Saturday, November 23, 2013

DELIRIOS



LUNES. Últimamente me asalta la sospecha de que nuestras celebridades están enloqueciendo. Paco Camps, por ejemplo, que ya empezó a mirar raro desde aquella entrevista con Telva entre las barcas de la Albufera, se comporta ahora como una estrella de cine que se oculta de los jueces porque no son más que un incordio. ¿Y la Familia Real? Mientras Leticia Ortiz y su marido se las apañan para aguantar el tenderete a duras penas, el linaje dinástico se cae en pedazos como si tuviera la lepra. Y Ana Botella, que saliendo a poner orden en las basuras de Madrid con un visonazo de esos que se ponen las esposas de derechas, demuestra haber entrado ya definitivamente en la espiral delirante de su amado marido. Pero ni la simpar Aznara supera el impacto del anuncio de la loteria de Navidad, donde las celebridades protagonistas parecen personajes de zombis. ¿Quién ha ideado semejante engendro? Y yo que me burlaba de las burbujas de Freixenet. Devuelvanmelas. 



 MARTES. Cuchillos en la valla fronteriza. Me pregunto si algún día no serán juzgados los líderes europeos por las mismas razones por las que se juzgó y encarceló a los de la Alemania del Este, que ordenaban asesinar a los prófugos que saltaban el Muro de Berlín. Quizá pase como con las atrocidades del nazismo y sus crímenes, señalaremos a los culpables de la atrocidad, pero, por acción u omisión, todos habremos sido cómplices. 


MIÉRCOLES. Acaso se nos haya pasado por alto la auténtica noticia de la semana: una inspectora fiscal es destituida por investigar a CEMEX. Dados los vínculos establecidos en el pasado por el ministro Montoro con la poderosa multinacional cementera, podemos inferir que la cabeza de un empleado es poco precio por mantener la pax romana. 

Veamos. La inspectora decide hacer su trabajo -hay que ser excéntrica- asumiendo que su obligación profesional y ética consiste en dificultar la vida a los defraudadores, sean los que sean, y devolver a cada ciudadano lo que es suyo. No es preciso que el patrón que da la orden sea un "corrupto", entendiendo por tal al que se queda con la pasta ilícitamente. Montoro, como sus compañeros del Gobierno, es una pieza más dentro de una maquinaria perversa destinada a servir a los intereses de las grandes corporaciones a costa de la ciudadanía. Cuando CEMEX, como otros transatlánticos empresariales, amenaza con llevarse sus fábricas a países donde la fiscalidad es menos "restrictiva", la debilidad de los gobernantes determina que la nación ceda al chantaje. 

¿Es bueno para el país que las multinacionales jueguen con tales ventajas? No, es nefasto, nos empobrece a todos, empezando por las pequeñas y medianas empresas y siguiendo por la gran masa de ciudadanos, sobre los cuales se descarga el coste de sostener las instituciones. Curiosamente, los votantes del PP dicen estar hartos de pagar impuestos, pero a la vez jalean el proyecto de Eurovegas y miran a la agencia tributaria como si fuera el enemigo a destruir.  

JUEVES. La obsesión de la derecha por las huelgas es algo más que sospechosa. La expresión "piquete informativo" les pone enfermos, o mejor, les encanta dibujar a los obreros reivindicativos como agitadores de hábitos mafiosos, ya que así pueden asociarlo a todo aquello de los crímenes del marxismo, uno de los sonsonetes con los que crecieron en las escuelas de Franco. La violencia que se da, sin duda, cuando un grupo de huelguistas entra en un comercio para forzar su cierre durante la jornada de lucha genera un enorme resentimiento. Lo que las mentes obtusas parece que no ven, o no quieren verlo, es que el único ejercicio de intimidación realmente generalizado y eficaz es el de la patronal, que convierte en suicidas 
a quienes deciden ejercer uno de los derechos sagrados de las naciones democráticas. Eso no molesta tanto, por lo visto. 

