ZAPATERO
Estoy lejos de Zapatero en casi todo. Me cuesta encontrar afinidad con esa cargazón de hombros de castellano adusto, esa paciencia de escriba venido de labriegos que esperan pacientemente a que pase la escarcha de madrugada para acometer la faena de la viña. Pero no son las conexiones emocionales las que deben guiar el voto. Acaso por ello debo recordarme que el segundo gobierno PSOE de la democracia ha sido menos tenebroso y contradictorio que el del felipismo, pero bastante más inoperante y falto de verdadero poder transformador. Burgués radical en el sentido más estricto del concepto -que tomo de la tradición liberal-, Zapatero ha impregnado con su sistema de señales a todo su entorno. Incluso quienes -como Rubalcaba o Solbes- no son "sus hombres", han adoptado sin grandes resistencias su lenguaje, se les ha dejado ser ellos mismos sin presiones para terminar haciendo valer sus virtudes como herramientas del nuevo modelo.
En realidad Zapatero no ha hecho apenas nada. Conozco bien una de las parcelas donde más polvaredas se han levantado: la educación. El PSOE no ha regido ese ámbito, tan solo lo ha simulado con una maestría que no se explica sin la secreta colaboración de la Iglesia, cuyos capitanes han escenificado perfectamente su falsa guerra civil con el espantajo de la asignatura de Educación para la ciudadanía, estandarte de una indignación sobreactuada, cuyo verdadero objeto es ocultar que las fuentes principales de la financiación de la Iglesia Católica están más garantizadas que nunca.
Leyes osadas como la del matrimonio gay o la de la memoria histórica para escorar a la izquierda el perfil del gobernante allá donde menos hay en juego... leyes realmente socialistas como la de Dependencia, que fue hecha para no ser aplicada y dejar en evidencia a las autonomías enemigas... prácticas de riesgo como las conversaciones con ETA convertidas por primera vez en reality a un paso de ser retransmitido en directo... salida de las tropas de Iraq con el aderezo pasteloso de la "alianza de las civilizaciones"... regularización de inmigrantes como sutura impotente en la gigantesca herida de la precarización laboral y la economía sumergida...La verdadera genialidad de Zapatero ha consistido en hacer creer que había un conejo en la chistera, ocultar en suma la impotencia de los gobiernos socialdemócratas -y más los de la Europa no central- para contrapesar el tsunami de la globalización y la turboeconomía... incapacidad para controlar la brecha social que cuyos lados se alejan, redistribuir racionalmente los beneficios que va dejando el enorme potencial productivo de la Nueva Economía, controlar fiscalmente los cíclopes empresariales transnacionales, frenar los nuevos modelos delincuenciales, imponer la solidaridad entre comunidades locales, frenar la descomposición de la escuela... Frente a las estúpidas acusaciones del oponente, Zapatero no es culpable de nada, su truco ha sido escamotearnos la evidencia de que conduce una máquina cuyos mandos no responden.
El mejor escaparate de todo ello son los "SUPERDEBATES" televisivos de estos días, acontecimiento mediático a medio camino entre el enterteinment americano y los derbis Barça-Madrid del futbol patrio, que se ha celebrado como "una gran victoria de la democracia y convirtieron en estrellas a las empresas de sondeos, esas que pueden cuantificar la victoria de un candidato en un debate diez minutos después de concluir éste con la precisión propia de los partidos de baloncesto.
Bien, y ahora llega la gran pregunta: ¿por qué votar? y, más en concreto, ¿por qué votar a Zapatero?
Hay algo del debate televisivo nocturno del lunes con lo que me quedaría por encima de todo. Tuve la impresión durante su desarrollo que Rajoy estaba más suelto, más convencido que Zapatero. Manejó sus cartas con decisión y acorraló en determinadas ocasiones a un oponente, que -acaso más seguro de su ventaja- jugó la baza de favorito y se agarrotó por el miedo a fallar. Más allá del contenido de las intervenciones del popular, con alusiones demagógicas y profundamente contradictorias a materias inflamables como la inmigración, la negociación con ETA, las guerras del agua o la solidaridad entre regiones, daba la impresión de ser él quien iba marcando la pauta del debate... Hasta que la presión de la adrenalina le pudo -da igual que estuviera preestablecido- y tuvo que decirlo... "Usted agredió a las víctimas" Zapatero quedó perplejo... "... me reafirmo"... dijo mirando al presentador, como queriendo convencerse a sí mismo de su carácter enérgico, eso de lo que sus propios correligionarios le acusan de carecer.
Eso que dijo Rajoy no merece mayor análisis que el psiquiátrico. Lleva años escuchando como le llaman "maricomplejines" desde la emisora obispal de ultraderecha, ha tenido que guardar en el armario de la vergüenza a Acebes para no empujar a la izquierda irredenta a abandonar la abstención, tiene que tragar con la popularidad de algunos conservadores como Gallardón o Rato que no huelen a postfranquismo... Tenía que hacerlo, tenía que sacar lo peor de la derecha, el diente retorcido, el rencor por el arribismo de los rojos que les robaron las elecciones, el miedo a pasar por blando ante la línea dura... Sencillamente la cagó. Y Zapatero quedó ante el mundo como el bueno de la película. Una vez más.
