Saturday, October 24, 2009










ÁGORA





1. Unos minutos antes de iniciarse el Valencia-Barça del pasado sábado transitaba entre el gentío por detrás de la grada sur del estadio cuando hube de detenerme porque un tumulto me cerraba el paso. La gente miraba hacia un misterioso vacío que acababa de abrirse en la entrada al parking de Mestalla... Llegaron un señor escoltado por las fuerzas de orden público y entonces lo entendí: era el Presidente del Barça, Joan Laporta. Los gritos desgarradores de caras crispadas y sumamente amenazante acompañaban los insultos a la madre del personaje con los hurras a la patria: ¡arriba España, hijo de puta! En apenas unos segundos -aunque sin duda aquel grupo de adalides de la nación llevaban largo rato concentrados en el lugar para disfrutar aquel fugaz instante de gloria- la carga de furia y odio que se concentró en el lugar fue tal, que creo que si la polícía se hubiera descuidado, a Laporta le habrían llenado de golpes y escupitajos, le habrían hecho comerse una bandera cuatribarrada o, puestos a dejar salir instintos básicos, le habrian desollado vivo.



Todo muy edificante. Me recordaron a esa gente aparentemente desocupada que se congrega a las puertas de los juzgados y espera durante horas a que llegue un imputado por violación, estafa o similares para -con la complacencia de los reporteros presentes, encantados por el espectáculo- lanzarse a increpar, insultar e incluso agredir al presunto delincuente. Cuando presencio este tipo de escenas en la tele siempre me pregunto si un día no pasaré yo con mi despiste habitual por el palacio de justicia y se me echará encima alguno de esos energúmenos que, tras confundirme con un etarra o un salteador de caminos, me arreará una somanta de hostias mientras las televisiones lo filman y el gentío echa fotos con el móvil. Alguno incluso puede enviarle un sms con imagen a sus amigotes y decirles, "mira, mira como ponen a caldo al joputa ese". Me viene a la memoria aquel asunto de cierta Eurocopa de fútbol en Holanda, donde los grupos de ultras de los distintos equipos citaban a la prensa para que acudiera a la hora y el lugar señalado donde iban a pegarse aquel día. Dijo Baudrillard a vueltas con aquel asunto que cada vez que veía un cámara de televisión filmando experimentaba el deseo irrefrenable de salir corriendo, pues aquello era un síntoma de que algún tipo de violencia estaba a punto de estallar.



2. Desde los gritos a Laporta he visto dos veces Ágora. No tengan ninguna duda, deben verla también ustedes; no es imprescindible, al menos en este caso, encontrar una versión original, pero sí es necesaria la gran pantalla de una sala de cine. Puedo aceptar que la película contenga aspectos discutibles. Lo que no entiendo es que se diga -y ya lo he escuchado o leído un par de veces- que resulta "fría". Acepto que los planteamientos narrativos que caracterizan el cine de Amenabar transmiten con frecuencia un paisaje moral algo simplista. No es criticable que, con respecto a la figura de Hipatia, maneje datos hipotéticos, pues difícilmente podría darse una versión definitamente veraz sobre ciertos sucesos en los que estuvo implicada. También detecto una cierta idolatría ingenua hacia su heroína. El personaje al que pone cara y cuerpo Rachel Weisz es a todo punto una figura heroica e intachable, una especie de vestal inmaculada cuya renuncia al amor terrenal parece un símbolo de su entrega a la luz de la sabiduría.



La cegadora luminosidad del personaje central del film, tanto si proviene de la astucia de complacer al gran público como si responde a una propuesta ideológica de trazo excesivamente grueso, lleva directamente a la problemática que ha suscitado las mayores controversias en torno al film. ¿Son las religiones la verdadera gran infección que ha envenenado la historia? Viendo Ágora, se me ocurre decir que los caminos hacia los que los sacerdotes de los distintos cultos -en especial de los monoteístas- han inclinado nuestras vidas han sido los del fanatismo, el odio, la codicia, la lucha descarnada por el poder y la venganza. De entre sus víctimas, la mayor es sin duda la ciencia. Y de ello, este film hace un símbolo en la figura de Hypatia. Pocas buenas películas presentan intenciones tan transparentes: el dogma contra la ciencia, la fe contra la razón.







En muy pocos años, ese enclave decisivo para la historia de Oriente y Occidente que es Alejandría vio cómo se pasaba de tener proscrita a cierta secta desgajada del judaísmo a ser tolerada después, para -finalmente- convertirse de la mano de Teodosio en credo oficial del Imperio. Así, el film explica cómo los sacerdotes paganos, encolerizados por las burlas de las que sus estatuas son objeto por aquellos insolentes, lanzan a sus devotos a protagonizar una matanza de cristianos que termina volviéndose en su contra.

-"¿Desde cuando hay aquí tantos cristianos?", dice uno de ellos cuando la respuesta al primer ataque obliga a los paganos -todavía religión oficial, una mezcla más o menos estrambótica de religión greco-romana y culto egipcio- a encerrarse en el Serapeo para salvar el cuello. Cuando los cristianos obtienen al fin el permiso imperial para tomar lo que resta de la antigua Gran Biblioteca, la suerte de la sabiduría de siglos encerrada en aquel lugar mágico está definitivamente echada: "Basura pagana", y al fuego con aquellos miles de códices repletos de belleza.


El inicio del poder teocrático del nuevo obispo de Alejandría, Cirilo, como tenso contrapeso al de las autoridades imperiales, continuará su labor higiénica de destrucción de los ídolos paganos con la expulsión de la ciudad de los judíos y el saqueo de sus propiedades. "Jesús era judío", dicen los miembros del Sanedrín después de que los violentísimos parabolanos -ejército de Cristo, precedente de los Cruzados y de tantos que las autoridades eclesiásticas han designado para vigilar la presencia del Maligno- hayan hostigado el sabbath a pedradas. Obligados a huir, son declarados raza maldita de la historia. Entre tanta locura, la posición de Hypatia no cambió.

-"¿Y puede decirnos la gentil Hypatia en que cree, dado que no nos consta que siga alguna fe?"


-"Yo creo en la Filosofía"



He olido desde pequeño la corrupción de las almas y los cuerpos en la mayoría de sacerdotes que he conocido, he leído en exceso a paganos y anarquistas... de manera que debe ser un sentimiento irracional el que arraiga en lo más profundo de mis vísceras una hostilidad hirviente contra el cristianismo. Son esos entresijos los que se despiertan cuando veo al odioso parabolano excitar astutamente a las masas para lapidar y arrastrar desnudo por las calles a todo aquel que no abrace la fe verdadera.



Debo matizar, no obstante, que el guión que maneja Alejandro Amenabar no es lo consecuente que habría de ser para explicar por qué prende tanto y en tan poco tiempo la fe de esa misteriosa secta cuyos rezos viajaron desde Asia. Apenas se barrunta que hay una esperanza de liberación de la servidumbre en aquellos monjes que de vez en cuando abandonaban el retiro en el desierto para hacer proselitismo en el tráfago de las ciudades. Apenas se nos habla del hábito de la limosna que granjea la entrega incondicional de los pobres. De haberlo hecho, se podría entender mejor por qué las gentes humildes escuchan a clérigos que, bajo la excusa eterna de la interpretación literal de las sagradas escrituras, predican el fanatismo y la devastación de los heterodoxos.