Aparte de la candidez y la inconsecuencia del cacareo sobre los supuestos estragos de las movilizaciones, lo que se entreoye si uno alarga bien la antena es la intención de suprimir el derecho de huelga y estrangular a los sindicatos o, lo que es lo mismo, dejar definitivamente a la intemperie a los trabajadores ante sus empleadores. Un mundo al fin decente y ordenado, un paraíso capitalista. 


VIERNES. Iñaki Gabilondo recibe el Ondas y reclama que se mire a Luis del Olmo como auténtico merecedor del galardón. Da igual, se trata de valorar una larga trayectoria destinada a ejercer el periodismo como aquello para lo cual nació esta profesión: informar honestamente y, en consecuencia, propiciar relaciones más justas y libres entre los seres humanos. Iñaki es un héroe para mucha gente sensata de este país: le creen.  Al contrario que la prensa cautiva y prostituida, no dice lo que los mandarines le han ordenado que diga, al contrario que los fanáticos no habla desde el odio ni la histeria. 

13 comments:

Anonymous said...

Como pen-último post, quisiera, lamentablemente (y según mi percepción de no vivir en una democracia, ni tan siquiera en un mundo medianamente libre) unas ultimas consideraciones.

Tobías; este contertulio (yo) no es un oponente. Las “tetas”, el futbol... los domingos... las ceremonias. El aburrimiento... la desidia en habitar otros puntos de vista. Siempre expresé un punto de vista.

No creo tener que aclarar que este usuario (anónimo) se entusiasmó con la posibilidad de que el mundo del intelecto pudiese ocupar todos los espacios. Pervive el costumbrismo mucho más allá de Schopenhauer, mas allá de los argumentos.
El titular de "la cueva del gigante" es un buen tipo, pero no es un tipo inteligente, no superaría un minimo test de conversación; no entiende aquello que le expresan. Lo peor de todo, es que se intenta mostrar como un tipo capaz de entender todo aquello que le transmiten. El problema es cuando no lo entiende: se aburre.

Creo que esta democracia (que no es) mediocre, esta educación mediocre, esta sociedad mediocre, este mundo mediocre, necesita de gente como ; Tobias, Jose (imperfecto) Alétheia, Andres, Isidoro- son indispensables.


PD: su análisis sobre la anarquía, aunque le dije que fue "denso" fue infantil. Ya que "nos sinceramos"(yo le aburro) le diré que usted escribe como se esperaría de sus alumnos, no de su profesor (usted no tiene ni idea de lo que es el anarquismo)



Hasta siempre señor David.

(No le puedo prometer no volverle a leer, no me suelo imponer estupideces, tampoco sigo normas (menos aun de estupidos) por tanto, creo tendrá que censurarme en su blog.

David P.Montesinos said...

Hasta siempre, señor anónimo.

Anonymous said...

Ya el dije, que si no me censuran, yo me expreso.
Me doy por aludido, (no me tiene ninguna simpatía, no le apetece los más mínimo que escriba en su inmaculado blog) pero entienda que eso, es su problema, no el mío. A mí si me apetece escribir en su blog. Censúreme si le sale de los huevos.
Yo no me voy a autocensurar, señor David, esto, puede tenerlo claro.

Anonymous said...

No me ha entendido, david.
Cuando usted castiga a uno de sus alumnos, da lo mismo la forma, la postura. Es incomunicación. En eso se basa todo castigo profesoral, por estúpido que parezca (o te mando al despacho, o,… o…) en realidad es un profesor despojado de razones que recurre a la autoridad.
Un alumno suyo no le entiende, puesto que en la clase usted utiliza un lenguaje “universal” diseñado para el entendimiento de seres cuyo intelecto es primitivo; ordenes concretas pero sin contenido entre ellas (atender, entender, aprender, reconocer)
“permanezco en silencio por qué se cierne un castigo” Nada nuevo bajo el sol, verdad señor Montesinos? Sus alumnos absorben la misma nada que absorvio usted estudiando filosofía; no se enteró de nada.
¿qué le dice a sus alumnos qué es filosofía? (no me analice un baso,) ¿enseña a sus alumnos lo que los romanos entendieron después de 150 años lo que era un ciudadano? ¿enseña lo que significa democracia? ¿lo que significa libertad? ¿manipulación? ¿derechos adquiridos? ¿lucha de clases?
¿Qué enseña usted?