Un amigo de infancia y juventud lo ha dicho: "no se alteraba ni si le ponían plomo hirviendo en la silla". El problema de la derecha es que aún no ha entendido a Zapatero, calificado por Rajoy como el "más radical de los dirigentes europeos". Funciona el viejo fantasma -vean publicidad electoral- de los rojos como expropiadores con carnet e incendiadores de iglesias. No le entienden, y por eso a veces le acusan justo de todo lo contrario, de bambi buenista e ingenuo.
No me gusta Zapatero, no me conmueve, no me seduce. Creo que es un tipo durísimo, un luchador hervíboro que aguanta los golpes hasta que el rival se cae de puro maduro, pero le falta el encanto y el talento -indiscutibles- de Felipe González y la valentía para el ataque y la denuncia que la socialdemocracia ha dejado definitivamente en manos de la izquierda no parlamentaria. No me gustan sus gestos ni sus forzadas metáforas... no me parece locuaz ni enérgico ni demasiado creíble...Pero tiene algo que envidio. Cuando aquel tipo tan mediocre y olvidable le insultó, consiguió que alguien mordiera el anzuelo... El problema es que ese alguien fui yo. Salió el tipo violento, colérico y vengativo que llevo dentro y que mis allegados creen intuir en ocasiones... Zapatero, por contra, no reaccionó, se limitó, balbuceante y perplejo, a pedir explicaciones frente a un rival envalentonado que, sin saberlo, acababa de estrellar su puño contra el aire, una de las maneras de que un boxeador vaya a la lona. "¿Pero de qué estás hecho, tío?", pregunté al presidente desde el sofá en el que me removía... Unos segundos después entendí. Ante una situación de máximo estrés, respondió haciendo caso de sus primeros instintos... Eludió la provocación, siguió adelante... Se sentó con paciencia de labriego castellano a que amainara y siguió su camino.
Por eso le van a dar cuatro años más. Por eso yo no soy presidente -y es bueno que así sea-. Por eso Rajoy tampoco lo será. Y después, sólo el olvido.
14 comments:
Cuando Zapatero fue aupado al liderazgo del PSOE mi primera impresión sobre él fue que tenía pinta de primero de la clase por empollón más que por talento. Nunca ha brillado por sus cualidades oratorias y estoy totalmente de acuerdo en que su política es más efectista que efectiva. Si nos fijamos mínimamente y no nos dejamos sorprender por los voceros de la derecha, o por las apariencias radicales de algunas de sus medidas, los avances sociales que ha tenido este país durante su mandato se quedan en casi nada.
Nunca he compartido aquello de la capacidad para seducir de González, incluso me resulta difícil determinar a quién detesto más si a Felipe o a Aznar. Pero no hablaré de personas en concreto sino de la impresión general que me produce el país. ¿Se puede ser más justo en la redistribución de la riqueza estando en mundo globalizado en el que las transnacionales imponen sus criterios por encima de las decisiones de los Estados? ¿Se debe aceptar con resignación la mano dura con los emigrantes que propone Rajoy sin tener en cuenta el estado de miseria y explotación que sufren en sus países? ¿Se ha de aceptar sin rechistar un españolismo casticista en lugar de buscar nuevas soluciones a la vertebración del país? Es verdad, Zapatero no va a resolver ninguno de estos problemas pero tiene la capacidad de hacernos creer que lo va a intentar. ¿No estamos, como dice Bauman, en una democracia basada en la seducción? Pues Zapatero ha sido capaz de crear una situación que le da aires de modernidad, de racionalidad progresista, de sintonía con los desfavorecidos. Es mentira claro, pero dado que lo único que se puede hacer es no agravar problemas evitemos el camino que lleva a que los ricos sean más ricos, a que los emigrantes sufran más de lo necesario o a que estalle en toda su virulencia el problema nacionalista. Y esto no significa votar necesariamente al PSOE sino votar contra el PP.
Tengo dos cosas que decir, o tres, da lo mismo:
-La primera, que a los cargos del poder ejecutivo se tendría que llegar por méritos académicos. Es decir, que el ministro de economía fuera el economista con mejores notas del país, que el ministro de agricultura fuera el ingeniero agrícola con mejores notas del país... etc. Imagino que sería un metodo con fallos, pero más coherente que el actual, ya que ahora el único mérito para ser ministro es demostrar que eres mejor cantamañanas que el resto.
- Segunda cosa. ¿Son estos dos los mejores cantamañanas que ha podido dar mi bendio país? Quiero decir, que no hay mejores cantamañanas que estos dos. Es que tanto el que tiene cara de pederasta como el que tiene cara de tonto no durarían ni diez minutos en el patio de cualquier colegio.