La extensión de aquella fe por Occidente fue, ciertamente, producto de la crisis del entramado imperial, pero no hubiera prendido de la manera en que lo hizo entre las gentes hasta crear un mundo nuevo si solo hubiera consistido en un amasijo de fetiches y relatos de santos y milagros. Ya no es tiempo de preguntarse si fue peor o mejor para la historia la llegada del orden medieval, cuyas auténticas raíces políticas socioeconómicas y espirituales están empezando a afianzarse en aquel tiempo, y lo están haciendo en enclaves tan decisivos como el de aquella península no muy alejada del Delta del Nilo cuyos magníficos palacios se fueron hundiendo con los siglos, cuando la tierra ya no soporto su inmenso peso.



Pero no puede uno dejar de lamentarse por la extinción de un foco del saber tan fecundo y potente como el de la vieja Biblioteca de Alejandría. Hypatia fue la mejor heredera del impulso neoplatónico proveniente de Plotino y que encontró en aquel lugar admirable su mejor refugio. Fue hija de Teón, último director de la Biblioteca, de la cual el Serapeo, ese lugar que las hordas de fanáticos arrasaron, fue el último reducto. Después, el silencio, las tinieblas. Europa tardó más de mil años en recuperar los descubrimientos de Hypatia y quienes trabajaron en astronomía, matemáticas y filosofía junto a ella. Destinada por su padre a ser un sujeto ejemplar a través de la epimeleia -el cuidado de la propia alma y del propio cuerpo-, la terrible muerte de Hypatia -lapidada y arrastrada por una masa de fanáticos que la acusaron de brujería- es el símbolo de una pérdida de la que, acaso, nunca hemos podido reponernos del todo. Hypatia era sabia, era influyente y era mujer. No me extraña que tipos tan abyectos como Cirilo o Amonio -elevados por la Iglesia Católica a la santidad por los siglos de los siglos- le tuvieran tanto odio.






Quizá haya demasiada épica en favor de un personaje cuya figura, después de todo, está demasiado revestida de la leyenda forjada por Voltaire, el Romanticismo o, más recientemente, el Feminismo. Quizá, pero no conozco otros valores que los que encarna para soñar con un mundo sin mujeres adúlteras lapidadas, curas siniestros que prohíben los condones o misiles que declaran tener a Dios de su lado.








-"Debes convertirte a mi fe, Hypatia"

-"Tú, Sinesio, no puedes cuestionar eso en lo que crees. A mí no me es posible vivir así"


Con esa respuesta, Hypatia firmaba su sentencia de muerte.



Me viene al recuerdo cierto autor, Richard J. Bernstein. Dice en su imprescindible El abuso del mal:

"reconocer nuestra falibilidad es reconocer nuestra finitud humana"

La finitud, cuánta sangre ha costado no entender algo tan simple.

Vean Ágora, por favor. Pocas veces finaliza hoy en día una película mientras parte de la sala aplaude y la otra silba. Eso últimamente ya sólo pasaba en los estadios.
Y, por cierto, hablando de estadios, no sé por qué he titulado con el film de Amenabar un artículo que empieza hablando de Laporta. El caballero tiene poco que ver con Hypatia, desde luego. Quienes le amenazaban e insultaban, esos sí que aparecen en Ágora... Creo que es por eso.

39 comments:

Generación LOGSE said...

"No me extraña que tipos tan abyectos como Cirilo o Amonio -elevados por la Iglesia Católica a la santidad por los siglos de los siglos- le tuvieran tanto odio."


Es el odio le tiene cogido a usted de los pies a la cabeza sin que se dé cuenta. El odio ése bienpensante, confortable e hipócrita que hemos inventado los modernos, frente al diáfano de los antiguos. Es el odio que Amenábar y los millones de Berlusconi buscan instilar en las indolentes masas espectadoras de su tonto espectáculo: el que nace de hacer creer que, p. ej., Amonio es santo y que Cirilo estuvo detrás de la muerte de Hipatia.
Qué esperpénticos e ignorantes somos: decimos combatir "el fanatismo", odiando más y mejor a un nuevo chivo expiatorio. A falta ya de judíos buenos son ahora los cristianos, la cuestión es desayunar un buen tazón de odio respetable y burgués todas las mañanas...

David P.Montesinos said...

Querido amigo. En primer lugar quiero agradecerle su post. Me acusa usted de algunas cosas. ¿Tengo odio inconsciente? No, no es inconsciente, hay personajes elevados a la categoría de santos que me parecen merecedores de una profunda aversión. La historia de Cirilo relatada por Amenabar es similar a la de otros que fueron santificados por perseguir a los que no pensaban como ellos, algo muy común en la historia del fanatismo.


El "nosotros" de los "esperpénticos e ignorantes" que usted aplica por extensión a tirios y troyanos, al cual añade el calificativo de burgués, no aligera la carga del insulto hacia quienes creemos haber visto una buena película. No explica las razones de dichas descalificaciones, como tampoco entiendo la asimilación con Berlusconi -menudo mezclijo-. Tampoco sé por qué son masas "indolentes" las que aplauden este film. Prefiero que acudan al cine para ver "Ágora" que para ver espectáculos mucho más fáciles y menos capaces de suscitar controversias como la que usted y yo tenemos. Aunque sean productos discutibles, como creo que apunto en el artículo, pues entiendo que el film tiene defectos y que sus posiciones pueden en ocasiones resultar maniqueas. "Ágora" es una historia contra el fanatismo religioso, no solo, si usted ha visto el film, contra el cristiano emergente de aquel momento, también contra el de judíos o politeístas. El problema es que estamos demasiado acostumbrados a que sean los "otros" los que envían creyentes a los leones o en el circo o los que lapidan mujeres desobedientes.

Siento odio, es cierto, odio a la turba que asesinó a Hypatia. Pero mi odio es creativo y me mueve a la reflexión. El de usted, me temo, no da para leer de cabo a rabo los escritos que censura. Del mío, solo se queda con el juicio de valor, no se ocupa de las razones.

Veo más constructivo el discurso de Amenabar que el suyo. El de Amenabar es cuestionable; en el de usted, por contra, en los términos en que se pronuncia, resulta difícil encontrar la invitación al diálogo. Ojalá me equivoque... le invito por ello a discrepar aquí cuando le parezca oportuno.

Lleva razón en una cosa. Parece que Amonio no fue reconocido como santo, pero sí que, como narra el guión de "Ágora", Cirilo intentó que se le otorgará tal categoría.
Insisto, es una historia contra los fanatismos de toda índole... y un lamento por la desaparición de uno de los focos de sabiduría más importantes del mundo antiguo, la Biblioteca de Alejandría, quemada y saqueada sucesivamente por las legiones, después por los cristianos -lo que quedó en el Serapeo- y, finalmente, por los musulmanes. ¿Habría sido nuestra cultura la misma si la crisis del viejo mundo no se hubiera resuelto en favor de los fanáticos como San Cirilo? Me lo sigo preguntando.

Gracias por leer y por molestarse en expresar y opinar.

David P.Montesinos said...

Una última cosa que no entiendo. ¿Por qué el odio moderno es "bienpensante, confortable e hipócrita" y "diáfano" el de los antiguos? Le pido que se explique.

El mismo de arriba (1) said...

"...La historia de Cirilo relatada por Amenabar...

