Friday, June 10, 2016

ALGUNAS FRASES COMUNES QUE DETESTO

No deambulo en las últimas semanas por los derroteros más luminosos. Aparte de que -confieso mi debilidad- soy altamente vulnerable al estrés, me hallo en uno de esos momentos en que uno va con las gafas del fatalismo puestas y hasta lo más banal e inofensivo se presenta ante mí envuelto en sombras de amenaza. Espero abandonar pronto esta inmersión melancólica, pero mientras forcejeo buscando el aire permítanme que patalee un rato. 

Verán, hay una serie de frases que detesto. Son frases que escuchamos a menudo; quien las dice lo hace como quien fríe un huevo o tira de la cadena, no sabiendo o no queriendo saber de la profunda iniquidad que contienen.  Helas. 

1. "Ese no es mi problema". Mi predilecta. Consigna de los insolidarios del mundo entero. Su verdadero significado es "no voy a mover un dedo por ti porque soy un cabrón egoísta y lo que te pase me la sopla". Estaría bien emplearla cuando un mendigo nos informa de que su familia no tiene qué comer: "ese no es mi problema"... no lo es,  de momento, claro. 

2. "El pez grande se come al chico". Esperaríamos esta aseveración de los peces grandes, los financieros, los grandes hacendados, los amos del mundo en general... pero no, curiosamente se la he escuchado muchas más veces a peces chicos, en concreto a los que prefieren vivir dentro de la panza de los grandes. Quien la enuncia no parece saber que las instituciones y, por tanto, las grandes comunidades, se crean precisamente para paliar los efectos de la ley del más fuerte, de ahí que no vivamos ya en las cavernas. 

3. "El que no llora no mama". Frase preferida de dos especies especialmente insufribles, los maleducados y los pelmazos. Lo peor es que suelen tener razón, es un poco como aquello de que "tiene razón quien más grita".
 
4. "Ha de haber unas normas". Perogrullada que, precisamente por serlo, debe despertarnos sospechas hacia quien la pronuncia. Lo que en realidad pretende decir es "estas normas son las que a mí me vienen bien, luego debes cumplirlas". Se usan mucho para desacreditar al anarquismo, sobre todo cuando no se entiende qué es el anarquismo. 

5. "No estamos en la Unión Soviética". Aseveración típica de los reaccionarios que, al menos en España, sustituye últimamente el imperio bolchevique por la Venezuela bolivariana. También es una obviedad, pero les sirve para acusar a cualquiera que se atreva a decir que la prosperidad tiene sentido si la riqueza se redistribuye. 

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