- Tercera cosa. España necesita un cantamañanas como los de antes, un Felipe González de esos que te robaba y te convencía de que te había hecho un favor. Yo no creo en los políticos, no voto a nadie por vergüenza propia, porque me da vergüenza votar a los tontos del patio. Además, que no creo que los políticos intervengan mucho en el devenir de un país, ellos se dedican a hacer el cantamañanas y las cosas funcionan sin que nadie se dé cuenta. De este modo, lo único que les pido es que sean un buen par de cantamañanas, ya que no podemos tener ingenieros en el gobierno, pues que tengamos a los mejores cantamañanas, que busquen, coño, que tiene que haber alguno mejor que estos que no nos deje en ridículo allá por donde vayamos.
Y la mejor prueba de que estos dos son unos pésimos cantañamanas es que nadie hace chiste sobre ellos. Y de lo que un español no hace un chiste es que tiene poca, pero muy poca gracia.
Sospecho Tobías que, donde dices Bauman, has podido querer decir Baudrillard, o al menos es el francés el que más asoció dicho concepto a su obra, aunque lo dejó difuminarse en sus últimos ensayos. A Bauman le asocio más bien con lo de "sociedad líquida", que tiene algo que ver, pero sus claves de inteligibilidad no son exactamente igual. Bien, ya que nombras a Bauman, creo que es quien mejor me ha ilustrado sobre el problema de los gobiernos socialdemócratas: impotentes ante la globalización, con todo lo que ello implica, empezando por la incapacidad para gravar fiscalmente a las grandes empresas transnacionales (no sé si has oído las últimas noticias en torno a Linchestein, hermoso paraíso fiscal,con simpáticos ricachones españoles implicados), tienden a buscar su granero electoral en aspectos como la seguridad, tradicionalmente asociados a la derecha. Yo creo que el mejor candidato es el que mejor disimula esa impotencia, el mejor debate es el que permite a los media -con sus records de share- hacer creer que "la política vuelve al país". Al final es la televisión la que gana, ella es la que decide lo que nos pasa, nos lo dice y nos lo creemos. Se ha decidido que los españoles estamos en este envite del debate televisado y todo se reduce a los gestos, los "errores", el fragor de la batalla, los nervios... todo ese tipo de detalles que están muy bien para los periodistas y para el futbol pero que en absoluto guardan transitividad con lo que es un buen gobierno. Por cierto, está pasando algo así en USA con Hillary-Barack, the politicy retuns... sí muy bien, pero se trata de entertainment. La gran cuestión es que la maquinaria de la representación, sobre la cual se construyó la tradición democrática ya solo ofrece signos, signos que, como los cohetes de artificio, tienen un vuelo corto, ruidoso y luminoso, y son rápidamente olvidados y sustituidos. Precisamente porque no hay "política real" detrás, los signos proliferan ingrávidos por los media, sin ningún miedo a desplomarse y hacerse daño porque la fuerza gravitatoria de la política los ha convertido en simulacro. Como coca cola, el real madrid o benetton, zapatero es una marca... el marketing político, que se rige por las mismas claves que el empresarial, busca siempre marcas con "valor añadido", algo así como un michael jordan para nike. Zapatero es eso, pero no estoy seguro de que sea algo más. David
Alvaro, creo que tienes razón en lo sustancial. Votaré a Zapatero, creo que por fastidiar a un par de personas que me caen mal, pero no me siento capaz de convertirlo en universal imperativo moral...En cualquier caso, te secundaría en un abstencionismo activo. Larga cuestión a debatir: "cómo articular el nuevo espacio público al margen de la partitocracia?"David
(Me parece que la aclaración que envía Tobías por mail es pertinente, de manera que la incorporo a los posts. Espero que no le moleste. David)
Ya te dije que estuve leyendo el último libro que ha salido, no que ha escrito, de Bauman. Se trata de "Libertad" (que por cierto, vi el otro día en la feria del libro de ocasión a bajo precio en una edición más antigua) y en él explica las democracias actuales como regímenes basados en la seducción del consumo. Nuestra única libertad consiste en decidir que queremos consumir y cualquier decisión sustancial nos ha sido arrebatada. Ciertamente, tal y como yo he utilizado la palabra "seducción" en el comentario de tu escrito sobre Zapatero se asemeja más a los términos en los que habla Baudrillard
Tobías
Veo que Álvaro tiene razón en un comentario que me ha hecho personalmente esta mañana. Lo de "guarda transitividad" no es pertinente en mi intervención larga. La verdad es que fue escrita demasiado aprisa. Lo que quería decir es que no hay transitividad real -solo simulada- entre el carisma televisivo y la labor del gobernante. De que uno de estos dos señores "gane" el debate no transitamos a que sea necesariamente el que mejor gobierne. Estaría bien que algún día gobernara un tipo tartamudo, cocainómano y friki, un perdedor nato del medio televisivo que, sin embargo, es posible que se moviera por impulsos morales muy por encima de lo que estamos acostumbrados a encontrar entre los estadistas. David
Tal vez sea necesario un personaje como Zapatero, alguien con voluntad de corredor de fondo y la paciencia de ese labrador a quien tú te referías. No distingamos entre políticas de economía porque da igual derecha o izquierda: hoy en día todo es una, y precisamente no viene marcada por el ámbito de lo nacional sino por la llamada macroeconomía. Fijémonos pues en quien puede avanzar, aunque sea poco a poco, en los avances de la política social, que es donde evidentemente se gestan las diferencias entre derecha e izquierda, y está claro que para andar por ahí sólo existe un camino: el del corredor de fondo.
