2. No tengo nada que decir a favor del chavismo, pero hay veces que me harto. ¿Por qué parece que los mismos que viven en una lágrima permanente por los dislates venezolanos jamás hablan de los palestinos ni de los saharauis?
3. Hasta el ínclito televisivo Jorge Javier Vázquez, ese ejemplar adalid de la moral, se ha permitido el lujo de meterse con Pablo Iglesias, quien por lo visto es -con su poder de hipnotizar al pueblo con sus ojos de Fu Manchú- el culpable de que el proletariado español haya abandonado al PSOE. Ahora resulta que un podemita ha especulado con un piso, una malda que no haría jamás ninguno de los que le están poniendo a parir. Es lo mismo que cuando Echenique tuvo un empleado "en negro", eso nunca lo hemos hecho nadie. Por cierto, a mí tampoco me caen bien, pero tienen tantos y tan poderosos enemigos que van a terminar consiguiendo que les vote. Ah, y una preguntita inocente -y dejen de dar la brasa, por favor, con Venezuela, con Irán y con su pastelera madre-: ¿el vínculo financiero de Podemos con los bancos es igual o es diferente al de los demás partidos, incluyendo Ciudadanos?
4. Veo "I, Daniel Blake", último film de Ken Loach. No soy fanático de este director británico. Uno puede salir del cine con la sensación de que Loach no ha salido del mismo discurso que viene sosteniendo desde hace treinta años y que convierte la cámara en un instrumento de combate político. Y sin embargo estamos ante la obra de un maestro. Dan Blake es lo que puede pasar a ser cualquiera de nosotros en el momento en que ya no tengamos los recursos necesarios para defendernos contra el desmantelamiento de unas instituciones cuyo sentido solidario se empezó a debilitar hace más de tres décadas, cuando Thatcher dijo aquello de que "no existe la sociedad, sólo existen los individuos". Leí "Algo va mal", de Tony Judt gracias a Justo Serna. He triturado con la mirada y el alma ese texto imprescindible. Sus líneas no paraban de venirme a la cabeza mientras veía la película.
5. Ayer supe que este domingo por la noche "Salvados" emite una entrevista de Évole a Naomi Klein. No estamos ante un personaje cualquiera. Vean la entrevista y quizá descubran por qué la autora canadiense tiene tantos y tan poderosos enemigos. Yo voy a pasármelo muy bien escuchando al personaje público que más me ha conmovido en la última década.
6. Trump es a no dudarlo un hombre odioso, y todo lo que encarna obedece a un mundo gris, deprimente y resentido. Pero la cuestión es si nos merecemos a Trump. Es una pregunta que deberíamos hacernos cada uno de nosotros, aunque no seamos norteamericanos. Y el problema no se resuelve si el martes pierde.
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