Friday, June 17, 2011










INTERVIÚ: LOS

CUERPOS GLORIOSOS





INTERVIÚ cumple treinta y cinco años. Hubo un tiempo en que era legítimo publicitarse con un eslogan como "Interviú, la revista". Porque, caballeros, Interviú era La Revista con tanto derecho como el PC era El Partido. Recuerdo un día en que un caballero preguntó por el precio de la publicación en el kiosco de Requena donde mis hermanos y yo comprábamos caramelos sugus y calcomanías: "...Pues, cincuenta pesetas", contestó el kiosquero en voz bajita y como pidiendo perdón, sabedor de que aquel precio doblaba y triplicaba el de cualquier revista de las que por aquel entonces solían venderse en España, incluyendo el Hola.


En mi casa entraba Interviú por vía paterna de la misma manera que entraban el Hola o el Diez Minutos por la materna: dos formas de indiscreción que conformaron una educación tan equivocada como cualquier otra, pero un poco más alegre que la de mis mayores, pues yo al menos pude verle las tetas a Marisol, mientras que mi padre, hasta que llegaron las libertades, hubo
de conformarse con oírle cantar que la vida es una tómbola, tom, tom, tómbola.







Es el actual un buen momento para hablar de Interviú como "fenómeno sociológico", pues eso es lo que fue, pese a quien pese, y por más que ahora mismo sólo sea un zombi, una parodia de sí misma. Siempre recuerdo aquella sección, creo que de los últimos setenta, Los cuerpos gloriosos, del en aquella época irremediable Paco Umbral. Para mí tan afortunado reclamo resume el espíritu de la revista en aquel tiempo: había algo que parecía conducirnos directamente a los cielos desde los cuerpos de Marisol, Amparo Muñoz o Carmen Cervera. Y los recuerdos se agolpan en la mente de cualquiera que sepa de lo que estoy hablando. El Barça ganando su primera final europea en Basilea con lo que Interviú llamó "cuatro goles por la autonomía de Cataluña", que entonces parecía una reivindicación casi revolucionaria. O aquellas crónicas negras de torturas en las lóbregas mazmorras de Carabanchel. O cuando popularizaron el nombre de aquella rubia de la ultraderecha como Las Tetas del Búnker, y a la que obviamente sacaron como Dios la trajo al mundo...



El fenómeno de Interviú resultó de la confluencia de dos coyunturas. Una fue el espíritu reivindicativo de la izquierda española, que empezaba a sentir la erótica del poder, esa capacidad para influir en la sociedad con la que acaso algunos llegaron a embriagarse. La otra, la necesidad irrefrenable de dejar atrás los tiempos de la represión y la censura, lo cual provocó digestiones algo precipitadas de la cultura de la revolución sexual, de tal manera que cualquier secreto desvelado podía pasar como parte de un proyecto de liberación que nos habíamos ganado, desde las tetas de Lola Flores hasta las pruebas gráficas de las orgías de Roldán, pasando por las fotos de un infortunado recién aplastado por un tren. Andábamos algo atrasaditos por entonces, qué vamos a hacerle.











Podemos debatir si Interviú mereció o no constituir un vector de influjo cultural tan poderoso en los años de la Transición e incluso después, en los ochenta. Acaso no fue mucho más que un ejercicio de audacia periodística en un tiempo que parecía hecho a la medida de los que se atrevían. No en vano, ese fue su eslogan fundacional: "Nos atrevemos con todo". La misma lógica que explica la fortuna de Interviú nos permite entender el enorme poder de convocatoria que llegaron a arrastrar José María García, Mercedes Milá, o Chicho Ibáñez Serrador...