Gracias.
Estimado David, muchas gracias por tu comentario, elaborado y reflexivo, que días atrás escribiste en mi blog. Te agradezco igualmente la recomendación bibliográfica --'El nuevo espacio público', de Daniel Innerarity-- que ya he adquirido y estoy leyendo. La reflexión sobre el espacio público es dirimente, sin duda, y el tratamiento que le da Innerarity es rico y complejo. Pero opongo una pega de principio al plateamiento del autor (y de otros pensadores en los que se basa): cuando critica el estado de la opinión pública, expresa nostalgia por el espacio público que fue y ya no es, el que presuntamente se constituyera en los albores de la modernidad. Sin embargo, me pregunto cuándo funcionó el espacio público aceptablemente bien --como lugar de encuentro de los diferentes que con la deliberación crean un lugar compartido-- y cuándo habría empezado a deteriorarse (a degenerarse, creo recordar que dice Daniel Innerarity). La ciudad y los medios... Recuerdo páginas admirables de Ortega y Gasset sobre ese espacio público, páginas que eran una reivindicación de la ciudad como lugar de acogimiento de los extraños. Pero recuerdo también que esas páginas eran una descripción fantaseada y desiderativa de lo urbano y, por extensión, del liberalismo. Me sucede lo mismo con parte de los autores que Innerarity menciona como sus pares intelectuales: desde Habermas a Arendt. ¿El deterioro del espacio público que documenta Innerarity lo provocan la pasión política, la dominación o la producción que nos enfrentaron y que no permitían el tiempo libre, la deliberación y el entendimiento? ¿Entonces...? Debo examinar con mucho detalle sus páginas. Con éste y con sus libros anteriores tengo una impresión similar: trata las cosas importantes valiéndose de autores igualmente importantes, sin escapar --eso sí-- a una tensión constitutiva: la que se da entre lo analítico y lo normativo, entre lo sociológico y lo especulativo.
Fdo.: Justo Serna
Me has agradecido un par de veces mi amabilidad, pero es innecesario porque resulta fácil elogiar algo que uno cree realmente que lo merece. Me suelen gustar tus artículos, y presiento además una cierta tendencia, un juego de líneas de investigación que se abren con mayor o menor convicción dependiendo de temas y días, y que me producen algo más que el simple agrado del lector o la breve tensión del acuerdo o el desacuerdo. En ocasiones, como la de Eurovisión, pienso: “es justamente algo como esto lo que quiero hacer” Pura reapropiación egoísta ¿no?… incluso cierto vampirismo académico al que se arriesga quien, como tú, abandona la comodidad del despacho universitario y se arriesga a hacer públicas sus impresiones de la vida.
En esta intervención mía en tu blog hubo, no obstante, un asomo de crítica que se deslizaba entre los sinceros elogios: advierto en ti por defecto lo que critico por su exceso–a veces incluso con hastío- por ejemplo en algunos de los habituales de tu blog, que es el cinismo (ando interesado últimamente por Sloterdijk, dicho sea de paso). Demasiado cinismo es tramposo y acomodaticio: “más rojo que usted, más radical que usted, yo siempre descubro el ardid girondino porque soy muy listo, a mí no me la pegáis y aquí estoy en el sofá riéndome de los que salen en la tele”… Ahora bien, demasiado poco induce sospechas de una ingenuidad que en tí estoy absolutamente seguro que no existe. Creer que en la alta política “todos son la misma mierda” me parece destructivo e inútil; aceptar que las promesas de la democracia pueden hacerse viables dentro de un modelo partitocrático como el que tenemos me parece optimista en exceso. Y ocasionalmente detecto en tus artículos esa visión. Para mí ya no es posible votar con ilusión –y voy a votar esta mañana en unas elecciones generales- por primera y quien sabe si por última vez en mi vida. Algún día te contaré mis experiencias del pasado como militante o las muchas ocasiones en que algún tipo de organización partidaria o sindical salía al paso de empresas que yo amaba y hacía lo posible por dificultarlas o destruirlas. Algo falla en todo esto que no son solo las personas… y en este sentido no me siento tan lejos de Gil Calvo –con el que no simpatizo ni ideológica ni personalmente-, pues intuyo que él, como otros, cree que la ciudadanía ha de plantarse ante la evidencia de que las macroinstituciones políticas han secuestrado la democracia, y potenciar vías de acción en las cuales –esto creo que no lo defiende Gil Calvo- los partidos estén directamente ausentes.
Esto nos lleva a la cuestión Innerarity.
