Señores de derechas, no hagan caso de nada de lo que dije anteriormente cuando todavía no había caído del caballo: les admiro y pido que me admitan entre sus filas. Ustedes tienen comportamientos dignas de encomio. Llegan elecciones y votan como un sólo hombre, a toque de corneta. Se pueden pasar años rabiando contra su candidato, al que desprecian profundamente, pero luego van y le votan, en un ejercicio de misericordia que sólo cabe encontrar entre los puros de corazón. Dijeron a los encuestadores que iban a votar a Ciudadanos, pero mintieron, a la hora de la verdad dejaron en la estacada al catalán advenedizo de Rivera y volvieron al redil, pues, como ustedes dicen, al final los políticos son todos igual de corruptos.
Su líder no es un dechado de virtudes, no hace más veces el ridículo en público porque lo esconden todo lo que pueden, es verdad, pero tiene una virtud que la izquierda se empeña torticeramente en presentar como lacra: el tancredismo. ¿No se dan cuenta de que dedicarse a fumar puros sobre un banquito del parque esperando a que los rojos se despedacen entre sí es la mejor estrategia? Me lo contó un anciano de Toledo que defendió el Alcázar contra las hordas comunistas en el 36 y acabo entrando en Madrid para certificar la victoria de los buenos: "cuando pasamos estaban disparándose entre ellos, jamás vi cosa igual".
Voy pues a ingresar en su disciplinado ejército. Viviré más tranquilo, me libraré al fin de esa pesada carga que me hizo creer que uno tiene que esforzarse para que el mundo sea mejor. Ustedes aciertan una vez más: la condición humana es incorregible, no tiene solución, y si la tiene, es mejor esperar a que los grandes líderes del mundo, los ricos, nos den las instrucciones oportunas para nosotros limitarnos a obedecer. Así es a fin de cuentas como ha funcionado todo siempre.
Vale, pero, antes de decidirme a dar el paso, me gustaría que me contestaran ustedes a algunas dudas que todavía me asaltan. Son el último escollo antes de decirle definitivamente adiós a Marx, a Bakunin y a una compañera del trabajo que se pasa el día atorrándome con que me afilie a Amnistía Internacional. Helas.
-Siendo yo un imberbe ustedes se opusieron enérgicamente a la ley del divorcio. Inspirados por sus líderes eclesiásticos, lanzaron la especie de que iba a destruir la familia, esa institución sagrada que ustedes defienden siempre con aparente convicción. Después les faltó tiempo para ir a divorciarse, cosa que no critico porque sus matrimonios suelen parecer aburridísimos.
-Después la montaron con el aborto, y en algunos casos llenaron las calles de voces indignadas imprecando a las malvadas que interrumpían sus embarazos. Después les he visto abortar a cascoporro... Están ustedes a favor de la vida, pero sólo para fastidiar a otros. Por cierto, reconozcámoslo, Ruiz-Gallardón hizo lo que ustedes le pidieron, ¿por qué entonces nadie rechistó cuando el Partido le cortó la cabeza?
-Las bodas gays, uno de mis asuntos preferidos, jolines, aquello sí era un cataclismo moral, pero luego han empezado ustedes a casarse bien guapos con personas de su sexo y encima a veces han acudido los líderes que amenazaban con cargarse la ley de zp en cuanto llegaran al poder. ¿En qué quedamos? ¿Odiamos a los maricas o no?
-Hablando de eso de la familia que les mola tanto. Si creen tanto en ella, ¿por qué nunca apoyan las reivindicaciones a favor de la conciliación familiar? ¿Por qué la clase empresarial a la que ustedes adoran considera que una trabajadora que queda embarazada es un atentado contra la sacrosanta rentabilidad y lo que se merece es el despido o una buena reducción de sueldo?
-Últimamente les cae muy bien Donald Trump, candidato republicano a suceder a Obama (el negro). A mí se me atraganta un poco. Me pasa como con Berlusconi, me recuerdan a aquel tipo de mi pueblo que se pasaba el día en el casino, encendía puros con billetes de quinientas y deambulaba por el pueblo del brazo de una fulana. ¿Dónde está la contención evangélica?
-Hablando del tema, en alguna conversación pillaron a un corrupto de nuestro partido prometiendo un "volquete putas". Lo detecto también en periódicos de la derecha, que exhiben en las páginas de propaganda a las trabajadoras del sexo sin ningún remilgo. ¿Por qué los más intensos debate sobre la lucha contra la trata de personas y la explotación sexual siempre se dan en la izquierda? Y de paso ¿por qué les parece bien a ustedes que haya putas pero luego suele importarles un bledo que dichas personas (porque resulta que son personas) vivan vidas miserables y arrastradas?
-Esta curiosidad me inquieta especialmente en los últimos meses. Si grandes próceres de la derecha, normalmente caídos en desgracia por haberse forrado a costa de todos, se dedican ahora a la meditación y buscan retiro espiritual en la espiritualidad budista, ¿por qué entonces nos hacen tragar a todos con las imposiciones de la Iglesia Católica? ¿Es que para sus penitencias no les valen los curas? (Jesús, qué cruz)
-Hablando de este señor, me refiero al nazareno. Yo tengo la sospecha de que si realmente hay Dios no es ningún idiota, y tras leer los evangelios me barrunto que si anda por ahí es entre los refugiados sirios que deambulan tristemente por una carretera de Centroeuropa en busca de asilo. ¿De verdad lo presienten ustedes entre numerarios del Opus Dei, entre los pupitres de coles para niños pijos o bajo los libros de cuentas del Banco Ambrosiano?
