Saturday, June 18, 2016

TOROS


No me tengo por animalista, tampoco soy un ortodoxo antitaurino. Diría que con las corridas de toros me pasa lo mismo que con los combates de boxeo: ocasionalmente me conmueven, revuelven alguna  entraña épica y me hacen acordarme de aquel niño que creyó que la única vida digna de vivirse era la del cantar de gesta. Algo parecido encuentro en ciertos partidos de fútbol, con la experiencia de subir una montaña y contemplar un paisaje excelso desde la cima o ante una obra de teatro. La diferencia es que en estos ni la muerte -ni mucho menos la tortura- están en juego. 

Mis razones contra la vigencia de la tauromaquia son peculiares, no especialmente afines con las que defienden los animalistas, a quienes en cualquier caso debo reconocer el valor de manifestarse públicamente en situaciones nada cómodas, exponiéndose a los ataques de energúmenos que esgrimen razones tan concluyentes como las de la intimidación, el insulto, el grito y la violencia. El toreo será poesía, pero la reciente escena de una turba de miserables agrediendo e intentando robar la cámara a dos espectadoras a las que identificaron como "enemigas" no puede ser más cutre. Es la misma impresión tercermundista y premoderna que ofrecen los defensores del Toro de la Vega cuando se enfrentan como una horda de simios a los periodistas que tratan de filmar el odioso espectáculo del que, por lo visto, tan orgullosos se sienten.  

Yo creo que el eslogan "Cultura no es arte ni tortura" responde a un planteamiento equivocado. La fiesta de los toros es cultura, por supuesto que lo es... Y, como dijo Walter Benjamin, todo documento de cultura es a la vez uno de barbarie. El argumento puede aplicarse tranquilamente a las luchas romanas de gladiadores, no tengo ninguna duda de que eran emocionantes y contenían alguna forma de belleza. Si hemos decidido acabar con tamaña barbaridad, como con la de arrojar una cabra desde lo alto de un campanario o la de los jinetes que arrancan cabezas de gallos, es porque hemos entendido que nuestro mayor logro, y este sí es épico de verdad, no es la guerra sino la paz, no es la violencia sino el diálogo, no es la barbarie sino la civilización. 

A resultas de la majestuosa actuación de José Tomás en la plaza de Jerez, donde el mejor torero que he conocido logró hacer creer que Dios había bajado al coso vestido de luces, el periodista de El País, Rubén Amón, aprovechó para escribir un artículo en defensa de la fiesta taurina. 

"Al fin alguien que argumenta, un taurino que no sólo grita", pensé... Decepción total, Amón escribe bellamente sobre "el misterio eucarístico y pagano" de la fiesta, pero no da una sola razón capaz de convencer a un abolicionista, sólo se dedica a ridiculizar su posición. 

"No dispongo de grandes argumentos racionales para defender la corrida de toros", aunque alude de soslayo y sin explicarse a "razones económicas y medio ambientales". No va, asegura, a la plaza por sadismo -estaría bueno-, de lo que deduzco que el dolor y la muerte se justifican para él por la belleza del espectáculo. Según Amón somos una sociedad "flower power" -él y los taurinos son la excepción, muy machos, claro-, que no soporta la idea de la muerte ni es por tanto capaz de entender la creatividad que propicia. Somos, como dijo Heidegger, seres para la muerte, pero eso no significa que hayamos de convertirla en espectáculo. Esa es una de las razones por las que ya no vemos suplicios y muertes en las plazas públicas como hace siglos. 

No hace falta tener una moral heredada de Walt Disney ni ser un hipócrita, como Amón acusa, para ser abolicionista. Me parece especialmente denigratorio, e impropio de un escritor en nómina de un diario tan poderoso, añadir que quienes se conduelen hipócritamente por la muerte de un león africano no reaccionaran de igual manera ante las fosas comunes del dictador Mugabe. A este nivel tan rastrero, podría yo igualmente suponer que los taurófilos veneran la violencia y la crueldad, que de pequeños, mientras se reían de quienes lloraban por Bamby, ellos cazaban y torturaban horriblemente a gatos y lagartijas, como muchas veces vi en mi infancia. 

No, no tenemos una cultura insípida e inodora, no al menos por el coraje de quienes son capaces de enfrentarse a un montón de energúmenos para evitar que se perpetre una nueva exhibición de violencia. Quizá ahí esté la verdadera épica.  

6 comments:

Anonymous said...

Creo que las corridas de toros son un espectáculo en vías de extinción. Aquellos que intentan que se prohíban poniendo al mismo nivel aberraciones como las que cita en su post u otras muchas –piense en un animal cualquiera- pierden credibilidad.