Dado que te hallas en una fase temprana de la lectura, entiendo que algunas de tus objecciones pueden afinarse más o, en algún caso, quizá corregirse. Se trata pues de una impresión de urgencia, en cualquier caso es sumamente interesante y aludes a cuestiones que me parecen básicas y que son objeto de debate permanente en el mundo de la filosofía política. Me gustaría no obstante aclarar que no recomendé en tu blog la lectura del libro con la intención de defender cada una de sus posiciones. De hecho, comparto contigo la dificultad para sentirme cerca de su predilección por Habermas. Mi entusiasmo se debe más bien a que creo que articula con una claridad envidiable el análisis de la situación en que nos hallamos, es de esos libros que yo haría leer a los alumnos de un seminario para a partir de ahí empezar el debate. (Se nota que Innerarity es profesor universitario porque el texto tiene algo de “manual”)
Bien, localizo tres ideas en tu carta:
1. El espacio público que presuntamente se deteriora tiene mucho de construcción melancólica: “¿cuándo ha funcionado correctamente?”, dices.
2. El espacio público por cuyo deterioro se lamenta es un producto de las mismas fuerzas que ahora presuntamente lo destruyen. Los media deben históricamente asociarse al ocio, la opinión pública se universaliza y deja de ser privilegio de minorías aristocráticas precisamente porque la capacidad productiva de las nuevas sociedades lo posibilita, cuando ahora parece que lo que está haciendo es destruirla…etc… (no sé si interpreto bien el sentido de la pregunta que haces)
3. Los autores que, como Innerarity, se dedican a las ciencias sociales viven en una aporía: lo analítico y lo normativo. Nunca se termina de diferenciar con exactitud cuándo están diagnosticando los fenómenos sociales y cuándo están presentando propuestas para la acción. Es como si no se clarificara el estatus del propio discurso. Dicho didácticamente: el biólogo que afirma que ninguno de los descubrimientos en anatomía comparada o en genética da un solo argumento a favor del racismo está quedando sin saberlo éticamente “desfondado”, pues corre el riesgo de que otro biólogo pueda en el mismo campo afirmar lo contrario, ante lo cual no nos quedará más remedio que volvernos racistas, cosa que no debemos hacer porque, sean cuáles sean los “hechos”, el racismo es éticamente indeseable.
No sé si interpreto bien la segunda y la tercera cuestión, pero intento en cualquier caso hacer rentable mi comprensión de las mismas.
1. El espacio público nunca vivió sin amenazas, y nunca funcionó de forma deseable, claro. Ahora bien, todos coincidimos en que los fascismos de los años treinta y cuarenta supusieron una amenaza para la libertad; pues bien, de igual manera, lo que hacen autores como Innerarity es diagnosticar minuciosamente amenazas de nuevo cuño. La conversión de los espacios de discusión en “espacios de aclamación” –de lo que tenemos ejemplos muy claros en los debates televisivos de los últimos días- es una amenaza porque sustituye la deliberación y la circulación de ideas por la lógica de la mercadotecnia y el clientelismo, y es una amenaza que encuentra sus condiciones de posibilidad en el modelo catódico de democracia en que habitamos. Ese modelo ha instaurado en las mentes con enorme éxito en pocos años –lo advierto en mis alumnos y en sus padres- la especie de que el espacio público es el de la defensa de los propios derechos. Lo explicó bien Bauman cuando recordaba que los gobiernos iban a Europa con la exigencia de que “se les hiciera caso”, olvidando que lo comunitario es justamente el espacio donde empieza el debate, y no el último escalón a superar para lograr el éxito de ciertos intereses particulares que, por cierto, tampoco están definidos, ni para las comunidades nacionales o locales, ni para los individuos, como creo que explica bien Innerarity.
Quizá, Justo, sea una construcción del imaginario eso a lo que llamamos “espacio público”Quizá no hemos hablado lo suficiente hasta ahora, pero el problema es que empezamos a olvidarnos de que es imprescindible que lo hagamos si queremos resolver problemas que, nos guste o no, tienen origen en situaciones estructurales y requieren por tanto soluciones estructurales. Y sospecho que no estamos hablando, solo aclamamos o contemplamos pasivamente espectáculos circenses. Si el mundo moderno se constituye a partir de una imagen del sujeto, las derivas que va tomando la individualización de las sociedades contemporáneas amenazan con que la libertad y la igualdad se conviertan en una más de las promesas incumplidas de la revolución burguesa, y si aceptamos perder eso lo estamos perdiendo todo.
Sinceramente, creo que el autor sí define el concepto de eso que quiere defender y que ve en peligro.
2. No sé si entiendo bien esta crítica. Pero mira, te contesto con una frase del autor que camina en un sentido semejante a la tuya: “En ocasiones se ha entendido el espacio de la intimidad como un residuo precario en tensión frente a a las estructuras impersonales de la sociedad moderna, sin caer en la cuenta de que la vida privada es una creación propia de la modernidad, que compensa el nuevo mundo público de la administración y el mercado.” (p.32)
Es solo un ejemplo, yo creo que el autor entiende que este problema surge en una crítica general de la sociedad contemporánea. Todos corremos el riesgo de no reconocer que estamos en posición de reclamar derechos y denunciar peligros solo porque esa lógica que ahora criticamos ha posibilitado antes que podamos siquiera construir críticas. A mí me parece que la escuela de Francfurt –la primera- ha sido capaz de habitar con enorme talento esa paradoja. Ya se advierte en los textos de Adorno o de Benjamin –con un alcance que va mucho más allá del temor a los nazis- que el lenguaje del proyecto ilustrado es ambivalente. Sin crítica –es decir, sin espacio público- la prosperidad nos convierte en simples siervos o esbirros… es preciso repensar el camino seguido por la historia para recuperar algo que se nos ha ido perdiendo en el camino.