-Cada vez que alguien menta los represaliados de la posguerra y la necesidad de exhumar cadáveres de las cunetas, ustedes llaman a no abrir viejas heridas y aprender a olvidar. Cuando alguien habla de olvidar lo sucedido durante cuarenta años con el terrorismo vasco, entonces ustedes se oponen indignados, pues se insulta a la dignidad de las víctimas. No creo que sean tan imbéciles como para contestarme que las heridas prescriben a partir de cierta fecha, en consecuencia ¿pueden indicarme cuál es el criterio que determina cuándo el recuerdo y el castigo a los culpables es pura dignidad y cuándo es simple afán de venganza?
-Así, a discreción, ¿por qué la defensa del medio ambiente y la exigencia de medidas contra desastres como el cambio climático proviene siempre de la izquierda? ¿Por qué sucede lo mismo con las reividicaciones a favor de la igualdad de las mujeres? ¿Por qué la exigencia de asilo a los refugiados jamás viene de ustedes?
-Y para acabar, el personaje de la semana y puede que del años, como ya pasó con el chino de las bolsas que plantó cara a los tanques en Tiananmen... Tess Asplund, la mujer sueca que el otro día se enfrentó heroicamente a un grupo de neonazis que piden, obviamente, echar a los inmigrantes y mantener la pureza blanca de Europa... ¿por qué es la izquierda quien convierte en símbolo a quien no hace sino luchar por la democracia y los derechos humanos?
Tengo ya el carnet preparado, si despejan mis dudas, claro.
4 comments:
¡Genial!
Gracias.
Me cuesta mucho creer que no exista gente de derechas decente, deben estar por alguna parte. (No creo que la derecha del siglo 21, por muy neo liberal que sea, planee una renuncia al sistema de bienestar social, hasta ellos saben que supone una catástrofe social y económica) Me inclino a sospechar que los votantes de “la derecha española” son simplemente unos sinvergüenzas o en el polo opuesto personas de cierta edad que votan PP para que no se quemen las iglesias ni los adolescentes hagan de las calles un picadero (estos no son rescatables)
Entonces supongo que “los decentes” no tienen a quien votar –los de izquierdas me temo que tampoco lo ven claro- tal vez entre ese elevado número de abstencionistas electorales se encuentre unos y otros.
Visto lo visto, si quiere que le den un carnet, tendrá que demostrar que es usted un rufián, puesto que si alega que el motivo es que no quiere que se vuelvan a quemar iglesias me temo que no va a colar. Al ex ministro de industria le dieron el otro dia un homenaje, todos le aplaudían (incluidos los dirigentes regionales y nacionales del PP) lo que demuestra que si logra entrar en la familia nuca se quedará solo.
Pero bueno, en Madrid hemos avanzado bastante con M.Carmena, los centros públicos culturales, polideportivos etc. siguen cerrados a cal y canto los fines de semana, por lo tanto está mejor visto el botellón una vez asumido que el ocio juvenil es de pago, las becas comedor, libros etc están peor que nunca –que ya es decir- pero la anciana que chochea nos invita a recoger colillas de la calle. (me pregunto si esta señora no es uno de los mejores dirigentes de campaña que ha tenido el PP.)
MA
No vivo en Madrid como usted, querido amigo, de ahí que no puedo juzgar el trabajo de Carmena con tanto conocimiento de causa. Creo que para la ciudad debería ser mejor un personaje con su trayectoria que alguien como Ana Botella, acaso deberíamos darle algo más de tiempo. En Valencia, de momento, le aseguro que, al menos, el sistema de señales que emite el gobierno de Ribó parece civilizado y esperanzador comparado con el desierto del ritismo.
No creo que cualquier izquierda sea aceptable solo por el hecho de presentarse como tal, pero puedo contarle hasta qué punto era importante que aquí cambiara el gobierno de ayuntamientos fundamentales, las diputaciones y, sobre todo, la Generalitat. Valencia ha alcanzado niveles de degradación moral y negligencia en la gestión que nos han convertido en una de las comunidades más insolventes y desestructuradas de Europa. ¿Lo está haciendo bien el gobierno de coalición surgido del Botánico? Creo que aún es pronto, pero yo tengo buenas sensaciones por ejemplo en el ramo en que trabajo, el educativo. Me parece que hay que darles tiempo porque han heredado el erial que se ha ido fraguando durante más de dos décadas de un gobierno corrupto e infame.
No creo ser un rufián, pero puedo intentar parecerlo. A mí, como a usted, me gustaría pensar que no es rufianesco todo lo que se mueve en la órbita de la derecha española. Advierto una cosa. El electorado de izquierda exige y pasa factura, lo cual explica que el Psoe atraviese el peor momento de su historia y empiece a acercarse a la insignificancia parlamentaria, de lo que solo le salva Andalucía, cuyas circunstancias son muy peculiares y el miedo -más que razonable- a la derecha determina muchos comportamientos. Es un tema a debatir, pero parece que solo lo debatamos en la izquierda, la base electoral de derecha nunca duda, votan a toque de corneta, como si la corrupción y la negligencia no restaran.
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