Friday, September 09, 2011








11 DE SEPTIEMBRE





1. Lo que queda del 11 de septiembre es un miedo global y difuso, un "miedo líquido" diría Zygmunt Bauman, en tanto que no sabemos muy bien cuál es la naturaleza de aquello que nos amenaza. Conocemos su modus operandi, que tiene mucho de bestial, no sólo por las muertes que causa, sino porque corresponde a personas que parecen haber perdido toda esperanza de salvación en este mundo, hasta el punto de que, al contrario que las bandas terroristas tradicionales, no tienen siquiera la intención de esperar para el disfrute del nuevo orden que pretenden instituir con sus actos. Todo lo demás nos es ajeno porque resulta infernal.

Y como todo lo que se inscribe en el orden de lo diabólico, mezcla astutamente la barbarie del destructor con la misteriosa sofisticación de quien se las arregla para concitar al mundo entero delante del telediario con el primer avión, y proporcionarle después el gigantesco espectáculo de un segundo avión estrellándose en directo contra la segunda torre. El efecto psicológico de esta mediática danza de la muerte resulta tan devastador como lo era para el alma medieval el azote de la Peste Negra.






Todos recordamos lo que estábamos haciendo en aquel momento precisamente porque, desde entonces, vivimos más encogidos, como a la expectativa del desastre que habrá de sobrevenirnos. Recuperamos las imágenes de aquella mañana: esto en realidad ya lo habíamos vivido antes mil veces en el cine. Es ese peculiar aire de trama espectacular, de cine de catástrofes, lo que, incluso hoy, cuando han pasado diez años, continúa confiriéndole al acontecimiento una misteriosa atmósfera de irrealidad. No podemos comprender el 11-S, no entendemos las razones del terrorista, no somos capaces de descifrar sus códigos morales por más películas mediocres que Hollywood cree sobre asesinos de masas y psicópatas. Ya han aparecido teorías paranoicas que encuentran en el 11-S una trama conspirativa de la CIA, el Pentágono o los especuladores financieros. Quizá antes de un siglo ya haya crecido una corriente de negacionistas en torno al asunto, gente que aporte todo tipo de pruebas para demostrar que el 11-S, como el aterrizaje en la Luna o los campos de exterminio de los nazis, es una mentira gigantesca.





2. ¿Qué harías tú? Esta pregunta me la hizo hace diez años un amigo cuando Bush anunció que arrasaría los escondrijos de los terroristas, o lo que es lo mismo, que atacaría a los países sospechosos de proteger a Al Qaeda. Mi interlocutor había quedado fuertemente impresionado por el primer ataque sufrido por los Estados Unidos de América en su propio territorio, de manera que le parecía lógico que el Gobierno Federal defendiera preventivamente a sus ciudadanos atacando...Pero ¿a quien y por qué? Se me ocurrió contestarle que un atentado de ETA en Madrid no sería una razón para bombardear Vitoria, pero no sé si entendió el símil. Aún más estúpida me parece la posición de un compañero, viejo militante de la extrema izquierda, que advertía en aquellos actos de violencia el gesto desesperado de una conciencia colectiva oprimida por Occidente, ante lo cual reconocía a los terroristas la condición de héroes. Aquel feroz revolucionario, secretamente seducido desde la universidad por la alargada sombra del camarada Stalin, debía considerar culpables de toda suerte de perversiones a quienes murieron en las torres -los limpiaventanas incluidos- y, por ende, a quienes lo hicieron algún tiempo después en los metros de Londres o Madrid.

Me gusta citar a Richard J.Bernstein para hablar de este asunto. Su ensayo El abuso del mal es de lo mejor que he leído en torno al mapa ideológico creado a partir del 11-S:



"La batalla que se desarrolla actualmente no es entre creyentes religiosos con firmes compromisos morales y relativistas seculares que carecen de convicciones. Es una lucha entre los que se sienten atraídos por los absolutos morales rígidos, los que creen que la sutileza y los matices encubren la falta de decisión, los que adornan sus prejuicios ideológicos con el lenguaje de la piedad religiosa; y lo que enfocan la vida con una mentalidad falibilista y más abierta, que se abstienen de buscar la certeza absoluta. Hoy en día no nos enfrentamos con un choque de civilizaciones, sino con un choque de mentalidades."