Insisto, creo que el debate de los líderes no es el regreso de la política sino su simulacro, por eso ya no será un problema que a partir de ahora los tengamos en todas las elecciones. Lo que nunca volverá será La Clave. Eso, el deseo de solucionar juntos nuestros problemas es lo que creo que se está perdiendo.
3. Me cuesta aplicar esta cuestión al libro. Creo que con esto tienen un problema los sociólogos. Por eso a Ulrich Beck, es un simple ejemplo, le llaman “el filósofo”. Lo que intento decirte es que el autor no se limita a incorporar observaciones y diagnosticar movimientos sociales, sin duda incorpora visiones del mundo, conceptos fundamentadores y enunciados valorativos, por más que sus propuestas puedan juzgarse como incompletas o insatisfactorias. Para mí este es un libro de filosofía política. No sé si contesto con esto a tu objección.
David
Respecto a los debates ejercidos entre estos dos impresentables,la única verdad que dijeron los dos fue que el uno al otro se llamaban mentirosos.No se,si te diste cuenta de la acusación tan grave que se hacían mutuamente(llamarse mentirosos)y que en vez de demostrar que eso no era cierto contestaban diciendo que el otro era mas mentiroso.¿Entonces por que votar al menos malo?
Desde mi punto de vista España esta entrando en el bipartidismo, porque durante la democracia se han ido turnando estos dos partidos.Cuando entro Felipe González se pensaba que ya estaba hecho el cambio y que no volvería a gobernar la derecha y lo único que consiguió Felipe González fue dejar a España con 4.5 millones de parados y las arcas vacias.Por otra parte el señor José M. Aznar llevo a este país a una guerra en la que no había nada que ganar y si mucho que perder.Reflexión:
¿Por qué no probar un cambio?Como bien decían los romanos pon a gobernar a alguien que no quiera gobernar y lo hará bien.
Fdo:Oh capitán, mi capitán.
Psicología
Vuelvo a escribir aqui,que me equivoque de sitio.
Aqui el señor Zapatero no es mas que un farsante, que no hace mas que permitir que entren inmigrantes ilegales al pais, lo que demuestra su falta de aprecio hacia este pais llamado España,que bien esta que vengan inmigrantes legalmente,pero los ilegales deberian volver a su pais, y deberia ud. aprender que antes de criticar al señor Rajoy,debe esperar a que éste gobierne,porque aqui al unico que deberiamos criticar es a Zapatero,el cual lo esta haciendo de pena.
En segundo lugar,las falacias no son mas que tonterias inventadas por algun chiflado que solo hacen que liar lo que es la verdad.
Por ultimo, la asignatura de Educacion para la ciudadania no es mas que una tonteria inventada por el PSOE para fastidiar a los pobres alumnos que van a la escuela y ya tienen suficiente con sus asignaturas, y tienen que ponerles mas...que ud. al igual que yo ha sido niño y ya sabe lo que es tener que estudiar y pasar apuros, nada mas que decir, un saludo.
Agradezco las dos intervenciones, aunque lamento que no se identifiquen, si bien la primera, que -confieso- me produce curiosidad, deja alguna pista interesante.
La segunda me ha sorprendido más, no por su discrepancia, que me parece excelente, si no por su tono irritado. Yo, querido amigo, también estoy enfadado, a veces tanto que decido prudentemente guardar silencio, esperando a que se me ocurran cosas sensatas.
¿Sabe?, creo que hay una gran diferencia entre izquierda y derecha que va más allá de la coyuntura partidaria. La derecha está cohesionada, no duda, no exige, es fácil y por eso se permite el lujo de presumir de tener "ideas claras". Es fácil hacerle mobbing a la inmigración, que a fin de cuentas no vota, es fácil asociar al gobierno la circunstancia económica, es fácil decir que hay que darle caña a los nacionalistas y acusar a los gobiernos moderados de blandos con quienes quieren romper España, es fácil decir que con Eta no se puede negociar, es fácil decir que eso del cambio climático es una milonga por la que no debemos sufrir un solo segundo... todo muy liso, muy fácil de entender. El problema es que luego hay que tener un proyecto de gobierno y aplicarlo, y la realidad tiene muy poco que ver con lo que quieren la cope, la conferencia episcopal y compañía... luego resulta que la realidad que se debe gestionar es bastante más compleja que la que desean quienes, en el fondo, no se atreven a decir que la democracia es un fastidio porque todo ciudadano se cree con derecho a opinar y a exigir derechos. Qué lata, ¿verdad? Y ahora, encima, los catalanes a influir otra vez en el gobierno del Estado.
La otra actitud es la realmente difícil. En este blog he criticado a Zapatero muchas más veces de las que le he elogiado. Quienes le han votado lo hacen la mayoría de forma condicional, le "prestan" cuatro años no para fastidiar al pp sino para que ayude a construir un país menos injusto. Quizá no lo consiga, quizá ni siquiera lo intente, pero entonces muchos de los que ahora han decidido darle esos cuatro años le retirarán la confianza y el pp tendrá su anhelada victoria por desistimiento del enemigo.
