Friday, June 05, 2009







EUROPA





Me hago mayor sin delicadeza, como dice en una canción Joaquín Sabina... Lo sé porque, por ejemplo cuando padecemos una campaña electoral, ya no me ilusiono, ni tan siquiera me indigno, simplemente contemplo con cierta sonrisa cínica el espectáculo y pienso en la cantidad de farsas, iniquidades y terapias de grupo por las que tienen que pasar los profesionales de la Política con tal de poder seguir viviendo del cuento. En comicios como éste, donde ni los propios protagonistas parecen querer saber qué es exactamente lo que se está dirimiendo, lo advierto especialmente.




Hubo un tiempo en que Europa era algo por lo que merecía la pena soñar. "Lucho por Roma", dice el protagonista de Gladiator, "Roma es la luz", y él, sin embargo, jamás ha estado en Roma: es un bárbaro latinizado nacido en un recoveco del Imperio llamado Hispania. Soñar con la luz es pues propio de quienes no han nacido con ella. De igual manera, nosotros, como Máximo, pudimos creer que aquel tren al que humildemente soñábamos con subirnos conducía al paraíso. Pasamos demasiado tiempo viendo a Manolo Gómez Burr y a López Vázquez tratando de ligarse suecas macizonas en Torremolinos y a nuestros músicos dejándose melenas y cantando en inglés... El mensaje de la autocracia y el orgullo racial hispánico olía ya demasiado a apolillado y a cutrez tardofranquista como para evitar que nos ilusionáramos con la aventura europea. Había que entrar, nunca imaginamos entonces que después se abarataría tanto eso de ser europeo, pero para nosotros, los portugueses o los griegos, entrar en el círculo sagrado, aunque fuera como miembros de baja velocidad, era como saldar todas las viejas cuentas pendientes con la historia.




Uno de los debates más apasionantes de la intelectualidad española noventayochista tiene precisamente a Europa como eje. "Europeizar España", decía Ortega y Gasset, y Unamuno se oponía con aquello de "Españolizar Europa". Unamuno fue ciertamente un excelente escritor, pero dijo demasiadas gilipolleces a lo largo de su vida. Su apuesta no tiene más base que la soberbia cerril -el "idiotismo rural", que diría Karl Marx- propia de un paleto. Lo que muestra hasta qué punto hizo daño aquello fue el entusiasmo con que el franquismo, muchas décadas después, proclamó que España era la reserva espiritual de Occidente, aplicando con ello otro de los asertos unamunianos más reconocidos: "¡qué inventen ellos!". Europa jamás podría españolizarse más que en forma de parodia, pues para los europeos somos un país encantador para venir de vacaciones o jubilarse. El imaginario hispánico es intraducible, su lógica no puede trasladarse... Cuando algún pillo inventó para atraer el turismo aquel slogan de "Spain is different" sin duda dio en el clavo. De alguna manera, era cierto que África empezaba en los Pirineos: no fue otro el resultado del triunfo de la España reaccionaria en la Guerra Civil. Había que ser muy zote y haber leído demasiado al Guerrero del Antifaz para no soñar con algo más que revolcarse en la propia inmundicia.




El agigantamiento histórico de la figura de Felipe González está muy vinculado a la ansiedad por coger aquel tren. Como todo líder carismático, cuando alcanzó la mayoría absoluta y se empeñó en aquello de que "El Estado soy yo", Felipe empezó a pensar que la península era un aburrimiento y se largó al extranjero para promocionarse. Es algo parecido a lo que hizo después Aznar, si bien, ya puestos a abandonarnos, mejor hacerlo para deambular por el eje franco-alemán que para poner las patazas sobre la mesa del rancho de Bush en Texas. Felipe se presentó entonces como el guía habilitado para conducir al paraíso a este pueblo de bárbaros que llevaba tres siglos peleado con la historia, con su fracaso, su megalomanía quijotesca y un amargo y profundo complejo de inferioridad. Aquello pareció su obra, pero su verdadera habilidad radicó en advertir antes que otros que aquella ola era en realidad un tsunami y que era cuestión de oportunismo ponerse al frente: Europa no fue una decisión, Europa fue irremediable, nosotros no podíamos perder aquel tren, pero era el tren el que había decidido ya que no le interesaba dejar fuera a los países pobres del Sur del continente. Ciertamente, sentíamos el temor a perder el control sobre nuestro propio devenir económico, coyuntura que después iría trasladándose a lo político, lo social, lo cultural... Pero es que ya no quedaba otra opción.