Lo ha escrito usted muy bien: "relatada por Amenábar", no por las fuentes históricas. En especial las contemporáneas de los hechos, como el historiador Sócrates Escolástico que en ningún momento acusa a Cirilo de estar detrás del asesinato de Hipatia. Al contrario, Cirilo y toda la comunidad alejandrina --prosigue Sócrates-- tuvieron que cargar con el oprobio que un monaguillo loco llamado Pedro y sus cuatro seguidores lunáticos esparcieron sobre la Iglesia con su desalmada acción. Pero le aseguro que eso nunca se lo contarán en un cine español...

"...como tampoco entiendo la asimilación con Berlusconi -menudo mezclijo-..."

No me puedo creer que todavía no sepa que los 50 millones de euros que ha costado "Ágora" proceden de Silvio Berlusconi y su entramado mediático Mediaset. ¿Pero es que nunca ha oído usted hablar de Paolo Vasile?

"...'Ágora' es una historia contra el fanatismo religioso"

No. 'Ágora' es una película de una simpleza mental abrumadora y sólo da para atacar al cristianismo. Lo otro, lo mismo que las declaraciones de Amenábar sobre los 'chavales de ETA' y lo malo que es 'el fanatismo', no es más que el intento de no enajenarse del todo a los creyentes, sino que también ellos paguen por ver su propia caricatura. La productora sabe que si no acceden al mercado anglosajón nunca se amortizarán los millones ni se podrá pensar en beneficios. Y en los EE.UU., crean o no (que son muchos más los que creen), se toman el cristianismo muy en serio y no les gustan los ataques gratuitos.

"...El problema es que estamos demasiado acostumbrados a que sean los 'otros' los que envían creyentes a los leones o en el circo o los que lapidan mujeres desobedientes."

Con el debido respeto, usted se ha quedado "démodè". En España hace mucho que la única religión atacada con saña salvaje, persistente y continua desde todas trincheras es el catolicismo. Cualquier postura de la Iglesia o común de los católicos es satanizada desde mil altavoces sin oír siquiera un esbozo de justificación por parte católica, y siempre con caricatura, demonización o insulto. Hay que vivir en Marte para no haberse dado cuenta.

"...Lleva razón en una cosa. Parece que Amonio no fue reconocido como santo, pero sí que, como narra el guión de "Ágora", Cirilo intentó que se le otorgará tal categoría."

Según las fuentes históricas, en efecto, Cirilo lo intentó, dolido como estaba porque Orestes infringió el derecho procesal romano torturando a Amonio hasta la muerte. Cirilo cometió entonces el precipitado error de enterrar al monje en sagrado y declararlo mártir. ¿Pero no habla mucho en su favor (dígame un político o personalidad actual que se retracte al instante de algo mal empezado) que escuchase al sector de fieles cristianos que protestaron porque Amonio no había muerto por "odio a la fe", sino a resultas de su propia e injusta acción de lanzar una piedra al prefecto?
Cirilo habría sido un tirano y un líder fanático si no hubiera escuchado el sensato clamor del pueblo fiel, pero, por Dios, ¡escuchó al pueblo y dio marcha atrás!

El mismo de arriba (y 2) said...

"...un lamento por la desaparición de uno de los focos de sabiduría más importantes del mundo antiguo..."

Nada desapareció como no fuera por la furia invasora de los primeros bárbaros del norte, y no fue mucho. Eso es sólo un ridículo mito populachero que ha hecho fortuna desde la Ilustración. La ciencia ha seguido estando y creciendo donde estaba y sólo donde estaba: en Occidente. Agustín de Hipona, Ambrosio de Milán, Alberto Magno, Hildegarda de Bingen, Tomás de Aquino e infinitos nombres más son figuras imprescindibles para la gran cultura occidental, que sería impensable sin ellos.

"...después por los cristianos -lo que quedó en el Serapeo...

Dígame una sola fuente antigua donde conste que los cristianos de Alejandría se ensañaron con los rollos del Serapeo en 391 d. C., y no sólo con la condición pagana de este templo. ¿Cómo iba el califa Omar a haber rematado la colección si ya no quedaban libros?

"¿Habría sido nuestra cultura la misma si la crisis del viejo mundo no se hubiera resuelto en favor de los fanáticos como San Cirilo? Me lo sigo preguntando."

Pero, por favor, ¿cómo ha podido tragarse usted el cuento oriental de que el mundo clásico empezaba y terminaba en Alejandría? ¿Qué cree que contenían de muy valioso los escritos de Teón, por ejemplo, además de profecías órficas, interpretaciones mágicas de las constelaciones y otras fantasías que hoy nos parecen risibles? ¿Pero qué clase de 'supermen/superwomen' o seres de otra especie cree usted que eran los antiguos?"¿Por qué el odio moderno es "bienpensante, confortable e hipócrita" y "diáfano" el de los antiguos? Le pido que se explique."

Porque el odio moderno, sin dejar de ser igual de atroz, irracional y malévolo, se cuida mucho de no poner en juego sus privilegios materiales y su obsesivamente deseada seguridad mundanal. No es capaz de jugarse ni una pizca de bienestar por ser coherente. Los mismos millones que como usted --no sé si usted, ojo-- confiesan ahora odiar el cristianismo, odiarían a cualquier otro grupo social si el "establishment" decidiera señalarlo como nuevo chivo expiatorio.
Yo, como cristiano sumamente defectuoso pero que trata de no avergonzarse de su fe, me siento odiado, mas por otra parte percibo el odio como si procediera de robots; por lo que el número de odiadores no me inquieta, y sí en cambio el inmenso poder social acumulado por quienes les programan para odiar.

Notorius said...

Leo con curiosidad el comentario de ese señor que se denomina "generación logse", pero lo paso por alto porque no entiendo qué es lo quiere decir. ¿Acaso sabe lo que está escribiendo? ¿Cómo se puede tener cogido el odio de la cabeza a los pies? ¿Cómo mezclar a Amenábar con Berlusconi? ¿Qué tiene que ver el odio repetable y burgués con todo esto? El problema de la escritura es que la gente escribe con demasiada facilidad y la mayoría no saben expresar en el papel las ideas (si es que tienen alguna) que pululan por su cabeza. Quizá por eso lo de "generación logse".
Vayamos al asunto. Querido David, estuve el otro día con mi querido padre viendo "Ágora" en uno de los pocos cines "viejos" que quedan en Murcia. Al final de la proyección un pequeño grupo de gente acabó aplaudiendo. Coincido contigo en que la pelíucla es discutible en algunos aspectos, pero se trata de un film más que estimable. La visión que Amenábar tiene de Hipatia está llena de romanticismo y entronca con el conflicto entre ciencia y religión que pretende poner en solfa. Amenábar trata de desgranar -cosa bastante difícil- el enorme conflicto existente a finales del siglo IV entre paganismo y cristianismo, y, por si fuera poco, las luchas de poder entre las distintas facciones. Hay diferencias de posición, por ejemplo, entre Cirilo y Sinesio de Cirene (discípulo por cierto de Hipatia). Amenábar toma partido por su heroína, por la filosofía, por la capacidad de dudar ante todo. Ello le lleva a simplicar algunas cuestiones. Te recomiendo el libro que ha traducido Vegecio para Herder. Se trata de la historia de "Atenais" de un historiador alemán del s. XIX, enamorado también de su personaje. Atenais se educó en Atenas, a principios del siglo V, como filósofa pagana y se carteaba con Sinesio. Su padre era el filósofo ateniense Leoncio. Atenais acabó en Constantinopla, casada con Teodosio II, convertida al cristianismo. ¡Pero dejó escrito un poema¡ que anticipa el mito de Fausto.
Saludos. Notorius

imperfecto said...