Tobías said...

Puede que esté buscado, como aquella pesadilla antes de Navidad. A lo mejor, utilizando el método paranoico-crítico de Dalí encontramos algo muy siniestro en estas fiestas tan familiares y pacíficas, la oculta amenaza de una Montserrat Caballé llegada de ultratumba o de un Raphael que nos recuerda lo que nos espera con misteriosos gestos de su mano tonta.

La foto con el “visonazo” de la Botella ofreciendo un caramelillo a los esquiroles ha de quedar en los anales de la verguenza, la imagen del poder comprando traidores, la representación del poder más corrupto e inepto que han conocido las Españas.

Siempre me ha causado una perturbadora impresión la paradoja de una sociedad occidental que presumía de ser cada vez más abierta (las majaderías antimarxistas de Popper), más libre, más globalizada, frente al miedo creciente hacia las sociedades del Tercer Mundo plasmado en muros cada vez más altos. La terrible deshumanización de lo que ocurre en la frontera sur de España o el crimen -no puedo calificarlo de otra forma- que suponen los naufragios de Lampedusa, muestran esta terrible contradicción. Respondemos con el miedo a la desigualdad creciente, se intenta solucionar con la beneficiencia un problema de dependencia y explotación. Sin equilibrio, sin la construcción de una cultura solidaria, sin otra racionalidad económica, estamos condenados a mantener esta especie de darwinismo social que pondrá en cuestión nuestra propia supervivencia. Las declaraciones dubitativas -aún más detestables por ello- y las disculpas impresentables de Fernández Díaz son un reflejo de la indignidad moral con la que gobierna el postfranquismo en España, aún menos cuidadosa con los derechos humanos que cualquier derecha europea.

Tobías said...

La política de dificultar la tarea de los inspectores fiscales, reduciendo la plantilla de efectivos, limitando sus capacidades o cambiando hacia lugares menos complicados a los más activos, se ha venido dando casi desde el momento mismo en el que el PP empezó a gobernar. Combinando esta repugnante metodología al servicio de sus amos -incluyendo la amnistía fiscal- con la condena y la persecución de pequeños fraudes, a veces inexistentes, realizados por los más desfavorecidos -por ejemplo, los parados-. Son tan evidentes los intereses que defiende el gobierno que cada una de sus declaraciones populistas suenan como puñaladas al entendimiento y la inteligencia de los ciudadanos. Pero hay quien se lo cree, y yo sospecho que no hay diez millones de personas a las que les favorece que se saqueen las arcas públicas o que se recorten derechos, a costa de amplios beneficios para unos pocos.

Sí, pretenden limitar el derecho de huelga, pero antes han parido la Ley de Seguridad ciudadana, que criminaliza al más puro estilo franquista la protesta en la calle, es casi como un Estado de excepción pero sin declararlo. Cualquier tipo de presión -que es más libertad de expresión, derecho a la protesta- que vaya más allá del adocenado y controlado ejercicio del voto es un problema y debe ser acallada. Se habla de proteger a la mayoría silenciosa, pero es un paso más para uniformizar en la sumisión.

Y ahora la anunciada ley de servicios mínimos ,que dejará la principal arma de lucha obrera en una pequeña “ofensiva” rápidamente desactivada. No es casualidad que se produzca justo después de la huelga de la basura en Madrid, que ha arrancado reivindicaciones que en modo alguno estaban -ni patronal, ni gobierno- dispuestos a consentir. Como es ya más que evidente que el sistema institucional es una farsa, es imprescindible silenciar la única vía que suele elegir históricamente el pueblo español, las Juntas, la organización callejera que asuma un poder que le ha sido usurpado. Represión en la calle y limitación hasta desvirtuar el derecho a la huelga. Por eso ya no tengo reticencias en calificar lo que está pasando como un proceso dictatorial, más o menos laxo, más o menos asumido, con otros medios de manipulación diferentes a lo que conocemos tradicionalmente como dictadura, pero dictadura al fin.