No sé si hemos extraído alguna lección adecuada del 11 de Septiembre. Me pregunto si el éxito electoral de algunos partidos xenófobos -por ejemplo en Catalunya, donde el PP coquetea con corrientes de opinión particularmente inquietantes- no es una consecuencia de ese "abuso del Mal"de cuyos peligros advierte Bernstein. Quizá sea un buen momento para girar la mirada hacia la Primavera Árabe y que a lo mejor las cosas no son como se las imaginan quienes necesitan vivir instalados en visiones simplistas de la vida.


3. No me resisto a referirme, hablando de simplismos, a la polémica que se ha montado esta semana en torno a la entrevista que el presentador del programa de Catalunya Radio El Matí realizó a Vicenç Navarro en torno a la reforma constitucional que acaba de aprobar el parlamento español. Yo les recomendaría que escucharan la entrevista, después de lo cual, estarán en condiciones de opinar. No les será difícil encontrarla en la Red.

¿La han escuchado? Bien. Lo que yo piense del señor Fuentes sería completamente irrelevante de no ser porque resulta que entrevista a un catedrático de la Pompeu I Fabra -un intelectual enormemente influyente, con un curriculum excepcional y una valía que se corrobora en textos
tan imprescindibles como Bienestar insuficiente, democracia incompleta- y que no tiene el más mínimo pudor en valorar de forma insoportablemente prepotente los méritos y la claridad expositiva del entrevistado. No sé qué criterios está aplicando actualmente la radiotelevisión pública catalana para elegir a sus estrellas, y tengo entendido que al señor Fuentes se le considera un locutor de éxito. Habiendo cobrado popularidad desde la factoría de Tele Cinco, y más en concreto desde la de Crónicas marcianas, parece difícil que uno quiera resultar serio y creíble, pero ¿quién sabe? a lo mejor un día nos encontramos a Jorge Javier Vázquez presentando la tertulia nocturna de la Ser. No sería extraño teniendo en cuenta que, como a Fuentes, ya le han dado un Premio Ondas.


En fin, supongo que en las horas libres que le dejaban sus apariciones en el programa se sacó el doctorado en Económicas. Por cierto, no soporto a los presentadores de la tele que salen más maquillados que una puerta; me ponen enfermo los que se pasan el día diciendo que Bruce Springsteen es Dios; no me hacen gracia sus imitaciones de Stoickov ni del Rey; trató de imitar a Wyoming con Caiga quien caiga e hizo un ridículo espantoso; y lo peor de todo, popularizó ese género televisivo de supuestas entrevistas en el que el personaje de turno es una excusa para que el presentador y su troupe de graciosos se dediquen a hacer mamarrachadas durante todo el programa. El día de la entrevista a Vicenç Navarro debió creer que seguía en Tele Cinco.

6 comments:

Anonymous said...

Amigo Montesinos: me entero gracias a tu blog del "affaire Navarro". Tenía - y tengo - a Fuentes por un tipo inteligente e irónico, pero he escuchado la entrevista completa y debo decir que se siente vergüenza ajena. Al margen de que la talla intelectual del entrevistado sea mayor o menor (para mi Vicenç Navarro es un referente, pero eso es una opinión personal), no se puede tratar así a un alguien que cede gratuitamente su tiempo para atenderte.

De todas formas, y por lo que estoy leyendo en Internet, parece que el problema tiene un alcance mayor. Por lo visto, con Catalunya Radio y con TV3 (medios con una calidad de contenidos que siempre he envidiado) está pasando lo mismo que con Canal 9: que el servilismo ideológico con el gobierno del que depenen es tan terrible que termina por sonrojar. La crisis está provocando el cierre de muchos medios de comunicación y de los que sobreviven, muchos lo hacen a costa de perder esa independencia para poder defender los intereses de quien pone el dinero.

