Sunday, June 01, 2008










REHAB


Ustedes no lo saben, pero yo soy un malote. La mayoría de las noches me acuesto pensando que si, al levantarme por la mañana, miro por la ventana y descubro que algún tipo de bomba limpia ha acabado con los miles de millones de hocicos humanos y ha dejado por fin tranquilos a los árboles y a los pájaros, perderé poco tiempo en injuriar a Dios por devorar de manera tan cruel a sus propias criaturas. A veces me gusta pensar que soy un trozo de pan, un tipo de principios sólidos y fe rotunda en el orden cósmico, pero cuando regresa la lucidez, lo que descubro en mí es mucha, mucha pereza para dañar activamente a mis congéneres… soy, ya lo ven, algo indolente para la crueldad, y esa es la razón por la cual alguno se ha librado de la tormenta de mi cólera.




Soy pues bastante hijo de puta -casi tanto como mi ídolo, el Doctor House- lo que pasa es que solo me lo notan algunos, entre otras cosas porque ellos lo son igualmente. En realidad siempre quise serlo y, sobre todo, parecerlo. Ya en la escuela me dio la impresión de que las chicas solo se interesaban por los malotes. Y había que serlo con todo el atrezzo… si uno no valía para ingresar en la mafia calabresa, mejor que se quitara de en medio y, para obtener la leve sonrisa de alguna de las guapas, se preocupara de conseguirle los apuntes, pues como castigador le faltaba credibilidad. Recuerdo el caso de un compañero al que hoy todos denominaríamos como freaky. Era más feo que pegarle a un padre, estaba contrahecho porque, según la leyenda, su columna estaba al revés, y tenía esa extraña audacia de los marginados para decir siempre la mayor estupidez en el momento inoportuno y despertar la hostilidad general. Pues bien, se pasaba el día insistiendo en que era camello y que estaba empleado como “Relaciones” en una discoteca de malos malosos. Jamás nos dio ni una puta entrada para la susodicha discoteca, y lo que es peor, un día mi amigo Cabuto y yo nos decidimos a negociar con él por asuntos de drogas blandas para hacernos los malotes con las chicas, pero resultó que el tipo no traficaba ni con bollycaos.

Hablando de drogas, recuerdo muy bien la cara de maloso que se me puso un día que fui a fumar porros con los amigachos del Cara de Cabra en Patraix. Uno se acababa de liar un porro y empezó a circular. Allí estábabamos los cuatro adolescentes predelincuenciales entornando los ojos con cada calada. “¡Cómo sube esto!”, dijo Cabuto… y debió ser por la promiscua circulación de babas, pues al cabo de un rato el liador del porro nos dijo que no había metido nada, que era solo tabaco…y que “hay que ver lo mamarrachos que llegáis a ser.” El Cara de Cabra, indignado con el tipo porque “ya me ha hecho unas cuantas de éstas” nos contó que éste era así, y que sabían que una vez le había robado un condón a su padre y se había masturbado con él puesto, como para saber que se sentía cuando se follaba …(?)

Ya lo ven, me falta glamour como maloso. Últimamente intento impresionar al amor de mi vida acercándome sigilosamente a los negros del top manta para hacerle ver que también yo puedo moverme como pez en el agua por los espacios de la ilegalidad y la delincuencia… aunque no veo por la cara de "hay que ver lo tonto que eres" que funcione demasiado, dicho sea de paso. Podría ir al peluquero, como hacen algunos de mis alumnos, y pedirle uno de esos cortes que dejan pelajos largos a los lados de las orejas, pero ya estoy lejos de ser guapo como para además hacer méritos. Yo entiendo que los tipos adánicos que nunca han roto un plato no produzcan ni la más mínima turbulencia en el alma femenina, y para qué hablar de quienes van por el mundo con pinta de recién salidos de la sacristía. Ahora bien, la mayoría de los que se ganan prestigio de malotes entre las chicas son por lo general unos idiotas. Eso lo he terminado de saber de mayor, cuando veo a muchos de ellos, calvos y gordos, hartos de su mujer –aquella que tanto le envidiábamos y que está todavía más harta de él- y sin fuerzas para liar más porros que el que les deja la presión de la hipoteca y unos hijos caprichosos a los que hay que llevar a esquiar porque sus amiguitos también van.


