo y acabas sobreviviendo pensando que apenas estás contribuyendo a que el alumno conozca lo que tratas de enseñarle. La labor del maestro me parece que ya la ejemplificaron los antiguos griegos con el mito de Sísifo.

Anonymous said...

Estimado amigo. Recibe un fuerte abrazo y mi agradecimiento. Quiero seguir leyéndote en tu blog. Aunque no añada mis comentarios te leo, ya si te leo: aunque no siempre esté de acuerdo. Abrazos, Justo Serna

Anonymous said...

Que Justo Serna no esté de acuerdo conmigo me hace pensar en algo que le pasó a un amigo con la chica más guapa del instituto. Le regaló flores y ella contestó: "las acepto con gusto pero no creas que vas a ser mi novio". El tipo se fue hecho un brazo de mar, contento y honrado. Gracias, Justo, y les recomiendo como siempre, leer su blog. Ojo al último, en especial lo referido al amigo Jiménez Losantos, respecto al que Tobías relata también -siempre dentro del blog de Serna- una anécdota que me ha hecho reír. David.

Unknown said...

Aunque el asunto es muy complejo y tendría muchas cosas que comentar a propósito de lo que dices, me voy a ceñir al asunto de la comprensión lectora y el Informe PISA. Frente a lo que muchos (en los medios de comunicación) y, al parecer, tú, piensan, esa deficiencia tiene menos que ver con la lectura literiaria que con el trabajo en todas y cada una de las materias. Si los profesores de cada área no asumimos como tarea primordial que los alumnos entiendan los términos (no sólo los específicos) y sean capaces de operar (subrayar las ideas esenciales, resumir, glosar) con los textos con que trabajamos, el problema seguirá existiendo. Y eso es incompatible con un aprendizaje entendido como memorización.
Bueno, no me quiero enrollar más, pero espero que se entienda qué quiero decir.

Anonymous said...

Aqui el señor Zapatero no es mas que un farsante, que no hace mas que permitir que entren inmigrantes ilegales al pais, lo que demuestra su falta de aprecio hacia este pais llamado España,que bien esta que vengan inmigrantes legalmente,pero los ilegales deberian volver a su pais, y deberia ud. aprender que antes de criticar al señor Rajoy,debe esperar a que éste gobierne,porque aqui al unico que deberiamos criticar es a Zapatero,el cual lo esta haciendo de pena.
En segundo lugar,las falacias no son mas que tonterias inventadas por algun chiflado que solo hacen que liar lo que es la verdad.
Por ultimo, la asignatura de Educacion para la ciudadania no es mas que una tonteria inventada por el PSOE para fastidiar a los pobres alumnos que van a la escuela y ya tienen suficiente con sus asignaturas, y tienen que ponerles mas...que ud. al igual que yo ha sido niño y ya sabe lo que es tener que estudiar y pasar apuros, nada mas que decir, un saludo.