Thursday, September 19, 2019

POR QUÉ YA NO TE CREO



Si yo tuviera la vocación y la autoridad de un gran hombre de Estado o de un editorialista, insistiría en lo que en las últimas horas plantean personajes como Baltasar Garzón, Felipe González o Iñaki Gabilondo: distribuiría culpas, exigiría dimisiones masivas y reclamaría el derecho de las multitudes a sentirse defraudadas por la incompetencia de la clase política, cuyo tacticismo de bajo vuelo ha determinado que sigamos sin gobierno. Se dijo en el 15M aquello de "no nos representan". Tenían razón los Indignados, pero yo soy un votante de izquierdas, tengo demandas y voté a Pedro Sánchez porque de su campaña electoral y de su trayectoria política deduje que estaba seriamente inclinado a formar un gobierno de frente popular. Me engañó, y no le dejaré que vuelva a hacerlo. Ya ha pedido a los votantes de UP que, en pro del "voto útil" -tiene guasa-, se pasen al PSOE. Conmigo se va a llevar una sorpresa. 


Voy al grano: ¿por qué sé que miente cuando acusa a UP de no haber querido pactar? No sé si hace falta explicarlo, pues en las últimas semanas el PSOE parece más inclinado al "con estos no se debe gobernar" que al famoso relato de que "es Iglesias quien no quiere pactar". En cualquier caso, y como el Presidente en funciones ha retornado a las afirmaciones de finales de julio, vuelvo yo a mis anotaciones de entonces. 


1. El último de los escenarios deseables para UP es una repetición electoral, Iglesias será lo que sea, pero no es imbécil. 

2. Si vas a formar un gobierno de coalición no esperas dos meses desde las elecciones para empezar a negociar, con apenas diez días hasta la investidura. Lo que se pretendía con aquel simulacro destinado al fracaso era alimentar el relato de que el otro -"como siempre ha hecho"- no quería en realidad la coalición. 

3. Tras las elecciones de entonces el problema era la exigencia -ciertamente imprudente- de un referéndum para Catalunya por parte del líder morado. Iglesias rectificó esta vez, incluso cuando se insistió desde el sanchismo en la desconfianza hacia su actitud ante el recrudecimiento del problema en próximos meses, Iglesias declaró su intención de ser leal al Gobierno en aquello que decidiera. 

4. A finales de julio se vendió la especie de que el problema era la presencia de Iglesias en el Gobierno. La desaparición del líder de la formación con la que se va a pactar es una exigencia inaudita y, en mi opinión, impresentable. Aún así, y en un acto de responsabilidad, Iglesias se apartó. ¿Soy el único que se da cuenta de que, como lo que pretendía Sánchez era encontrar una excusa para romper las negociaciones, lo que supuso la decisión de Iglesias fue un problema de discurso y en ningún caso lo que debía haber sido, es decir, el desbloqueo de la investidura?

5. Si estás negociando seriamente no realizas filtraciones malintencionadas para desacreditar al interlocutor, especialmente si incluyes fakes. 

6. Si vas a construir un gobierno de izquierdas con UP no te dedicas a coquetear con Ciudadanos para formar una coalición hacia la derecha; tampoco insistes en suplicar a todas las derechas -solo faltó pedírselo a Vox- que se abstengan para "salvarte" de los extremistas de Podemos. 

7. En el último momento, ya durante la sesión parlamentaria, Iglesias hace la petición de una secretaría de trabajo sin valor real, se le contesta entre risas que, efectivamente, es algo inútil... Puestos a jugar a Maquiavelo, ¿no hubiera sido más astuto contestarle que sí y ganar la investidura?

8. Una vez fracasadas las negociaciones, UP insiste en la necesidad de retomarlas, posibilidad a la que se niega el PSOE. ¿Por qué? Hay un punto, poco antes de la investidura finalmente no realizada, en que Iglesias afirma que si se recupera la última oferta está dispuesto a aceptarla. Sale Ábalos entonces a espetar que "ya es tarde". ¿Cómo "que ya es tarde"? ¿Saben que estamos hablando de los intereses de cuarenta y cinco millones de españoles?



Vale, dejamos la farsa y hablamos de lo serio. ¿Por qué Sánchez no quiso nunca pactar?


1. Porque cree que unas segundas elecciones pueden ser devastadoras para UP y favorables para él. Sánchez, antes que con los intereses de los españoles, sueña con acabar con Podemos y regresar al bipartidismo del que, al parecer equivocadamente, nos hemos alejado los ciudadanos. 

2. Porque la CEOE y el Ibex 35, por no hablar de poderes de rango internacional, le han advertido reiteradamente contra la presencia de grupos de "extrema izquierda" en parcelas de poder tan serias como la laboral, la fiscal y la económica. El PSOE es un partido muy bien financiado que, al contrario que UP, puede sufragar una nueva campaña electoral con su correspondiente aparato propagandístico. En cualquier caso está fuertemente endeudado con los bancos, los cuales le están recordando que la cosa no es gratis. 

3. Porque, como cualquiera, quiere gobernar en solitario... Sabe que no va a conseguirlo; por eso en su hoja de ruta está el pacto de gobierno con un Ciudadanos en serios apuros o, en todo caso, forzar una abstención de las derechas. 


La tercera y última pregunta, ¿y qué hacemos? Escribo este artículo con la evidente preocupación que me produce el intenso malestar entre las personas con las que me relaciono a diario, muchas de ellas personas moderadas y sensatas que temen que lo que va a conseguir Sánchez es poner a Casado en la Moncloa. Esas personas tienen intereses y aspiraciones que nada tienen que ver con las estrategias partidistas. No sé a ustedes, a mí y a las personas que me rodean no nos importa en lo más mínimo cuáles son los intereses de ningún partido político. Si no tenemos claro que lo que está en juego es el bienestar de la ciudadanía y no el futuro de Sánchez, del PSOE, de Podemos o de cualquiera que se dedica a vivir de la política, entonces nos merecemos que finalmente gobiernen las derechas, que esas a fin de cuentas si tienen claro que se unirán para tomar el gobierno a la menor oportunidad. Entre tanto, y como ya me han insinuado algunos, podemos pensar en la abstención, en votar a Vox para fastidiar o, como es mi caso, en votar a UP, aunque solo sea porque estoy harto de ver cómo se les echa sistemáticamente la culpa de todo. 



Pero hay algo mucho más constructivo que todo eso: preparaos para regresar a las calles. No sé si algunos van a necesitar ver a la ultraderecha en el gobierno para volver a indignarse, pero sospecho que es la perspectiva a la que nos abocamos. 


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