La experiencia posterior evidencia la imposibilidad de resistirse a acabar con los hábitos autocráticos. Ni siquiera Yemen o Albania han podido aislarse del mundo. La ampliación de la vieja Europa Central fue necesaria como anticipo a la defitiva internacionalización de capitales y mercancías que llamamos Globalización: ese incontenible torbellino, el cual, si los viejos Estados-Nación no llegaban con un adecuado parapeto, podía revelarse como pura catástrofe. No sabemos si la actual Europa -con tanto desencuentro entre sus protagonistas y tantas decisiones importantes en suspenso- es el agente activo que siempre pretendió ser o tan solo un grumo que se resiste como puede a los embates que llegan de Norteamérica y Extremo Oriente. El europeísmo responde, en cualquier caso, a la acertada interpretación de que, frente a la incontenible pandemia globalizadora, los ciudadanos necesitan los pecios de algunas viejas instituciones nacionales -ahora europeas- a las que aferrarse para no terminar de naufragar.




Y entonces, si Europa lo decide todo, ¿por qué la abstención? Jamás pensé que Europa fuera un espejismo. ¿Por qué la gente parece pensar que lo del domingo es tan solo un plebiscito de popularidad de Zapatero? La primera razón que se me ocurre tiene que ver con la mezquindad de los padres de la patria, empeñados en desplazar la batalla europea hacia el terreno doméstico, el único en que tienen la sensación de que se distribuyen las cuotas de poder real de los partidos, como demuestra el hecho de que los aparatos suelen enviar a Europa a figuras ya amortizadas. Yo creo no obstante que esta maniobra resulta exitosa por un problema generalizado de falta de cultura política. Tengo la impresión de que la ciudadanía todavía no ha sido capaz de articular la mediación entre lo mundial y lo local. Asistimos en los noticiarios a las giras de Obama seguros de que algo nos va en todo eso, pero no acabamos de advertir que la Europa de la que formamos parte -aunque creo que muchos aún no se han enterado- no es un espacio común impostado a donde acudimos para defender nuestros intereses particulares. Ese principio que exigimos a los políticos -"defienda lo nuestro con firmeza"- y del que con razón acusamos a catalanes o vascos cuando acuden a Madrid, prueba que aún no hemos articulado un concepto de ciudadanía europea, que no hemos conseguido elaborar los lindes de una res pública de lo europeo.




¿Se puede aún creer en Europa? Mientras no suponga caer en el puro proteccionismo económico, la posibilidad de reconstruir un espacio europeo de gestión colectiva a través de instituciones supranacionales puede ayudarnos a contener algunos de los peligros del turbocapitalismo y la globalización, cuyos efectos más duros estamos empezando a experimentar. Europa, sin embargo, no tendrá credibilidad moral mientras no se constituya como proyecto abierto al mundo, proyecto civilizador en un sentido que ya no es obviamente el del viejo imperio, pero que sí recoge lo mejor de su legado. La posibilidad de influir a los extranjeros sobre la necesidad de la conciencia de ciudadano y el Derecho, las dos creaciones -junto a la lengua latina, lengua de la civilización- más indelebles de la vieja Roma.




Alguien dijo que los norteamericanos son de Marte y los europeos de Venus, que es como decir que Europa -consciente de que su historia es ante todo un interminable reguero de sangre- ha aprendido a pensárselo dos veces antes de abandonar para siempre la mesa de negociaciones y empezar a lanzar misiles. Este planteamiento tan reduccionista puede sonar incluso a hipócrita. Y, sin embargo, creo que hay algo de la mentalidad con que Europa interviene en foros mundiales que puede ser rentable. Una de las falacias lógicas más conocidas, el tercio excluso, podría invertirse para alumbrar una reivindicación europea de la paz mundial. Europa sería algo así como el tercio no excluso, y la reivindicación universal de todos los terceros, aquellos que ante cualquier foco de conflicto parecen no estar activamente implicados, por más que todas las consecuencias del conflicto le salpiquen.




Entiendo que pueda haber demasiado optimismo en este escrito. Entiendo que ver a personajes como Sarkozy o Berlusconi tomando decisiones importantes para todos los europeos convierte en ridícula cualquier aspiración a vender Europa como vector civilizador de las tribus del mundo. Quizá, pero me gustaría pensar que ese tren al que nos subimos de forma tan entusiasta otorga una carta de ciudadanía más honrosa que la de aguantar a tipos tan siniestros.

*Interesantísima fotografía, la de la barca sobre la que rema un joven y rutilante Felipe González. El acompañante es nada menos que Olof Palme, reconocido por el propio González como su "maestro jedi" y verdadero pater familias espiritual del ideal socialdemócrata del Estado del Bienestar.

7 comments:

Elisabet said...

Hola David,qué se puede agregar sobre los políticos que no hayas dicho?...supongo que en estos tiempos serlo es un trabajo como cualquier otro,donde no solo se busca un sueldo sinó eternizarse en el poder...y sobre el "proyecto civilizador"...si entendí bien el concepto,me preocupa..Un saludo

David P.Montesinos said...