No eran pues tan malos como lograron parecer. Los verdaderos malos son de otra pasta. Fíjense por ejemplo en el ex presidente del Valencia. En el cole se reían de él, le dejaban jugar solo porque, como era de familia rica, siempre era él el dueño del balón, las chicas se hacían lesbianas antes de fijarse en él….Ningún glamour, ningún perversión… solo una profunda mediocridad y la más absoluta falta de escrúpulos del resentido que sospecha que, con el tiempo verá pasar el cadáver de todos los exitosos del patio. Son este tipo de personajes reconcomidos los verdaderos destroyer, los sepultureros de cualquier sombra de excelencia humana... el mal en su versión más realista... y más nauseabunda.

El atractivo del mal no es pues más que una ficción adolescente. ¿Lo es? Sí, pero ningún efecto de seducción tiene existencia si no es a partir de la ilusión.

Ayer volví a ver el clip “Rehab”, de Amy Winehouse. Creo que es eso lo que ha me ha hecho escribir este artículo. Hay algo hipnótico en ese video, más allá de la voz incuestionablemente atractiva de Amy. Ese ritmo lento, ese juego de zooms que nos acercan y nos alejan de los ojos y los morros pintarrajeados de la cantante… “No iré a rehabilitación, no, no, no”. No está contenta con su vida, es más, se siente profundamente desgraciada, ha asumido que morirá pronto y, lo que es peor, no le importa porque, después de todo, es posible que no haya tanto por lo cual cuidar del propio cuerpo. Hay, repito, una extraña ritualidad en ese clip, el Mal se pasea por los tonos grises de una habitación que parece ser la escena devastada de muchas batallas alcohólicas anteriores…No me atrae Winehouse porque se drogue –tal cosa me importa bien poco- no quiero redimirla como patéticamente intentó Mick Jagger avisando de los riesgos de una vida sin límites, tampoco quiero utilizarla como mal ejemplo para que los adolescentes se den cuenta de lo chungo que es drogarse… me gusta porque domina, acaso sin saberlo, los signos del Mal, ese atractor misterioso del que uno también puede aprender –por aquello de que hay que tener amigos hasta en el infierno-… aunque solo sea que eso de casarse, sacar matrículas, ser amable y generoso con la gente, ganar dinero y acudir a misa es un conjunto de panoplias para hacernos morir de aburrimiento… para ocultar que, después de todo, lo único importante es hacer con la propia vida lo que a uno le salga de los cojones.
Me drogo menos que Amy, desde luego, pero yo tampoco pienso rehabilitarme de lo mío... no,no, no...

5 comments:

Anonymous said...

tanta filosofia y tanta mierda y ahora vas de malote "fumando porros",acercandote a los negros del top manta para impresionar a las chicas y de pequeño te acias el malote en los patios y les conseguias apuntes a las chicas para pegarles?uy uy que malote...
eso no es demasiado "inmoral" para ti?siendo "profesor" de filosofia(porque no se si lo eres o simplemente hablas de filosofia por gusto),no deberias actuar siempre moralmente? no fumar porros portarte bien...etc...
otro asunto...dudo mucho que seas tan hijo de puta como el Dr. House,porque aunque es bastante papanatas,es un crack,todo hay que decirlo...pero que una persona se intente comparar con el...me hace mucha gracia...
y bueno, no se me ocurre nada mas que criticar,asi que...Un saludo

Anonymous said...