Hola a todos...intentaré responder a tu última pregunta, amigo David, a la espera de la respuesta de quién la provocó...

el odio, como instinto primario, es la inmediata respuesta al miedo que provoca lo desconocido, lo inexplicable. Ese sentimiento es "limpio", diafano... entre las hordas que descuartizan a Hypatia, de la misma manera que lo es entre los catetos que vilipendian al Laporta (conste mi escasa estima hacia el personaje.

De ahi, deduzco, que nuestro amigo logsiano distinga entre diferentes categorías de odios, creo que erra en atribuir esa diferenciación a una cuestión meramente cronológica...

y vuelve a incurrir en otro gravísimo error, este de libro, cuando compara el odio de la horda con el odio del individuo, personal, intransferible y forjado, no de manera instintiva, si no a través del conocimiento y la reflexión.

Exactamente igual, y ahora me dirijo a usted, señor generacion logse, que el odio de los que azuzan y alientan las hordas... hace mil quinientos años linchando a la señora de marras, dos mil, diez, o la semana pasada en Mestalla insultando a otro cateto al que le gusta más una poltrona que a un tonto un lapiz...

me da, con todo el cariño, que ha meado usted fuera del tiesto.

un saludo.

imperfecto said...

Mi mensaje llegó con retraso... ya había respondido usted, generacion logse.

Así, me ha parecido entender, que el problema fundamental de la película de Amenabar (que, por cierto, no he visto) y por extensión de la sociedad, por usted denominada moderna, es el odio exacerbado de esta hacia los cristianos...

no me voy a extender, discúlpeme si considero el debate una solemne memez inconsistente y fruto de cierta paranoia. Sólo insistir en que nada tienen que ver el odio de la masa enardecida con el odio del instigador de esta... y puestos a buscar instigadores, la historia, aceptada por la propia iglesia, nos recuerda que el cristianismo gana por goleada (permítaseme el simil futbolístico.

para acabar..."los americanos se toman el cristianismo muy en serio y no les gustan los ataques gratuitos"...

esta afirmación es para enmarcar, amigo generación logse, y es que los americanos se toman muy en serio el cristianismo, se toman también muy en serio el islamismo, y el socialismo, y varios ismos más, son muy serios estos americanos... "válgame el señor"...

un saludo.

Anonymous said...

"Así, me ha parecido entender, que el problema fundamental de la película de Amenabar (que, por cierto, no he visto) y por extensión de la sociedad, por usted denominada moderna, es el odio exacerbado de esta hacia los cristianos..."


Perdón, no me habré explicado bien. El problema no es el grado de odio que aquí y allí se revuelva y fomente. Allá cada cual con la presión que le mete a las venas del cuello. El problema es que se trata de un odio INJUSTO la mayoría de las veces. Y en el caso de Amenábar, es algo palmario porque, además, para inducirlo necesita de la mentira y de su correlato (la perezosa credulidad ajena), casi tanto como del dinero o los medios técnicos.


"...son muy serios estos americanos..."


Más que nada es que son muchos, y además van al cine desde hace bastante (porque no me negará que el cine es americano; luego veremos las risibles alfombras rojas de "los Goya", esos miméticos Oscars de pega de la rimbombante "Academia" del cine español; todo merced a que la sangría de las arcas públicas da para pagar bodrios ideológicos. Eso estará muy bien --bueno, el que no los conozca que los compre claro--, pero el cine es americano, lo siento mucho. Y más lo sentirán Berlusconi, Vasile, Bovaira y Amenábar si al final los americanos dicen que nones, y no consiguen penetrar en el mercado anglosajón después de haber rodado "Ágora" en inglés y con actores anglófonos...

David P.Montesinos said...

Me limito a las alusiones que a mí se me hacen, y trato de contestar a las mismas punto por punto, aunque agradezco las intervenciones de todos y el salubre aire de la controversia ante un tema que, como pretendió el autor del film, no estaba destinado a generar indiferencia.

Antes de entrar en las críticas, ciertamente duras, que me dirige Generación Logse, debo hacer una matización. Se ha tomado usted la molestia, que valoro sumamente, de referirse a todos aquellos aspectos del post de los que discrepa, y lo hace citando literalmente, pero creo que elude el hecho de que en dicho post cuestiono ciertos planteamientos algo simplistas con los que se nos presenta el paisaje moral del film. “Ágora” parece la historia de una mártir, y eso ya de por sí arrastra importantes peligros.

Por otra parte, creo que tiene usted un serio problema con su fe, se lo digo con todo afecto. No es ella la que le separa de mí, sino los presupuestos desde los que articula su defensa. ¿Defensa de qué? ¿De una religión con implantación universal y dos mil años de historia? ¿Del medioevo? ¿De la autoridad de la jerarquía vaticana? Manifesté –esto es una bitácora- cierta fobia personal hacia el cristianismo y hacia las religiones en general como el reconocimiento de un prejuicio que intento que no me ciegue. Reconozco cierta debilidad personal en ello, pero no soy idiota. Sería ridículo reducir a una palabra, elogiosa u ofensiva, algo tan laberíntico y complejo como un movimiento de masas con una historia tan extensa. Tampoco pretendo, por idéntica razón de prudencia intelectual, confrontar “mundo antiguo” contra “Edad Media”, como si esto fuera un Madrid-Barça. Más bien creo que es su discurso el que sucumbe a este tipo de procedimientos abusivos por reduccionistas. El tono en el que se refiere a los “antiguos” o a los “ilustrados” lo evidencia. Su problema es que confunde la fe con el voto de obediencia. Mis relaciones con Dios no son mejores ni peores que las suyas, pero son los católicos los que se ofenden como si se atacara el sentimiento religioso cuando en realidad lo que se critica son sus manifestaciones intolerantes y, sobre todo, la autoridad de sus líderes. ¿Por qué resulta tan difícil asumir que son hombres –seres humanos y por tanto falibles, y a veces ambiciosos y mezquinos- los que deciden elevar a un indeseable a la categoría de santo? Belarmino tuvo en el XVII una participación decisiva en el ajusticiamiento de Giordano Bruno, y resulta que este señor forma parte del santoral. ¿Qué pasa? ¿Es que como una canonización es secula seculorum ya ha de sentirse insultado el católico porque se cuestione? ¿Es que las decisiones no son rectificables y hay por tanto que plantarse en lo de defendella y no enmendalla? ¡Dios, qué débiles son entonces ustedes! Cualquiera un poco lúcido es consciente de que la historia de cualquier tribu, nación o credo es en gran medida un reguero de sangre. El empeño en no aceptar que la Iglesia Vaticana ha protegido, fomentado y disculpado a verdaderos criminales me suena a negacionismo, a ponerse un velo en los ojos y a negar la evidencia del mal. Respeto profundamente su fe y las acciones que dicha fe le inspiran, pero la vocación de defender conductas indefendibles de un mandarinato tan oscuro como el que gobierna el orbe católico desde tiempos de Pedro, ese no pienso respetarlo, de ninguna manera.

imperfecto said...