Pero aquellos años pasaron, y los españoles dejamos de sentirnos felices por haber salido de la noche interminable del franquismo. Debemos perdonarles a nuestros padres que compraran Interviú y fueran en secreto a ver Emmanuelle. Aquel semanario, que podía con razón presumir de estar en la vanguardia, fue testigo privilegiado y protagonista de un tiempo tremendamente cándido, pero por el que merece la pena sentir algo de nostalgia, que es lo que suele pasar con las épocas más cándidas. Ahora ya La Revista sólo destaca por su incuestionable resistencia a desaparecer: ejemplar espíritu de supervivencia, sí, pero acaso llega un punto en que, como pasa con la Cartelera Turia, o con Radio Klara, o con Santiago Carrillo, lo que a uno le define ya no es el discurso identitario que le dio origen, sino más bien el hecho mismo de negarse pertinazmente a morir.









Por eso mismo Interviu sigue quitándoles el sostén a las celebridades de la Celtiberia. El pequeño problema es que, en cuestión de morbo, ya no son lo mismo Belén Esteban o la última tonta a las tres de Gran Hermano que Victoria Vera, Silvia Tortosa o Charo López. Dónde va a parar. Por aquellos cuerpos gloriosos -y por la felicidad y las libertades sin fin que prometían sus cuerpos desnudos al sol- valía la pena pagar cincuenta pelas.







14 comments:

Posh said...

Recuerdo INTERVIU como algo absolutamente extraterrestre en el panorama editorial de la época. Cierto, en su momento tuvo ese gancho enorme que el sexo prende en nosotros, y más viniendo de esos años lúgubres. En la década pasada, compré dos o tres ejemplares sueltos, después de casi quince años sin hacerlo, y tuve la ocsión de constatar lo que ya pensé anteriormente, en los ochenta: Que era una bazofia desde el punto de vista periodístico, y que el único motivo de su éxito entre muy distintos sectores, se debía exclusivamente al porcentaje de "carne" que nos ofrecía, y al cual era muy difícil resistirse en aquellos tiempos...

David P.Montesinos said...

Hola, Posh. Yo no me atrevería a decir que era una bazofia, aunque, sin ninguna duda, el factor decisivo de su fama fue la astucia con la que convencían -el dinero es mucho, pero no lo es todo- a ilustres celebridades para desnudar sus carnes ante el mundo. Desde el punto de vista estrictamente periodístico tuvieron algunos momentos inspirados, aunque fuera por el oportunismo y ese factor de atrevimiento del que la propia Interviú presumía desde su fundación.

Anonymous said...

Mi padre era más de Lib. Recuerdo mis primeras pajas con unos reportajes delirantes donde Susana Estrada. Azucena Hernández (que luego se quedó paralítica) y Norma Duval eran las grandes estrellas. Interviú era más light pero con más nivelete.

BT

Anonymous said...

He comprado Interviu un par de veces en mi vida, y por motivos que nada tenían que ver con la portada ni con los reportajes "de gran calidad" -me entre risa sólo de pensarlo-. Francamente me pareció muy cutre y no vi ni sombra de la audacia pasada de la que usted habla; debe ser que su esplendor a mí me pilló en el útero materno.

Tampoco estoy muy de acuerdo en algunas apreciaciones que hace como, por ejemplo, cuando dice que el Interviu entraba en su casa igual que el Hola. Aunque ambas publicaciones sean igualmente discutibles, no estoy segura de que para las madres tener la primera en el revistero de casa implicara lo mismo que para los padres ver el cumpleaños de la Reina de Inglaterra.

Nunca deja de sorprenderme este rollo fraternal y nostálgico que les entra a los señores cada vez que hay que hablar de lo torpe que parecía todo este mundo de "tetitas y culitos" del franquismo; del gran acto de libertad que suponía para los españoles comprar "carne" y de lo inocentes que eran "aquellas pajillas". Qué tierno! A mí, por contra, cuando les oigo me da por pensar en las madres... que gran libertad para ellas, no?. Ya ve, a cada uno le hace ilusión una cosa: a mí me parecería tierno que entre reportaje de Marisol y de Susana Estrada alguna ama de casa revenida le hubiese hecho un corte de mangas al "pajas de turno" y se hubiera largado a vivir la vida con un feriante, en lugar de quedarse en casa fingiendo que no veía lo que veía y que no se enteraba de lo que se enteraba.