Un abrazo triple, para ti y para la familia.

Paco Fuster

David P.Montesinos said...

Gracias, Paco, siempre es una alegría verte por aquí. Lo único que no comparto de lo que dices es la amable consideración que deparas al personaje llamado Manel Fuentes, pero, en el caso de que tú tengas razón y se trate, como tú dices, de un tipo inteligente, se hace especialmente difícil de entender tanto suficiencia y tan poca educación ante un personaje tan reputado como Navarro.

Creo que vas al rastro respecto a las profundidades ideológicas del asunto. El Principado no está libre de este tipo de liberticidios, viene pasando desde siempre con TV3, y tengo la impresión de que cuando gobierna el pujolismo esta tendencia se exacerba, de ahí que sea tan importante llenar de siervos los medios públicos. Entre tanto, y como diría Vicenç Navarro, las libertades van menguando.

Ricardo Signes said...

Francamente, David, no sé de qué te extrañas. Lo que hizo Fuentes es lo habitual en la tele. ¡te acuerdas de los tiempos en los que Soler Serrano se pasaba más de dos horas entrevistando a Borges, Onetti, Josep Pla... Dos cámaras fijas y plano, contraplano. No había más historia. Todo lo llenaba la reverencia del entrevistador y el genio de los entrevistados. Ahora eso resulta impensable: a los dos minutos le pedirían a Borges que cantase algo, harían chistes visuales con su ceguera e intercalarían números de baile o de magia -aparte de un sinfín de anuncios, claro-. La inteligencia y el análisis serio no resultan televisivos. El error no fue de Fuentes, sino de Navarro. Me acuerdo aquí de algo que me contaba un amigo que fue redactor en un programa cultural de Canal 9 llamado "Enquadres". El hombre protestaba por la hora de emisión del programa -que era bastante serio, la verdad-, de madrugada, a la una o más tarde. La respuesta que tuvo del responsable de programación fue que así la escasa audiencia servía de argumento para no programar más programas culturales. Ya ves, pura lógica televisiva.
Un saludo.

David P.Montesinos said...

Hola, Ricardo. Todos tenemos una idiota en casa, pero creo que esto nunca ha sido tan verdadero como en nuestro tiempo, cuando, paradójicamente, hay más canales que nunca. Recuerdo lo que dijo una vez Joaquín Sabina respecto al hartazgo que le producían esos formatos de supuesta entrevista que en realidad eran un entertaiment para hacer todo tipo de payasadas:

-"Últimamente cuando salgo en la tele para que me entrevisten tengo la impresión de que menos entrevistarme pueden hacerme cualquier cosa, cualquier noche sale una y me hace una paja."

Sin comentarios.

O profundador said...

Sr. Montesinos, comprendo su asombro ante la "desenvoltura" (digámoslo así) con que Manuel Fuentes se permitió tratar a un hombre que ya escribía libros cuando él estaba en pañales. Creo, sin embargo, que Fuentes no deja de ser un peón. Acaso pueda entrevistar a un candidato a la Presidencia del Gobierno (¿recuerda aquella entrevista a Zapatero en 2004?), pero es seguro que no será consejero presidencial en materia de Economía. Me preocupa bastante más Jesús Fernández-Villaverde, profesor de la Universidad de Pennsylvania, porque SÍ puede llegar a ejercer influencia sobre nuestros gobernantes (si es que no la ejerce ya), y porque, en sus controversias con Navarro, ha hecho gala de una pedantería y una grosería verdaderamente asombrosas. Lea Ud., Sr. Montesinos, porque la cosa no tiene desperdicio:

http://www.fedeablogs.net/economia/?p=7371

http://www.fedeablogs.net/economia/?p=7293

David P.Montesinos said...

Hola, O Profundador, le contesto en el post siguiente, donde he reproducido su interesante intervención.