Amigo mio, Hollywood ha sido, y sigue siendo, la mayor fábrica panfletaria de bodrios ideológicos basados en monstruosas mentiras, ¿de qué estamos hablando?... ¿de las presuntas manipulaciones históricas que haya podido llevar a cabo el bueno de Amenabar, hecho que no discuto fundamentalmente por irrelevante, o del odio visceral de una buena parte de la sociedad para con los cristianos, según usted?...

¿o es que ahora se desdice de estas, sus palabras?... "En España hace mucho que la única religión atacada con saña salvaje, persistente y continua desde todas trincheras es el catolicismo"

pues bien... si no se desdice, sigo pensando que está usted cerca de padecer un agudo cuadro paranoico con independencia del catetismo de nuestra academia de cine, las falacias de Amenabar o la defensa desmedida de la libertad de culto del pueblo americano...


Le pediría un favor, hable claro, diga lo que piensa, y si es posible, apoyado en argumentos de cierto peso que le eviten tener que enconarse en cuestiones que, por su propia índole, (no olvidemos que estamos hablando de un puro y duro negocio, el ocio)desmerecen cualquier conclusión que se nutra de ellas.

un saludo.

Anonymous said...

"Cualquiera un poco lúcido es consciente de que la historia de cualquier tribu, nación o credo es en gran medida un reguero de sangre".


Porque la sangre corre por debajo de la piel y a través de las venas: ni siquiera Cristo prometió a sus discípulos que serían espíritus puros mientras hollasen la Tierra. Pero me niego a reconocer que la historia cristiana haya sido una orgía de sangre, si antes no visten de saco y duermen sobre cenizas los que exaltan la Revolución Francesa, sus 25.000 cabezas cortadas, sus inacabables y sangrientas guerras y su genocidio de hombres, mujeres y niños en La Vendée. Y los que votan a partidos marxistas, sabiendo los 100 millones de muertos que llevan ya sobre sus inexistentes conciencias los sistemas del "socialismo real". O los exquisitamente avanzados holandeses, belgas o británicos que se enorgullecen soberbiosamente de sus democráticas, laicas y liberales monarquías, sin querer hacer cuenta de que sólo hace cuatro días que --bajo esos mismos regímenes-- estaban arrasando el Tercer Mundo con sus atroces y predatorios sistemas coloniales. Y que sólo hace dos días que los padres de sus igualmente liberales y laicos vecinos germanos arramblaban en sólo 10 años con las vidas de 25 millones de personas. Y sólo un día que sus rubios, altos y deportistas titos estaban practicando el "apartheid" en Sudáfrica a velas desplegadas. Y...



"Respeto profundamente su fe y las acciones que dicha fe le inspiran, pero la vocación de defender conductas indefendibles de un mandarinato tan oscuro como el que gobierna el orbe católico desde tiempos de Pedro, ese no pienso respetarlo, de ninguna manera."


Y hace muy bien en dar rienda suelta a su libertad. Pero le aseguro a usted, mas sobre todo a los tartufos que buscan con sus muchos medios económico-políticos hacer de los católicos y los cristianos en general el nuevo chivo expiatorio de la sociedad-masa occidental, que no es la historia cristiana sino ellos mismos, sus ridículos buenismos de baratillo y sus relativismos bienpensantes de última hora los que tienen transido el alma de una oscuridad mucho más densa e impenetrable que la nuestra, con todas nuestras miserias e infidelidades. Y nunca les dejará descansar; y quizás frustre esta vez (alguna tendría que ser) sus indignos propósitos de anular y negarnos la existencia misma a los que no repasamos la línea de puntos de la oligofrénica doctrina "politically correct".

David P.Montesinos said...

Dado que ha tenido la generosidad de refutar punto por punto, contrarrefutaré asignando número a cada uno de los aspectos del post a que usted se refiere y en el orden en que lo hace.

1.Convertir en máxima autoridad al referente historiográfico por “proximidad temporal” (en este caso Sócrates Escolástico) me parece discutible. La reconstrucción a posteriori de un buen investigador puede ser tanto o más válida, entre otras cosas por estar menos determinada por la necesidad de no indisponerse con el poder vigente en el momento de los hechos. Otras fuentes que usted elude, no sólo los modernos adoradores de Hipatia a los que desprecia, sí dan razones en favor de la hipótesis de Cirilo como instigador. Puestos a no perdernos en el fárrago de las interpretaciones y las hipótesis sobre lo improbable, dejo que el sentido común me inspire una pregunta: ¿cómo aquella turba de incontrolados pudo actuar con tanta impunidad? Capturaron a Hipatia a pleno día, la llevaron hasta el Cesareo y allí, sin oposición, le aplicaron lo que parece un bárbaro y sangriento ritual. Todo hace indicar –no hay más que leerse la biografía del obispo alejandrino- que fue Cirilo quien creó el ambiente idóneo para la persecución.

Hablando de “fuentes cercanas”, podría citarle los epigramas del alejandrino Páladas, cuya angustia refleja el creciente asedio que sufrieron en Alejandría los “helenos” que no quisieron convertirse desde que Teodosio decretó el cristianismo como religión oficial del imperio. Es más: apenas pasan diez años desde que tal cosa ocurre y se prohíben los demás cultos, lo cual nos lleva a una conclusión: Cirilo se propuso destruir la disidencia. No es tanto un problema de conciencia religiosa como de uso político de la fe de las masas. Aquellos monjes llegados del desierto asesinaron brutalmente a Hipatia por ser pagana, filósofa y mujer, pero el poder fue cómplice de aquella ferocidad.

2.Sé quién es Vasile y, en cuanto a Berluconi, me parece la encarnación del cinismo, porque financia cualquier cosa que dé dinero, y de la doble moral, porque se lleva estupendamente con el papado al tiempo que practica los vicios condenados por los Evangelios.

La alusión de Amenabar a ETA está descontextualizada. Simplemente intenta reivindicar la vigencia de su relato: el caso Hipatia es rabiosamente actual. La alusión al cristianismo norteamericano no la entiendo.

¿Vio usted la película? Es falso que “sólo da para atacar al cristianismo”. El relato es una sucesión de agresiones y venganzas entre distintas confesiones, incapaces por lo visto de convivir en paz. Algún día me explicarán por qué algunos asumen la fe como el mejillón-cebra, incapaces de existir sin destruir a los distintos.

David P.Montesinos said...

3. El catolicismo es criticado entre nosotros porque su presencia en la constitución de la identidad colectiva de Occidente es inmensa. Si Yemen fuera una democracia, muchos yemeníes criticarían el Islam. Tenemos una democracia, y se la debemos por ejemplo a los ilustrados que usted desprecia. En cualquier caso critico posturas de la Iglesia, no ataco la fe. No obstante, empieza a resultarme irritante ese complejo victimista con que reaccionan algunos católicos a ciertas controversias. De esta forma, como todo se hace formar parte de una persecución, se terminan esquivando los argumentos. Es infame argüir que hay “persecución” anticristiana: simplemente hay sensibilidades opuestas a la suya. Parece que les cuesta asumir eso sin sentir que el trasfondo es la iniquidad moral del interlocutor.