Tampoco entiendo muy bien esa reivindicación final que hace de los cuerpos naturales y del precio que merecía la pena pagar.En la implantación de esta nueva imagen de cuerpos rasurados y siliconados la industria pornográfica tiene mucho que ver. Si tanto les gustan a los varones los cuerpos naturales sólo tienen que ir un día al Mercadona en lugar de comprarse el Interviu. Si a la primera teta de plástico se hubiera hecho una buena huelga de masturbaciones caídas y las ventas hubiesen bajado, le aseguro que los editores se habrían dado por enterados. ¿No será que los criterios estéticos son sólo de boquilla, para darle al artículo un toque de canción de Sabina? Yo creo que los que antes veían cuerpos naturales ahora los ven retocados sin ningún miramiento -carne es carne-.

En fin, ¿de verdad prometen mucha libertad las imágenes de cuerpos desnudos? ¿no es eso depositar mucha esperanza en una imagen? ¿no es esa mucha presión para los cuerpos que tienen a mano?... No me extraña que las relaciones de pareja siempre acaben mal. Yo creo que las promesas sólo las ofrecen los cuerpos vestidos -y no los de una imagen sino los que desprenden calor-.

Pues eso, que vivan las tías buenas desnudas del Interviu -y Anatomía de Grey-! Saludos.

David P.Montesinos said...

Claro, BT, pero es que Interviú tenía de fotógrafo a César Lucas, toda una eminencia en el mundillo del destapismo de luxe.

David P.Montesinos said...

Querido amigo, lanza considerables cargas de profundidad sobre mi artículo. Trato de contestar a cada una de ellas con el mismo respeto con que usted lo hace.

1. Si es usted bastante más joven que yo, no me sorprende que los números que compró le parecieran de escaso interés. Interviú dejó de ser "vanguardia" cuando, creo que hacia mediados de los ochenta, cambió de dirección. El Interviú del que yo hablo no construyó su leyenda a partir de ahí, su audacia era más un fruto del espíritu de apertura propio de la Transición.

2. Yo no he dicho que Hola e Interviú sean la misma cosa, sólo he dicho que eran dos formas de indiscreción, que contribuyeron ambas a maleducarnos, y que entraban en mi casa "de la misma manera". Lo demás -creo entender que advierte una superioridad moral en Hola respecto a Interviú y las llamadas "publicaciones para adultos"- es usted quien lo dice.

3. No creo haberme referido al tema del onanismo en mi post. Por suerte, los tiempos en que se culpabilizaba la masturbación quedan ya muy lejos en mi vida, y se asocian a ideologías que nacieron para fastidiarle la vida a la gente. En cualquier caso, siempre estamos a tiempo para nuevas represiones, nuevas violencias y nuevas formas de culpabilizar a los congéneres. Lo de la dama casada que se marcha con un feriante me parece muy sano. Si uno no soporta a su cónyuge lo mejor que debe hacer es abandonarle por un feriante o por un leñador.

4. Lo de que "carne es carne" lo dice usted, entiendo que para definir mi visión de las cosas. Muy estrecho me juzga, es evidente. Yo no creo que haya que esperar ni nada ni mucho de una imagen. Situado en su contexto histórico no me sorprende nada que todo aquello del destapismo hiciera crecer expectativas de una revolución sexual que habría de liberarnos a todos de viejos demonios. Era un error,claro, pero era un error perdonable en un tiempo en que dejábamos atrás cuarenta años de represión, oscurantismo y cilicio para algo tan natural y tan humano como es el deseo. Por lo demás, no reivindico los pechos naturales frente a los siliconosos, simplemente me producen curiosidad aquellos desnudos de los 70 porque, comparado con la actualidad, uno advierte cómo van mutando las sensibilidades.