Me estoy dando cuenta, querido jose zaragoza, que a ti esto de criticar te encanta... aún no he visto que estés de acuerdo con ninguna opinión. Una de dos... o eres tan valiente que defiendes todas tus ideas sin importar quien esté en contra o a ti también te gusta eso de hacerte el "malote". A todos alguna vez en nuestra vida nos ha atraido la idea del mal y de lo bien que se lo tiene que pasar uno a veces siendo malo sin tener que preocuparse por nada más que el disfrute personal. Esto suele atraer más en la juventud, que es cuando no solemos tener en cuenta las consecuencias de nuestros actos, nos creemos una especie de seres invencibles y casi inmortales. Parece que aquellas personas "malas" son las que más llaman la atención... y a veces no se puede evitar intentar ser o al menos parecer un poco "malos", es un deseo natural de querer que los demás también nos tengan en cuenta... y hasta a mi me pasa, y eso que me consideran una chica "santita" y bastante mojigata.
Y, bueno, compararse a House es bastante difícil; es un hombre inteligente, audaz, bastante cabrón (perdón por la expresión) y también muy sexy (pero bueno eso es opinión mía)...en fin que me estoy llendo del tema...pero la diferencia entre House y David, no es que uno sea un crack y el otro no, de hecho yo considero a David una de las personas más inteligentes que he conocido (y no es por peloteo, él ya sabe que lo pienso).
Para resumir, jose zaragoza, que me voy por las ramas, lo que yo quería decir es que me encanta ver opiniones diferentes y que se discutan las ideas y se vean las diversas opciones que hay... pero no olvides que cuando criticas una idea, no sólo has de criticarla sinó decir porque lo haces... porque yo veo que no piensas como David, ni como Tobias, ni como Pepa, pero no sé como piensas tú de verdad... a ver si algún día nos lo enseñas.
Un saludo

Anonymous said...

Querido José. Te estás convirtiendo en uno de mis ídolos, esa tenacidad con la que insistes en destacar mis debilidades y contradicciones... uf, tanto cuidado por mejorarme no se lo exigiría ni al mejor de mis amigos.

Pero mira. No me comparo con House, me parece un personaje genial y fascinante, pero tiene un defecto, y es que él es de ficción y yo soy real, y eso -fuera de las regiones de la fantasía- me vuelve como mínimo "más consistente". Creo haber dado entender que no soy malo, que en todo caso he deseado alguna vez parecerselo a las chicas y que es evidente mi fracaso, de ahí que ironice sobre ello. Tampoco he dicho que fumara un porro, sino que creí fumarlo... los malos hábitos de mi vida han ido más bien por otros derroteros de los que no te hablaré de momento...

Amanda, "los demás me consideran mojigata". No estoy seguro de que sepas lo que los demás piensan de ti. Y, en cualquier caso, quien piensa de ti tal cosa es que no te conoce. A no ser que tener dos dedos de frente y una mínima densidad emocional le convierta a una en mojigata. Pero quien piensa de esa forma es que tiene la profundidad analítica de un rinoceronte. David.

Anonymous said...

No voy a comentar nada sobre las inteligentes reflexiones de Jose porque hoy no me siento guay.

Conozco a determinadas personas en edad juvenil que están preparando su viaje de fin de curso a Mallorca. Más allá de la playa y la discoteca lo que seduce a estos chavales es la posibilidad de ser malos, de engañar a los profesores que les van a acompañar, de arrasar la isla a su paso, de consumir drogas y de ligarse a todas las extranjeras. De todo lo que están imaginando no ocurrirá ni la mitad de la mitad.

Hablando de la chica ésta, Amy, tengo entendido que su nuevo novio es Pete Doherty. Se trata de uno de los personajes que me parecen más detestables entre los nuevos ídolos juveniles, un imbécil que va de malo y que parece más bien un estúpido malcriado. Hasta para ser malote hay que tener cierta clase, como House por ejemplo.

Álvaro said...

Señor, me quito el sombrero y preparo la pluma, ha tocado usted médula.
Áhora el tiempo me apremia, dejaré para luego la lid, pero que sepa que ha abierto usted una puerta de microondas en mi mente congelada ultimamente.

El Astoria.