4. No, lo siento, no creo que Cirilo se diera cuenta de que debía rectificar. Todas las semblanzas biográficas que de él conozco no apuntan precisamente al tipo de hombre que rectifica. Muy al contrario, creo que fue ante todo un estratega. En cualquier caso no es tema que me inquiete en exceso. Se le haga justicia o no al tal Amonio, creo que Amenabar construye la figura de un asesino fortalecido por el odio y por la certeza de sentirse en posesión de la verdad y tener derecho, por ello, a aterrorizar a quienes se niegan a ver dicha verdad. El problema no es Amonio, en realidad ni siquiera Cirilo: el problema es el fanatismo.

5. Es usted quien caricaturiza. Decir que la ciencia sólo ha estado en Occidente es caer no sólo en falsedad sino además en eurocentrismo. Los santos de Hipona y Aquino –yo añadiría a Guillermo de Ockam- son figuras sin duda admirables, pero su significación en la historia de la filosofía, no superior por cierto al no occidental Averroes -al que usted sin duda desprecia-, está determinada por la fundamentación clásica. Agustín es grande por su reactualización de los textos de Platón, mientras que Tomás no lo es por su fe o por su observancia como lector de textos sagrados, sino por su minucioso aristotelismo.

6. Le doy la razón, pero temo que no le va a gustar. El historiador cristiano Orosio explica en 415 que, ciertamente, los estantes de la biblioteca hija ya habían sido “vaciados por nuestros hombres”. La biblioteca “muere “ pues en el siglo V, luego quienes acabaron con la “basura pagana” no fueron los árabes, sino los cristianos. La versión de Amenabar es, pues, creíble.

7. Teón fue un gran hombre. A usted le parecen risibles los conocimientos en filosofía, matemáticas o astronomía de los neoplatónicos de la Escuela de Alejandría. No me suponga idiota, yo sólo digo lo que digo. Los antiguos no fueron superhombres ni los medievales infrahombres. Es usted quien se mueve confortablemente en este tipo de reduccionismos; es usted quien tiene el problema, no yo. En cualquier caso, el hecho de que los estudios sobre Aristarco de Samos, es sólo un ejemplo, tardaran más de mil años en ser recuperados, me parece un argumento contra la ceguera de quienes, desde el fanatismo, consideran que sólo son válidas las Sagradas Escrituras.

No se avergüence de su fe, nadie se lo pide.

El establishment no decide por mi a quién he de odiar, como usted sugiere: aspiro a pensar por mí mismo.

David P.Montesinos said...

Me resulta difícil contraargumentar. Si tenemos la posibilidad de debatir es por qué forma parte del discurso de la modernidad la libertad de pensamiento y la posibilidad de construir el saber y la convivencia a partir de la deliberación, cuestiones que, por cierto, se fundamentan en los textos de los pensadores griegos y en el Derecho Romano. La historia de Occidente en los dos últimos siglos está preñada de horrores, ¿quien lo duda? No hace falta leer a Adorno para darse cuenta de que, probablemente, la interpretación que se ha hecho del discurso racionalista está repleta de contradicciones y es, indirectamente, causa de toda suerte de atrocidades. El problema es que puedo vivir sin Dios y sin sacerdotes, pero no sin Montesquieu,Kant o Rousseau.

Insisto en lo de la "manía persecutoria". ¡Es sólo una película, demonio! ¡Deje de pensar que le persiguen!

imperfecto said...

Poco se puede añadir a la magnífica réplica de David, unicamente señalar la pobreza de argumentos de quién justifica atrocidades con más atrocidades, de quién se siente perseguido, -cuanto me suena la cancioncilla,¿donde la habré oido antes?-, por conspiraciones judeomasonicasbolcheviques, malos malísimos todos ellos, asesinos despiadados, cortadores de santas cabezas cristianas limpias de todo mal...

mire, señor generacion logse, casi que me quedo con las simplezas con las que inició sus intervenciones al respecto de Amenabar o la riqueza de espíritu de los norteamericanos, serios, serios y sin mácula alguna que señalar... patético amigo.

un saludo.

Tobías said...

Reconozco que preferiría haber visto la película (lo haré a la mayor brevedad) antes de atreverme a escribir algún comentario. Sin embargo, y aunque comparto prácticamente todo el magnífico artículo de David, el tema de fondo y el señor que se siente ofendido porque algunos desconfiemos de las bondades del teocentrismo, me parecen tan interesantes que comentaré algún pequeño aspecto.

No voy a recurrir a Deschsner y su "Historia criminal del cristianismo" o al mismo Gibbon, cuya irritación ante el ascenso de la religión cristiana es bien conocida, pero supongo que el señor de la Generación Logse, que parece persona leída, reconocerá a Luciano Canfora como uno de los grandes historiadores de la actualidad.

Veamos pues: resulta que el simpático Ammonio era el líder de una tropa de monjes fanáticos que dejaron medio muerto a Orestes, prefecto de Egipto, que ya se había enfrentado a Cirilo cuando éste (ejemplo sumo de tolerancia y alabado entre las élites teológicas por su extensa labor poligráfica –cosa que no puede decirse de Hipatia- ¿curioso verdad?) desató una campaña contra los judíos que residían en Alejandría. No hace falta explicar que el cristianismo, como cualquier religión monoteísta, tiende a ser un poquito excluyente, y en estas épocas, por las que todavía no había pasado Montaigne o la tan denostada Ilustración, eso de la tolerancia no estaba muy bien visto. Al hábil Cirilo el centro neoplatónico liderado por una mujer –Hipatia- (criaturas diabólicas, ya se sabe) le irritaba por ser un obstáculo, un oasis de libre pensamiento, ante su proyecto homogeneizador.

Es extraordinario pero en la disimulada incitación de Cirilo reconozco un modo de actuar de la Iglesia que tendrá larga trascendencia. Dio a entender que Hipatia era el problema (por su influencia sobre Orestes) que impedía la reconciliación entre el obispo y el prefecto. Cirilo sabía que no faltarían fanáticos cumplidores de la ley de Dios que entenderían el mensaje. Y vaya si lo entendieron.

Sócrates Escolástico, que aquí ha sido nombrado, afirmó lo siguiente: “el crimen arrojó infamia sobre Cirilo y la Iglesia de Alejandría”, aunque ciertamente no dice explícitamente que el culpable fuera el obispo. Cosa que sí dice Damascio un siglo después de los hechos: “Cirilo… tramó el asesinato de esta mujer…” (Vida de San Isidoro). De acuerdo, la fuente más próxima no es tan explícita pero casualmente hay otro contemporáneo de los hechos, el arriano Filostorgio, del que tenemos datos a través de la síntesis realizada por Focio. El tal Filostorgio denuncia sin ninguna duda que el crimen no fue perpetrado por una multitud fanática sino por el clero alejandrino (dirigido obviamente por Cirilo) que abusaba de su poder. Por cierto, según todos los indicios, Orestes exigió una investigación que Constantinopla encargó a un tal Edesio. La cosa quedó en agua de borrajas y Damascio comenta el asunto de la siguiente forma: “Este crimen trajo vergüenza a la ciudad (vaya, lo mismo que dijo Sócrates Escolástico), y el emperador se habría indignado por lo acontecido si Edesio no se hubiera dejado corromper”. ¿A qué adivinan quién estaba interesado en corromper a Edesio?

Tobías said...