Anonymous said...

Señor Montesinos, gracias por responder tan rápido a mi comentario. No pretendía yo que mis cargas fueran profundas, espero que no se haya ofendido ya que no era mi intención. En cualquier caso:

1.La calidad de la revista me parece como las meigas...si ustedes dicen que existió, pues será que sí. Pero, sinceramente, me parece un mito; yo creo que de tanto repetir esta excusa de los "reportajes de investigación" para comprarla, los señores mayores han acabado por creérsela.

2.No creo que el Hola tenga ninguna superioridad moral. He dicho que me parecen discutibles por igual, pero con connotaciones distintas para ambos sexo. Yo no sé hasta qué punto algún hombre se sintió ofendido o humillado viendo fotos del nacimiento de las Infantas, mientras que me da la sensación de que encontrarse bajo la cama -o donde sea- fotos de las musas de la transición en poses sugerentes, no debió ser muy grato para alguna señora, por más que se lo tuviera que tragar.
Los hombres asocian el Interviu a la libertad y, sin embargo, a mi me parece que algunas mujeres tienen derecho verla como una esclavitud más de una sociedad muy machista. Y esta es mi postura. Yo no pienso perdonar a mi padre ni al padre de nadie por eso, no me sale.

3.Lo del onanismo ha sido un desliz mio que no sé cómo ha podido ocurrir. Qué fallo! Usted ha hablado en su post de disculpar a nuestros padres por comprar Interviu y ver Emmanuelle, ha puesto imágenes de señoras con poca ropa y yo, tonta de mí, me he liado. De todos modos, no pretendía culpabilizar el asunto. Sólo digo que nunca el periodismo de investigación dio para tanta paja -mental, por lo visto-. Pero descuide que ya me queda claro que la revista es conocida por lo mucho que ha hecho pesar a los varones de la patria.
Lo de la señora que se larga de casa era una broma para expresar que las libertades de hombres y mujeres eran/son bien distintas y que, en algunos casos, ciertas libertades y alegrías de los hombres se desarrollaron gracias a la poca consideración que les tuvieron a sus mujeres -no sé cómo les habría sentado que historia fuera al revés-.

4. Yo no sé lo que le gusta a usted. Lo que digo es que -en cuestiones de investigación- la publicación ha evolucionado según el gusto de los consumidores. Decir que por aquellos cuerpos merecía la pena pagar 50 pelas, o las que fuera, me parece muy romántico por su parte pero poco más. Lo único que ha cambiado es que ahora se paga en euros; no veo a ningún "investigador aficionado" poniendo reparos al detalle sin importancia de la señorita en cueros de la portada -silicona o no de por medio-.
No hablo de usted y sus gustos cuando digo que "carne es carne" lo que digo es que las revistas están vivas, las secciones que no interesan se suprimen sin más.Si les fuera mal, lo cambiarían.

Mi teoría es que se trata de una revista de tetas y culos; si también fuera o hubiese sido una revista para decir verdades, la perdida evidente de calidad en este aspecto hubiera provocado algunos cambios pero lo cierto es que lo único intacto es la "carne" que se vende y que los que la compran son los mismos o sus descendientes. La pérdida de calidad les ha dado igual, y las mutaciones estéticas en el "ganao", también.

Nada más. Que Dios salve la investigación periodística y Friends! Un saludo.

David P.Montesinos said...

1. Decir que Interviú fue sólo "tetas y culos" me parece un pelín simplista, pese a que coincido con usted en que ese ha sido el hilo conductor de la publicación en sus distintas etapas.

2. No estoy nada seguro de que nadie le pida perdón por contemplar cuerpos desnudos de mujeres. A mí lo que me gustaría es que las mujeres del mundo pasaran las noches pensando en el mío, pero, qué le vamos a hacer, prefieren el de Bisbal.