La izquierda cuestiona y se cuestiona a sí misma, exige sinceridad, quiere promesas que se cumplan, cree poder intercambiar su voto por más justicia y más igualdad.
Si después de eso es traicionada -y recuerde usted a donde fue a parar el felipismo- volverá la abstención y, en contra de lo que piensan muchos, será justo que así suceda, será merecido, porque ninguna adhesión debe ser incondicional. No estoy del lado de Zapatero, estoy en la izquierda.
Decida donde está usted y siga asistiendo al blog cuando le apetezca, aunque la próxima vez prefiriría que argumentara más sus opiniones. Gracias. El autor.
Buenas David, es la primera vez que comento en tu blog, dado que tus noticias me parecen muy interesantes y nunca se me ha ocurrido en plantear una opinión sobre alguno de tus comentarios, esta vez haré una excepción en cuanto al tema de Jose Luis Rodríguez Zapatero.
En primer lugar, como ha escrito el "anónimo" de dos comentarios atrás y sus críticas a los socialistas, diré que estoy totalmente de acuerdo con el, ya que la legislatura del señor Zapatero no me ha parecido para nada correcta. Demasiados problemas, mencionemos los problemas de la inmigración que ya que vienen millones de inmigrantes, tienen que quedarse en la calle pasando malos ratos durante semanas para conseguir un puesto de trabajo, cuando en el mandato de Jose María Aznar no sucedian cosas así.
Otro tema, es la subida constante de precios, me parece deplorable, todo ha subido considerablemente y lo peor es que la gente al parecer no se da cuenta y sigue votando al PSOE ¿Le parece bien a usted? ¿Se acaban las vacas y por eso sube la leche? ¿Se acaba el trigo y por eso sube el pan? (Ironía). La gente se pregunta que si hubiera salido Rajoy los precios seguirian igual, puedo contestarte a eso, ya que la principal idea de Mariano Rajoy era eliminar de una vez por todas el dichoso cánon digital,y por lo tanto bajan los precios, algo que Zapatero nunca se había planteado.
Otra cuestión, Zapatero prometió muchos mas puestos de trabajo e igualdad para las mujeres, en la actualidad hay menos puestos.
Zapatero dijo que no negociaría nunca con ETA y mintió a los españoles. Puedo recordar que ETA estaba completamente debilitada acabando la legislación de Jose María Aznar y por culpa de unas personas que no voy a nombrar, el famoso atentado en el 11-M, coronó a Zapatero como presidente del gobierno y asi con la nueva legislación de "izquierda" ETA retomaría todo su poder, también podría decir como otro de sus grandes "éxitos" en la legislatura de Zapatero el caso de Juana Chaos.
En conlusión si todo esto no hubiera ocurrido Zapatero nunca hubiera estado al cargo de este país. Merecemos una España mejor, lo digo como seguidor de la derecha y dándome cuenta que el mandato de Zapatero no me ha convencido para NADA y sin más remedio quedan otros 4 años.
Nada más al respecto, espero seguir pasandome por aquí y ver noticias tan interesantes como las que publicas, que al fin y al cabo estamos aquí para que cada cual tenga su opinión.
Espero tu respuesta David, Un saludo
Estimado Rodrigo. No es común en el mundo internáutico, tan dado a los gritos, el improperio y la descalificación -normalmente oculto bajo la cobardía del nick- que alguien exprese su discrepancia con la amabilidad y la disposición al debate con la que usted lo hace, y más si se trata de una discrepancia tan grande como la que usted refleja. Se ha molestado en argumentar su posición y se lo agradezco, nos puede ayudar a todos a mejorar nuestra propia visión de las cosas, la cual solo puede construirse sólidamente en tanto que nos atrevamos a verla puesta en tela de juicio por otras personas.
Bien, toca usted muchos palos, y no sé si sería capaz de contestarle a todos. En cualquier caso, me gustaría aclararle que no me siento nada cómodo en la postura de defensa de ZP a la que usted parece invitarme. Ahora bien, efectúa una defensa cerrada del Partido Popular y en eso sí estoy más dispuesto a contrariarle.Me referiré a las cuestiones que sucintamente expone en su post.
1. La inmigración. No entiendo porque asocia usted la inmigración al cuatrienio socialista. El boom migratorio estalla anteriormente y, ante la problemática consiguiente, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales optó hace tres años por una regulación. Se trataba de formalizar lo clandestino y de formalizar la economía sumergida, todo ello sin olvidar que estamos hablando de seres humanos y que, como tantos y tantos españoles -mis padres incluidos- que emigraron por el mundo en busca de una vida mejor, vienen la inmensa mayoría a ganarse honradamente el pan y desarrollan por lo general trabajos desagradables y mal pagados. Quizá haya sido una medida insuficiente, quizá no sirva de mucho e incluso generara en su momento un "efecto llamada". Pero me quedo con esa solución -o al menos con su intención, si las alternativas son la expulsión masiva como pretenden los grupos de ultraderecha (cosa completamente inviable para la economía española, dicho sea de paso), o el hacer la vista gorda, como pretende la derecha del stablishment, la cual vive feliz con millones de hispanoamericanos o eslavos alimentando a bajísimo coste los submundos de las subcontratas, la tarea doméstica, la atención de enfermos y ancianos o la construcción sin coberturas ni seguros...