Señala David que cuando a Hipatia le preguntan en qué cree afirma que ella solo cree en la filosofía. Es tanto como decir que está dispuesta a buscar el conocimiento y a plantearse dudas. Nunca fue peligroso el escéptico, es el fanático el que se alimenta de certezas y trata de imponerlas. Mucho me temo que un cenáculo de escépticos, en el que tal vez hubiera algún Celso, debía ser difícilmente soportable para quienes seguían aquello que dijo Tertuliano: “No razones, sino cree”.

Por último, le diré al señor que tan preocupado está por la persecución (¿de quién?) contra los creyentes que personalmente yo sería de los que, parafraseando a Baroja, elegiría el palo y no el cirio. Más que nada porque como me dedico a la historia conozco la trayectoria del catolicismo español, su permanente adscripción al poder y la santificación de la explotación más abyecta por parte de las clases propietarias, su vergonzosa manipulación de los desfavorecidos y la entrega repugnante a un régimen criminal como el franquismo. Hoy en día, señor mío, la Iglesia y sus acólitos, que usted defiende con tanta vehemencia, sigue gozando de privilegios inaceptables en una sociedad que se dice laica y estoy convencido de que, a poco que escépticos como Hipatia cedan con una sonrisa de desprecio en lugar de sostener una lucha incondicional, los nostálgicos del nacionalcatolicismo volverán a sumir este país en la miseria moral y el oscurantismo.

Una última cosa David, he leído pocas caracterizaciones tan atinadas del personaje llamado Ricardo Costa.

Anonymous said...

"Otras fuentes que usted elude [...] sí dan razones en favor de la hipótesis de Cirilo como instigador."

El primero que lo hizo fue Damascio, un filósofo neoplatónico alejandrino del siglo VI (¡!), recogido en la enciclopedia bizantina "Suda" (al final de la voz 'Hipatia'). Era declaradamente anticristiano. [¿Ha visto? Filósofos paganos escribiendo tranquilamente en Alejandría contra los cristianos siglo y medio después de Hipatia, y todo recogido en una enciclopedia bizantina --cristiana-- del siglo X. ¿A que no le ha contado Amenábar que la Escuela Filosófica de Alejandría continuó tan pancha después de Hipatia hasta su progresiva y completa cristianización ya en pleno siglo VII?


"...¿cómo aquella turba de incontrolados pudo actuar con tanta impunidad?..."

Con la misma con la que los alejandrinos asesinaron en 361 al obispo [cristiano, evidentemente] Jorge de Capadocia, sacado brutalmente de la iglesia, atado a un camello, despedazado y quemados sus restos. Y luego, en 457, al obispo Proterio, cuyo cadáver acabó igualmente en el fuego, tras haber sido arrastrado por las calles.
¿Sabe usted cuántos barrios y habitantes tenía Alejandría para su época...?


"...le aplicaron lo que parece un bárbaro y sangriento ritual..."


El mismo que a esos obispos (o más recientemente, durante la Guerra Civil, a otros varios obispos, castrados o mutilados vivos antes del golpe final). Al menos a Hipatia la descuartizaron después que murió bajo el impacto de los "óstraka". Lo de las "afiladas conchas de moluscos", por cierto, es una superchería de Edward Gibbon popularizada por el divulgador televisivo Carl Sagan. Y si usted cree que en la sombra estaba San Cirilo, pues está en su derecho, pero nunca podrá probarlo como tampoco pudo el gran Gibbon.


"Aquellos monjes llegados del desierto asesinaron brutalmente a Hipatia por ser pagana, filósofa y mujer, pero el poder fue cómplice de aquella ferocidad."


Los monjes de Nitria bajaron a Alejandría a ponerse a disposición de Cirilo en un momento de dura tensión en la ciudad. Increparon y agredieron a Orestes al cruzárselo por azar, y Amonio pagó por ello con su vida. Pero no fueron esos monjes los que mataron a Hipatia, se ponga Amenábar como se ponga.


"...distintas confesiones, incapaces por lo visto de convivir en paz... incapaces de existir sin destruir a los distintos."


Todos los cristianos repartidos por el mundo viven en paz con las demás confesiones. Si acaso son víctimas, pero nunca agresores (como este mismo verano en Pakistán, donde numerosos hombres, mujeres y niños cristianos murieron abrasados vivos bajo la consabida y falsa acusación de un Corán profanado; a los opulentos medios occidentales no les interesó contarlo; Amenábar nunca les hará una película).

Anonymous said...

"Tenemos una democracia, y se la debemos por ejemplo a los ilustrados que usted desprecia."


Sólo la Escuela de Salamanca, con Francisco de Vitoria, Soto, Cano, Azpilcueta, Mercado, etc. O Francisco Suárez, el padre Mariana, Diego Laínez, los dominicos del Nuevo Mundo... ya echaron las bases de un sistema democrático mucho más moderno y de entraña profundamente liberal, más justo y duradero que lo que dio de sí la mediocre autocomplacencia ilustrada. Tan es así que el holandés Hugo Grocio no deja de agradecer por toda su obra que Vitoria y los "magni Hispani" desbrozaran el camino para un derecho internacional moderno presidido por la doctrina de los Derechos Humanos. Hoy sus humildísimas tumbas en el convento dominico de San Esteban de Salamanca reciben en forma de homenaje y flores el tributo de gratitud de estudiosos de la democracia parlamentaria liberal como los discípulos de Hayek o de Grace Marjorie-Hutchinson. De Diderot nadie se acuerda, como no sea en aburridas clases de instituto de provincias.

Su atribución al pensamiento del cordobés Averroes como "no occidental" prefiero tenerla por no puesta. De paso le animo a que se interese por él en los países de su "cultura" original; y a que encuentre algo de su obra en los anaqueles de las bibliotecas de cualquier "Universidad Islámica"...


"...por su reactualización de los textos de Platón ...por su minucioso aristotelismo."


Caramba, y ese Platón ¿no "reactualizó" a su vez a un tal Sócrates? ¿Y no enseñó Aristóteles veinte años en la Academia platónica antes de lanzarse a la aventura del Liceo? Así funcionan el pensamiento y la ciencia, ¿no?


"...luego quienes acabaron con la “basura pagana” no fueron los árabes, sino los cristianos..."


¿Pero no acaba usted de constatar lo que Agustín (recuerde: siglos IV-V) o Tomás deben a Platón y Aristóteles? ¿Qué pasaba entonces? ¿Que los manuscritos que quemaban los obtusos cristianos tenían un sistema secreto de auto-reintegración...?


"Teón fue un gran hombre. A usted le parecen risibles los conocimientos en filosofía, matemáticas o astronomía de los neoplatónicos de la Escuela de Alejandría."


Teón no era neoplatónico, sino un científico cuyos progresos estaban lastrados por sus creencias órficas, herméticas, esotéricas, adivinatorias y de los cultos paganos en general. Los títulos de sus obras que aparecen en la "Suda" son muy elocuentes al respecto: "Sobre las señales del cielo, la observación de las aves y el graznido de los cuervos", "Sobre la salida del Can" (astrología)...
Fue su hija Hipatia la que se desmarcó de todo esto convirtiéndose al neoplatonismo docente y militante. Y a mí sí me resulta interesante el neoplatonismo, perdone.