Iñaki Gabilondo parece haber asumido el papel de francotirador del grupo Prisa -aunque ahora no estoy seguro de que siga vinculado al polanquismo-, una postura similar a la adoptada por El Roto. La de aquellos que siguen pensando que el periodismo es una labor de crítica al poder, y que lo que no es crítica es peloteo indecente al servicio de la injusticia clamorosa con la que actúa el gobierno.

David P.Montesinos said...

Dado que estoy de acuerdo en líneas generales con lo que tanta claridad y brillantez expones, no tengo grandes enmiendas que realizar a tu intervención, que agradezco porque aporta luces que no se han encendido en el post. Por ejemplo estoy pensando en el asunto de la amnistía fiscal, al que tú te refieres y que ciertamente se me ha pasado.

Soy menos dado que tú a ciertos calificativos, pero los acepto cuando se argumentan, y tú lo has hecho. También sabes que soy algo reticente al uso del término "dictadura" para definir la situación en que nos hallamos. Éste es un concepto político, y yo sospecho que nos movemos en una lógica pospolítica, en el sentido en que se refiere a ella Jean Baudrillard (él lo llama "transpolítica"). Esto requiere una explicación más extensa, y te la ofreceré cuando te apetezca, aunque vale la pista que nos ofrece por estos lares Josep Ramoneda, quien afirma que la verdadera dictadura es la de la indiferencia. Pese a que los episodios legales de los que hablas van sin duda encaminados al recorte de las libertades civiles -y no es a este respecto gratuita tu alusión al poso franquista de nuestros actuales gobernantes-, creo que los mecanismos de poder que dominan las democracias contemporáneas se configuran desde una lógica diferente a la de los tradiciones regímenes disciplinarios. En otras palabras, creo que el objetivo es la despolitización de la ciudadanía. Mucho más eficaz para lograr ese objetivo que la represión violenta y directa es la cotidiana construcción de identidades individualizadas y alejadas del espacio de lo público. En suma, más que expulsar a los manifestantes, lo que nos arruina es la destrucción sigilosa de las instituciones de representación y del espacio de lo público.

David P.Montesinos said...

Entiendo que puedan parecer aspectos distintos de la misma estrategia. Sin duda lo son, pero nos equivocamos si centramos la crítica en las formas policiales de amedrentamiento -que deben ser enérgicamente rechazadas, claro que sí- sin desplazar el análisis hacia las formas de disuasión, que son en mi opinión las que definen la especificidad de nuestro tiempo.

No simpatizo con Popper, pero no lo definiría como un majadero. Como sucede con Carl Schmitt, Friedrich Hayek, Milton Friedman o Daniel Bell, a los que ubico sin ambages como pensadores de derechas, creo que no debemos perder la oportunidad de leer sus textos en profundidad, pues proporcionan algunas de las claves para comprender los movimientos ideológicos más decisivos de las últimas décadas. Majaderías... quizá, pero cuidado con ellas, porque sus efectos de verdad han sido demoledores y no siempre la izquierda ha sabido combatirlos.

El Roto y Gabilondo... son cosas distintas, les admiro profundamente a ambos. Entiendo que se hable de Iñaki como "un hombre de Prisa, pero me recuerda un poco a la estrategia de descrédito hacia su persona seguida desde los medios más afectos al PP. El nauseabundo "periodismo" de algunos medios odia a Gabilondo porque es todo lo que ellos no serán jamás, un gran periodista y un valiente defensor de las libertades. Sigo puntualmente sus intervenciones diarias en El País como sigo las Ramoneda en la Ser, y aconsejo a todos hacer lo mismo.

Anonymous said...