2. Precios. España no es un "país central". Dependemos del petróleo, del Bundeshbank, del índice Dow Jones, qué se yo, lo cierto es que ni Rato antes ni Solbes ahora -y ambos me parecen notables economistas- son mucho más que gestores locales en una península de la periferia de Europa. La inflación me parece producto de vientos que vienen de lejos y que no podemos bloquear. La afición neoliberal a acusar de toda desaceleración al autoritarismo fiscalizador de los gobiernos socialdemócratas me parece demagógica, y más en estos tiempos donde precisamente el gran problema del capitalismo no es la falta de productividad sino la incapacidad del mercado para generar mecanismos de redistribución de la riqueza y evitar el agrandamiento de la brecha social. Tengo dudas respecto a la capacidad real de ZP para luchar contra ello eficazmente, respecto al PP no tengo dudas, sé positivamente que una sociedad económicamente polarizada le incomoda bien poco.
Por otra parte, no sé si es un buen ejemplo el del canon digital, me parece que es coger el todo por la parte. Además, pese a que también me parece discutible lo del canon, sospecho que Rajoy buscó a última hora la amistad de los jóvenes internautas con este asunto. Curioso, nadie cree tanto como la derecha en la propiedad privada, pero cuando se trata de propiedad intelectual -sobre todo si los intelectuales parecen apoyar al oponente político- parece que los Rajoy y compañía se vuelven unos bolcheviques.
3. El paro. Está creciendo no hay duda. Ahora bien, no estoy seguro de que el crecimiento en creación de empleo en los últimos tiempos, empleo por lo general de mala calidad y que ha propiciado la llegada de esa masa de inmigrantes que ahora la derecha mira con malos ojos, ha tenido mucho que ver con la llamada burbuja inmobiliaria, que ha traído importantes inconvenientes y que ahora revela su verdadera faz: era ciertamente, y si entiendo bien a los economistas, una actividad económica con poco "valorañ adido".No sé si ZP, con aquella ridiculez de los pisos de treinta metros ha trabajado bien en este tema... Pero mire, Rodrigo, yo vivo en el País Valenciano. El gobierno del señor Camps ha dado manga anchísima a los especuladores inmobiliarios, ha impulsado la sobresaturación de las costas, ha sido un verdadero destroyer en materia medioambiental... Canal 9 se encarga de ocultar estos hechos, pero a Camps le han salido asociaciones por todas las comarcas contra la destrucción del territorio que se está llevando a cabo. Ahora empiezan los compradores a retraerse y llega el paro, y la culpa, claro, la tiene el gobierno de Madrid, que al parecer odia a los valencianos. El paro es siempre un mal dato, sin duda, pero no me gustan quienes se limitan a incentivar el empleo de baja calidad y convierten la precariedad en sistema, algo a lo que también es muy aficionada la derecha, tan aficionada como es al culto a los beneficios empresariales.
4. El tema ETA es delicadísimo. Por eso mismo me parece que es más culpable la actitud de quienes han ido con bidones de gasolina a apagar los fuegos, algo que la oposición se ha pasado haciendo los últimos cuatro años. Cuando se habla de la negociación con ETA, deben distinguirse dos cosas: una es negociar las condiciones de la rendición y otra es iniciar con los terroristas un proceso de concesiones políticas. De esto último acusó Rajoy a ZP en los dos debates, pero me hubiera gustado que especificara a qué se refería, si es que al encapuchado de turno Rubalcaba le prometió la anexión de Navarra o si iba a hablar con los franceses a ver si se acuerdan de que Biarritz también ha de entrar en lo del Estado Libre Asociado. Seamos serios. Con ETA solo se puede negociar de la misma manera que se negocia con un atracador de bancos que tiene un montón de rehenes y amenaza con matarlos si no le conceden álgo´-por ejemplo la liberación de todos los presos- que, obviamente, no le van a conceder, si bien si hay otras opciones como la revisión de ciertos situaciones carcelarias de presos sin delitos de sangre, acercamientos... etc.
El tema de De Juana Chaos es complejo. Con independencia de lo que yo pienso de este individuo, creo que ahí se dio una situación judicialmente compleja, y sobre tod, creo que el gobierno no supo explicarse, por lo cual es perfectamente normal que el asunto creara alarma social. El PSOE ha sido poco cuidadoso a mi entender con el tema ETA -solo les faltó retransmitir el encuentro en directo- y en ocasiones ha mostrado una ingenuidad intolerable, pero la política de la oposición, cargando un día tras otro contra cada paso que daba cuando eran pasos que anteriormente ya había dado el gobierno de Aznar, por cierto con la lealtad total de Zapatero, me parece mucho más dañino e irresponsable.
Gracias de nuevo por su carta. David.
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