3. Mi madre amaba a Paul Newman y a Rock Hudson. ("Qué pena eso que dicen ahora de que es mariquita", le oí decir una vez). En cuanto a otras mujeres que conozco, sospecho que el mapa de sus deseos tiene zonas más inconfesables, afortunadamente. Estoy seguro de que jamás interesaré a una mujer en régimen exclusivo, pobre de ella en ese caso. Somos seres deseantes, nos sentimos atraídos por otras personas, me niego a culpabilizar esto. No sé si un tipo mira una modelo desnuda en Interviú porque en realidad lo que quiere es ver desnuda a su vecina o a la profe de tai chi. No lo sé, pero tampoco me importa demasiado porque tengo la sospecha de que los males que envenenan el mundo se encuentran en otros rincones del alma humana. En cuanto a lo de cómo le sentaría al caballero lo de encontrarse la revista, supongo que de efebos en pelotas, yo no lo sé, sólo puedo hablarme por mí. Y ya se lo he dicho, no aspiro a llenar en exclusiva el interés erótico de mi pareja. Que lea o vea lo que mejor le parezca.

4. No sé si los lectores de Interviú han aceptado la deriva de la revista, para mí es decepcionante, por eso nunca la compró. Es más, la compro incluso menos que usted, que reconoce haberla adquirido un par de veces.

Anonymous said...

Interviú es cojonudo.

Anonymous said...

Me parece muy cuestionable la calidad de los reportajes,es verdad que a veces han dado algún pelotazo que otro pero en mi opinión los trabajos de investigación que hacen no son más que una tapadera o un intento de hacer más "cool" o refinado lo que al final son culos y tetas.Su único atractivo para el público masculino ha sido el morbo de ver cuerpos desnudos(especialmente el de las famosas) y ha sido la única razón por la que ha sobrevivido varias décadas.Pero esta revista tiene los días contados ya que con las nuevas tecnologías la gente puede ver lo mismo que en el Interviu sin pasar algo de vergüenza con el kioskero del barrio o la vecina(aunque no sea algo de lo que avergonzarse) y pienso que mi planteamiento se terminará demostrando en 10 o 15 años.Lo único destacable sería que fue un gran símbolo de libertades y un gran avance después del régimen franquista donde todo el mundo debía tener la boca y la bragueta cerrada. Un saludo David.S.A.

David P.Montesinos said...

Hola, David S.A. Hace milenios que no he comprado Interviú. Para mí es un símbolo del pasado, un monumento vivo cuyo mayor mérito es el de resistirse a fenecer. Yo dejé de creerles el día que convirtieron a la ínclita Isabel Preysler en portada, por supuesto, sin desnudo en el interior ni poster desplegable. Interviú es el nombre de una aventura periodística que debemos asociar al espíritu de la democracia emergente, nada más y nada menos. Por allí pasaron articulistas, periodistas y fotógrafos de gran talento o, al menos, con cierta intrepidez. Podemos perdonarle la vida, me parece a mí.

Anonymous said...

Por supuesto que se la salvamos e incluso se la honramos.Creo que puse poco enfasís al final sobre el gran valor que tuvo esta revista como abanderado de las libertades en la España postfranquista.Sólo decía que desde el punto de vista profesional de un periodista tenía poca seriedad y que con el tiempo ha ido perdiendo de todo menos ropa claro.Igualmente si muere será un R.I.P. hacia la revista por el gran valor que tuvo. Reciba un cordial saludo David S.A.

Anonymous said...

Estáis equivocados. Interviú no puede morir nunca y además cada día está más fuerte, la revista se vende muy bien y la web -que la verdad, por el gran nivel de la revista, merecería mejorarse mucho- tiene muchísimas visitas. Yo no veo que esté en horas bajas sino todo lo contrario. Saludos.

David P.Montesinos said...

Yo comparo al actual Interviú con el de los tiempos en que obtuvo una influencia hegemónica sobre los circuitos de creación de opinión. El actual Interviú me parece una publicación más entre otras, nada especialmente significativo. Gracias por el post.