Las tonterías del señor Tobías: siempre le ha perturbado que una sociedad más abierta, más globalizada tuviese miedo "del tercer mundo".

El señor Tobias no parece tener mucha preocupación por la protección de la mano de obra autóctona siempre que esta sea "tercermundista" es decir; no le joda a él su puesto de trabajo. Si se trata de pisotear a los jornaleros, peones, o demás mano de obra poco cualificada.... ¿qué dice?


solidarios seamos.... que se jodan. Que vengan del tercermundo. El más barato se queda con el puesto. (o el mejor, según las normas ultra liberales.)
¿Todo esto en un pais donde el 90%donde los inmigrantes que llegan vienen a competir con el 90% de los obreros? ¿es una broma?

¿porqué no buscamos profesores en el extranjero?
(seguramente bastante mejor preparados que en un pais donde la calidad de la enseñanza ocupa puestos muy por debajo de países tercermundistas? ¿profesores de filosofía? ¿profesores de historia? ¿Siempre deben ser obreros de la construcción? ¿recolectores de fruta? ¿solo así podemos solidarios?

La verdad es que el neoliberalismo es sumamente desvergonzado, al igual que el neosocialismo, pero aquí lo único que triunfa es el ultra liberalismo. Todo el cristo es solidario con el pán del obrero... De repente vivimos en un mundo que debe ser "solidario" pero solo a costa de los "muertos de hambre" a los que esta mierda de sociedad jamás dio una oportunidad"


Nunca creí en "la clase intelectual" de este puto pais. Ahora me siento bastante decepcionado con lo que presumia de ser "pueblo ilustrado"

Siempre se joden los mismos.

Tobías said...

Es importante, cuando se trata de responder a alguien y acompañar su respuesta con una descalificación que se pretende ofensiva, entender bien lo que ha dicho el otro. Como no es la primera vez que le sorprendo haciendo lecturas que amplían y modelan a su gusto lo redactado, considero bastante inútil tratar de rebatirle. Pero seguro que recuerda -de aquel foro poblado de pobres diablos con aspiraciones olímpicas- que no solía callarme ante las provocaciones.

Si se fija un poco más allá de sus delirios interpretativos, lo que yo he dicho es que la idea de sociedades abiertas es una “majadería de Popper”, exprsión que puede ser algo desafortunada, por despreciar a Popper de manera tan poco rigurosa, pero que tiene un sentido totalmente diferente al que usted me atribuye. Por cierto, el señor Popper, con el que no creo que simpatices nada -paso a llamarte de tú por ser un antiguo compañero de batallas-, hacía exactamente con Marx lo que tú estás haciendo en tus intervenciones: convertir al contrario en un “hombre de paja”. No es nada bonito esto, amigo.

El señor Tobías, y veo que eres bastante olvidadizo -como el señor David- no ha escrito una sola línea en la que muestre desprecio o despreocupación por la población inmigrante. Tu afirmación es una acusación más que gratuita de xenofobia que, y esto sí que me cabrea un poco, vas a ser absolutamente incapaz de probar. Te reto a ello utilizando algo que tienes bastante olvidado: las pruebas. “Respondemos con el miedo a la desigualdad creciente”..., “beneficiencia que sostiene la dependencia”... “deshumanización como respuesta a la desesperación” ¿Me quieres decir de dónde has sacado “mi falta de preocupación por el trabajador inmigrante”? ¿Me vas a explicar dónde estoy defendiendo mi puesto de trabajo?

Todas las consecuencias que sacas a continuación son delirantes. Te recuerdo que estamos en la Unión Europea, que cualquier trabajador de este bonito territorio unificado puede buscarse los garbanzos en el país que considere oportuno. Si a lo que te refieres es a que un profesional cualificado del Tercer Mundo haría mucho mejor que yo mi trabajo, no te lo niego, pero te recuerdo que yo no ejerzo después de pasar por la tómbola de mi barrio. No sé si me entiendes.