Me produce cierta curiosidad saber cómo se las arreglan por América Latina, Elisabet, con esto de la gestión transnacional de los asuntos comunes. ¿No pensaron nunca, por ejemplo, en una moneda única?

Elisabet said...

David, voy a tratar de explicar “El Señor Presidente”,de Miguel Angel Asturias
Si el dinero de las campañas,(estamos a 21 días de las próximas elecciones),es de procedencia dudosa, y nos recuerda el advenimiento de “la mujer maravilla y “las valijas mágicas”,si en el tiempo de la doble presidencia del palíndromo, se crean los super poderes, para puentear ,coartar o doblegar al congreso, y al senado y determinar cambios importantes en la Constitución, lo único estable y ahora devino a palimsesto, si no podemos confiar en que el Congreso, con sus diputados y senadores atiendan las cuestiones del ciudadano y no su permanencia en el poder, si el partido político del que soy ya no existe en cuanto a forma pero sí como fondo pero tengo que darle el voto como única herramienta posible contra el imperante…no veo factible ni deseable la posibilidad de una moneda única, porque para llegar a tomar esas determinaciones tenés que tener resueltas algunas de las cuestiones que te mencioné.
Yo veo muy bien la permanente mirada crítica que el europeo tiene con respecto a sus respectivos gobiernos, también creo que llegaron a esta instancia porque tienen la madurez institucional necesaria…pero nosotros estamos lejos …y el Mercosur, es un concepto vago, producto de la imitación ,pero que no pasa de algún acuerdo comercial menor y limpiar entre punteros las mugres que van saltando…no se que idea tenés o que se dice en Europa sobre esto, pero la realidad es que por el momento nos sirve para emparchar estragos que se cometieron, por ej, Bolivia nos vende gas…hasta ahora te hablé de mi país, y raudamente ,hacé extensivo más o menos lo mismo, a toda Latinoamérica y agregale varios choques entre presidentes (Ve-Col), legitimidad de alguna presidencia como pasa en Pa…ante tanta inmadurez institucional y búsqueda paralela de la diferenciación de identidad, de que nos reconozcamos y nos reconozcan no como bloque informe sinó como distintos países no deseamos que una moneda nos una..si la lengua que es más fuerte no lo ha hecho…porque no tenemos garantía de nada ,mente crítica,ni exigencias. No pensamos en el Mercosur porque no nos representa,tampoco vivimos preocupados y lo de la moneda común se habló en un principio y no se concretó porque los países que mejoraron su economía tienen menos deuda externa , más reservas o el “peso” más fuerte(Ch..Ur..Br) no tienen interés y nosotros después del “corralito”…en realidad me has hecho pensar en algo que nunca se me ocurrió como realidad posible…acá lo dicho no es lo hecho y todo palpita al ritmo del que está en turno…
Lo que Galeano planteó sigue vigente por más que mucho de lo que menciona, ya no existe,no significa que el problema esté resuelto, es mas, te digo, el hueco es doblemente elocuente

Un saludo

Tobías said...

El pillo fue Manuel Fraga, curiosamente uno de los tecnócratas que hicieron ver a Franco que eso de la autarquía y el gasógeno podía acabar definitivamente con un país que ya dejó medio muerto tras la Guerra. Diagamos que vio claro que teníamos que subirnos al crecimiento general de Europa, aunque fuera recogiendo las migajas. Recuerdo que Tusell explicaba muy bien la falacia del franquismo atribuyéndose el merito del desarrollo económico español: decía Tusell que el Régimen actuaba como el práctico portuario que, después de una galerna, se tiraba el pegote de haberla aplazado.

Yo, personalmente, le perdono las tonterías esencialistas del Unamuno de “En torno al casticismo” a cambio del episodio en el que plantó cara a Millán Astral y a los falangistas con aquello del “Vencerán pero no convencerán”.

La cuestión no es ya estar en Europa sino la Europa que queremos. Y a mí no me gusta una Europa convertida en fortaleza cerrada y protegida del resto del mundo. Además, ¿qué es lo que estamos protegiendo? ¿La consagración de un sistema que condena a la marginación a cada vez más amplios sectores sociales?

No sé si viste ayer el programa del Follonero. Resulta que Berlusconi es percibido en Italia igual que aquí, un mafioso impresentable. Según un periodista de La Vanguardia que vive en Italia, la gente vota a Berlusconi porque representa los deseos más ocultos del italiano medio. ¿Sabías que controla los seis canales televisivos de ámbito nacional? Tampoco hay que sorprenderse: en nuestra bonita comunidad arrasa un partido podrido por los escándalos de corrupción.