No es lo mismo manifestarse contra el toro de la vega que llamar asesinos a quienes asisten a una corrida de toros con José Tomás como cabeza de cartel. Entre otras razones, los objetivos no son los mismos.

Los animalístas son admirables cuando se juegan el tipo ante una tribu de energúmenos sin posibilidad de justificar sus actos, en otras ocasiones son ellos quienes se quedan sin argumentos. No he visto a ningún animalista manifestándose contra el cierre de la facultad de filosofía de la complutense, precisamente lo que debería ser la fortaleza de quienes pretenden una evolución que deje atrás la barbarie por voluntad propia del individuo.

MA.

P.D El verano es una época donde los mercachifles de pro, adinerados influyentes etc envían a sus familias a pasar la época estival a lugares fresquitos y relajados. El voto por correo ha aumentado significativamente en estos comicios. Como usted dijo, votan a toque de corneta, como un batallón fascium. Espero no se le olvide a nadie que este domingo se vota. (creo los animalistas tienen un partido político)

David P.Montesinos said...

A mí no se me va a olvidar, aunque ya le anuncio que no voy a votar al Partido Animalista.
Hay, como usted sugiere algunos animalistas muy cándidos, y otros que rallan el fanatismo, pero déjeme añadir una cosa. En ocasiones he visto a personas criticar a los defensores de los animales con argumentos como el de que "es mucho más ético preocuparse por tal o cual hambruna en África o por una guerra en Oriente Medio"... y eran justamente aquellos que jamás moverían un dedo ni por animales ni por personas. En cuanto a su posdata, sí, es lo que tenemos, si se descubriera que Rajoy es un agente del KGB le votarían igualmente.

Anonymous said...

Comparto con usted la sensación de ascazo que producen esos mostrencos ultra hipócritas. La demostración de lo que afirma sobre ellos (esos cabestros que como bien dice no moverían un dedo ni por animales ni por personas, pero se permiten el lujo de componer a los demás una lista de prioridades morales) queda evidenciada porque siempre se les ocurre lo mismo: “mientras siga habiendo niños en el mundo pasando hambre”, “vete a África de misionero” etc, etc. (por cierto, con las frases de estos insignes beatos del infierno podría haber hecho un post interminable en su entrada “frases “) haciéndose los tontos, dando a entender que no conocen el cuarto mundo, el que tienen a 50 metros de sus casas y por supuesto; son culpables de su situación, por lo cual no entran en su lista de prioridades morales, ellos se lo han buscado.


Total:” África me pilla muy lejos, los animales están después de las personas, los “mamarrachos” del cuarto mundo que duermen entre cartones o en chabolas son unas sanguijuelas envaguecidas que por no hacer ni siquiera roban, los gays que se llevan un palizón son gilipollas por no haber hecho lo que yo: no salir del armario… desde luego, lo de la corrupción del PPon –que yo trinco- está muy mal, pero… ¡yo en su lugar haría lo mismo, y quien no!. “

El partido animalista debería llevar en su programa electoral una propuesta para poner a buen recaudo –en un zoológico, tal vez en la zona de los cabestros- a estos animalitos de inteligencia fallida que podrían haber llegado a ser inteligentes pero por factores medioambientales o genéticos no consiguieron desarrollar un neocortex, no pasaron del bulbo raquídeo. Muchos de ellos andan estos días por Francia, aprovechando la Eurocopa para compartir sus prioridades morales, otros, pasean por Madrid mientras meditan si es mejor fichar a un tal pogbá por 170 kilos o al tal Neymar por 190. Creo que en Barcelona muchos aficionados no paran de llorar para qué el brasileño se quede allí. (espero que ninguno de los anteriores sea animalista, aunque supongo alguno habrá)

MA

Creo que Rajoy es un agente de Maduro, aunque quizás lo compatibilice con el KGB.

David P.Montesinos said...

Y no se olvide de una de los mejores. Se la suelen espetar a los que se declaran comunistas: "Y si tuvieras un millón de euros, ¿lo repartirías entre los pobres?"

Anonymous said...

Sí, cómo pude olvidar ese clásico. Siempre pertinente la de Cámara: Cuando alimenté a los pobres me llamaron santo; pero cuando pregunté por qué hay gente pobre me llamaron comunista...

P.D Espero con entusiasmo que le dé un palo a la sociedad "hispánica", Sanchez no se equivocó, Rajoy es un indecente elegido por indecentes (también ignorantes)

MA

David P.Montesinos said...

Alguna reflexión hace falta al respecto, vaya que sí.