La interpretación de la solidaridad vuelve a ajustarse a lo que te apetece. Te lo voy a traducir con palabras menos grandilocuentes: cuando hablo de solidaridad en ningún caso utilizo un concepto egoísta que ignora a la población del Tercer Mundo -lee el contexto de lo escrito-, me refiero a un nuevo paradigma económico que supere la miserable explotación ejercida por el mundo capitalista, apoyado en la rapiña permanente del Sur. Es la globalización la que permite una explotación desmedida y mi crítica era obvia: hablamos de sociedades abiertas y en progreso pero la evidencia es que Occidente pone puertas a las consecuencias terribles que ese progreso genera: dependencia, explotación y miseria.

Una de las cosas que solíamos hacer en aquel foro de meapilas era acudir al diccionario para recordar al contrario lo mal que utilizaba los calificativos. Una tontería es algo carente de lógica, absurdo, por tanto lo dice alguien de poco entendimiento. Valóralo y procura leer con más cuidado.

Tobías said...

Cuando hablaba de la condición de francotirador de Gabilondo me refería precisamente a la libertad con la que actúa, ha adquirido tal posición de respetabilidad, de solvencia y rigor periodístico, que está más allá de los dictados editoriales que pueda marcar el grupo mediático al que pertenece. Por eso lo comparaba con El Roto; sigue publicando en El País, pero con una insobornable condición de independencia, la suficiente como para desmarcarse y criticar sin ambages los desmanes de quienes le pagan.

He utilizado términos con los que pretendía matizar el concepto de dictadura al que creo que nos dirigimos. Creo que aquí lo hemos comentado alguna vez, hablo de un nuevo fascismo que va haciendo innecesario los aparatos de represión física porque cada vez está siendo más interiorizada la obediencia al poder. Creo que a eso nos dirigimos, y tiene mucho que ver con las distopías con las que avisaba Orwell. O a lo peor es que caminamos hacia una nueva Edad Media, un nuevo feudalismo en el que los poderes públicos van desapareciendo ante las amenazas exteriores y se configura un mundo privatizado en el que los nuevos señores serán las grandes empresas propietarias de todos los recursos. La dictadura será la de la desregulación total y el arbitrio de los poderosos.

David P.Montesinos said...

La teoría de la nueva Edad Media la leí por primera vez en un texto de Umberto Eco. Buff, arriesgado, creo que hay reflexionar mucho sobre el asunto, a fin de cuentas de la crisis de la modernidad se viene hablando desde Nietzsche.

Ya te he comentado en alguna ocasión que el ciclo histórico que da lugar a los totalitarismos del siglo XX ha mutado seriamente en las sociedades llamadas opulentas por la sociología desde los años sesenta. Eso no significa que las tentaciones autoritarias hayan desaparecido o que los principios democráticos que conocemos desde el contractualismo y la Ilustración hayan madurado. A Vicente Verdú le leí una vez que el problema de la democracia -entendida como régimen de libertades caracterizado por comicios regularizados- es que si se había universalizado era porque se había abaratado tanto que democracia podía significar ya casi cualquier cosa. Creo que los sistemas de dominación han evolucionado, necesitamos conceptos nuevos para pensarlos, conceptos que han de superponerse a las viejas teorías sin eliminarlas. En cuanto a Orwell, suscribo la teoría de Neil Postman, un veterano teórico de la educación y defensor de la pedagogía crítica, quien veía nuestro horizonte mucho más cercano al modelo distópico de Huxley y su mundo feliz que al panopticismo de Orwell.

Hay mucho que hablar sobre esto.

Tobías said...

No, no te he leído mal. Miedo al extranjero que deriva en desprecio y en odio "al otro". Eso es la xenofobia y de eso has acusado: la ignorancia o el desprecio por las condiciones de los trabajadores del Tercer Mundo, el miedo a la competencia de inmigrantes mejor preparados.... Por lo demás, sigo creyendo que desestimas de un plumazo lo que dice David porque te has convencido de una serie de cosas que, en su mayoría, son falsas.