Supongo que no tiene nada que ver con los bajos índices de participación pero ¿Sabe la gente que los diputados del Parlamento europeo carecen de la capacidad legislativa que tiene cualquier parlamento nacional? En Europa quien manda es el Consejo de Europa, es decir, los jefes de gobierno. De todas formas en España somos especialistas en transformar unas elecciones en las que se discute una cosa en un plebiscito sobre algo que no tiene absolutamente nada que ver.

Tobías said...

¿Has visto el reportaje sobre la historia del Valencia? Dejando de lado que despachan al abuelo con tres segundos y una fotografía equivocada, creo que refleja fielmente lo que es el Canal Nou y nuestra comunidad: mucha fachada y la más completa insustancialidad y falta de talento por dentro.

Anonymous said...

Es la idea imperante: fortaleza.

Para unos algo bueno, para otros algo malo, muy malo. No es de extrañar que ante una polarización tan espectacular de las corrientes de pensamiento, que imitando el lenguaje Leibniz contraen todo matiz ubicándolo en unos y ceros, los discursos de los "pensantes" europeos suene similar a la pachanga de la orquesta de villa perales, donde solo suenan los acordes naturales eliminando todo armónico, aun cuando estos, rellenan los espacios existentes entre un DO y un RE, un LA...

Al igual que esa bipolaridad pensante, el futuro de Europa se vislumbra cada vez mas claro, y este es de un solo polo aunque bifilar en su conducción: terminar con las conquistas de la clase obrera europea y llevar a la excepcionalidad la protección social; el enorme mamut logra su objetivo, la presión migratoria que es atraída con un suculento cebo derrumba el sistema que termina siendo privatizado, o bien la opinión pública, representada por la mayoría perteneciente a las clases mas desfavorecidas, elevan al poder al sátrapa que promete blindar Europa convirtiéndola en "la fortaleza", sin duda, la ultraderecha mas radical que una vez cerradas las puertas del castillo impondrá la ley a latigazos.

Una vez sucumba el último destello de la intelectualidad europea que aun tiene capacidad de influencia, y que no esta sometida a la absurda bipolaridad, el mundo se quedará sin el único referente que ha plantado cara al capitalismo fascista sin por ello entregarle las llaves del castillo al paleto de turno que solo sabe librar al ser humano de la opresión encerrándole en una mazmorra.

Es triste contemplar la protección al cultivo de tomates, la protección al sector lácteo, la protección al cine español, o gallego... Se protege lo que hay dentro con ejércitos cada vez mas sofisticados, usados sin recato y con empeño como elemento coactivo para anexar miembros al modelo, se protegen los cretinos asegurándose la lealtad policial, las clases feudales se aseguran que sus siervos estén en un despacho y la maquinaria informativa haga su trabajo.

No me valen los tomates que cultivas "ahí" estos deben de ser recogidos "aquí" yo protejo mis tomates y tú a mi del tomatero que los coloca en un capazo, últimamente exigía demasiado.

El peregrinaje de pobres esta en marcha, todo un ejercito de machacados y vencidos por el capitalismo y el fascismo, que ahora son lanzados contra el proletario que tal vez descansaba confiado, él también se unirá a la comitiva que acompaña al gran señor hasta su trono. Como siempre el pueblo pierde ante estas sanguijuelas, lo que diferencia esta probable derrota, es que nunca antes los sometidos habían estado convencidos de tener que ser sacrificados.

Elisabet said...

Tobías…querido…lo de BerluZ… es más viejo que la vida y lo saben los italianos del sur y los del norte,que no es lo mismo…de todos modos tu delicadeza me emociona…cuando me enteré uh !! controlaba dos canales…y algunas cositas más con mucha “habilidad”…y a nadie le interesa mucho…si es que hablamos de desinterés o tal vez temor…a lo desconocido ¿no?...Eco lo mentó a consciencia en varias entrevistas que le hicieron, cuando vino a dar el discurso inaugural de la Universidad de Bologna,en octubre del 98,porque los tanos radicados acá pueden votar…en esos años te mandaban pasaje ida y vuelta…
¿habrá sido por eso? Fijate vos que a mi las reflexiones me quedan grandes….

Unamuno: bajando el santoral…siempre me pareció un paspado(dicho en el mejor de los sentidos), no se ofendan los fans…desde la 1º pagina creo, buscaba sobresalir por la controversia, y sus dilemas eternos son una patraña sin embargo, astutamente supo llamar la atención y le rindió …no se lo que es literatura y poco me importa pero eso no es.

Otra: sábados atrás leo “bar Torino”,coincidentemente como uno que existía en mi ciudad…la curiosidad no mató al gato y encontré a un uruguayito ,absolutamente delirado por el futbol europeo que narra la historia de tu abuelo …al cual no hiere ni “el matador”

“Fortaleza”…muy bien, muy bien sobre todo porque se ahorraría mucho euro.Un beso