"Aristarco de Samos, es sólo un ejemplo, tardaran más de mil años en ser recuperados, me parece un argumento contra la ceguera de quienes, desde el fanatismo, consideran que sólo son válidas las Sagradas Escrituras."


¿De verdad cree usted que, como en el "best-seller" de U. Eco, hubo un celoso y maquinador Javier de Burgos velando en su sórdido monasterio para que Europa ignorara la obra de Aristarco?
Pues me parece muy lamentable.


"El problema es que puedo vivir sin Dios y sin sacerdotes, pero no sin Montesquieu,Kant o Rousseau."


Pasen Montesquieu y Kant, pero ande que liberarse de los curas para recaer en las paranoias cursis, empalagosas e hiper-narcisistas de un verdadero teórico del totalitarismo moderno como fue Rousseau... Lo que es por mi parte, no le arriendo la ganancia. Prefiero que haya un humilde curilla asistiéndome en mi última agonía, antes que sentir alrededor el tufo y la insufrible fatuidad del Ciudadano de Ginebra, para cuya auto-contemplación no bastaba la pequeña ciudad-estado helvética.

David P.Montesinos said...

Déjeme que le diga una cosa: no entre nunca en un aula, puede hacer mucho daño.

¿Por qué le interesa este blog? Le he agradecido repetidamente sus intervenciones, pero creo que usted no escucha. Tengo amigos creyentes con los que intercambio ideas con toda fluidez. Ellos y yo compartimos el presupuesto de que un diálogo no es un pugilato de posiciones encontradas donde, como en los tribunales, uno encuentra los recovecos para que su postura no acabe nunca de ser completamente refutada. En contra de los deseos familiares me hice filósofo y no abogado precisamente porque detesto este tipo de confrontaciones capciosas. Usted solo toma de cada lugar lo que le interesa, lo cual me parece intelectualmente deshonesto. La suficiencia con la que califica y descalifica grupos, épocas, personajes, los buenos y los malos: Diderot sí porque era creyente, “solo los de la Escuela de Salamanca”… ¡qué soberbia! Es inútil que yo le diga que valoro a Francisco Suárez, como se lo dije de Tomás y Agustín. Es inútil que le diga que lo que más valoro de Teón no son sus teorías astronómicas. Los cristianos son buenos para usted siempre excepto algún incontrolado que, en cualquier caso, mata con menos sadismo que los demás. Por favor, seamos serios. Usted es incapaz de asumir que uno puede vivir dignamente sin pensar como usted ni, sobre todo, sin compartir la fe que dice tener. Yo creo que solo tiene fe en organización burocrática que se arroga la mediación con Dios.

Y deje de caricaturizar. (Falacia del hombre de paja, presento una versión grotesca de la visión del otro y luego me dedico a lanzar los dardos contra esa caricatura) Se entiende perfectamente que hablo de Averroes como no occidental porque era andalusí, en cualquier caso no soy yo aquí el sospechoso de islamofobia, aunque, créame, no quiero ponerme a discutir con usted sobre el tema árabe. Platón no es grande en la historia de la filosofía por reactualizar a Sócrates. (Por favor, no me obligue ahora a glosar a Platón)

¡Qué risa! Un sistema secreto de auto-reintegración. Es usted quien me atribuye reduccionismos en los que no caigo. Es usted quien cree que en el mundo solo hay Bien y Mal, no yo. Los cristianos destruyeron los restos de la Biblioteca de Alejandría, pero no solo había manuscritos platónicos o aristotélicos en aquel lugar. Se hizo un gran esfuerzo desde el monacato por proteger todos aquellos tesoros. ¿Quién lo duda? Es usted quien necesita reducir a cero al que no comparte sus creencias, no yo.

“El nombre de la rosa” me parece una gran novela, un trabajo sutil y propio de un gran conocedor del mundo medieval, muy lejos de la torpeza de los Dan Brown y compañía. He conocido personajes como Jorge de Burgos, enemigos de la risa y empeñados en que la mierda de vida que ellos llevaban nos tenía que salpicar también a los demás. Eso sí, no tenían la honestidad personal de Jorge como para reconocer que quienes no compartían su triste visión del mundo eran a pesar de todo dignos de ser conservados, aunque hubiera que envenenar las páginas. En cuanto a Rousseau, en fin, llevo media vida con él, mejor lo dejo… No dialogo para defender una posición, dialogo para que el otro me dé algo de lo que yo carezco. Con usted no lo consigo, empiezo a caer en el desánimo.

Por cierto, y citando a don Umberto, aún no sé su nombre.

David P.Montesinos said...

Centrados en la controversia he olvidado agradecer sus intervenciones a Imperfecto y a Tobías. Gracias, como siempre que os dejáis caer por aquí. "Ágora" no va a decepcionarte, visión imprescindible. Más aún por las ronchas que despierta.

Anonymous said...

"No voy a recurrir a Deschsner y su "Historia criminal del cristianismo" o al mismo Gibbon..."


Hace bien porque entonces sería una presa demasiado fácil :-)


"Cirilo... desató una campaña contra los judíos que residían en Alejandría."


Esa especie no la puede decir Canfora porque tiene todas las trazas de provenir de Amenábar. Los judíos alejandrinos, según Sócrates Escolástico, provocaron a los cristianos hasta perpetrar una horrible matanza de inocentes. Ante la pasividad de Orestes, Cirilo aplicó el derecho vigente expoliando y expulsando a los judíos de Alejandría. No hay una sola prueba en las fuentes que presente a los cristianos provocando gratuitamente a los judíos en el teatro sino justo al revés.


"...el centro neoplatónico liderado por una mujer –Hipatia- (criaturas diabólicas, ya se sabe)..."


Eso lo sabrá usted por su cuenta y riesgo, oiga.


"...Dio a entender que Hipatia era el problema (por su influencia sobre Orestes) que impedía la reconciliación entre el obispo y el prefecto. Cirilo sabía que no faltarían fanáticos cumplidores de la ley de Dios que entenderían el mensaje. Y vaya si lo entendieron..."


Creo que le perjudica ver tantas películas.


"..Cosa que sí dice Damascio un siglo después de los hechos: “Cirilo… tramó el asesinato de esta mujer…” (Vida de San Isidoro).


Ya he explicado quién era Damascio y donde se hallan recogidas sus palabras. Y el verdadero título de su obra era "Vida de Isidoro". Ese Isidoro no era un santo, como usted pretende, sino su maestro neoplatónico. Y ahí mismo dice también que Isidoro estaba casado con Hipatia. Un testimonio muy fiable, ¿no le parece...?


"...el arriano Filostorgio, del que tenemos datos a través de la síntesis realizada por Focio...".


No sé si sabe que la "síntesis" de Focio es del siglo IX, casi ya en la Alta Edad Media, y que los argumentos que usted entresaca del testimonio de Filostorgio no debieron de convencer ni al mismísimo Focio que los recoge (y que seguro que también sabe que fue el primer gran protagonista del Cisma de Oriente), porque la Iglesia Ortodoxa sigue venerando a San Cirilo entre sus santos más grandes.


"Más que nada porque como me dedico a la historia..."


Permítame dudar de que el objeto de sus desvelos sea al menos la Historia Antigua...

imperfecto said...

No se merecen, David. Me pregunto si la pérdida de fieles, hecho que está forzando al vaticano a procesos de acercamiento hacia otras confesiones, anglicanos y lefevristas ultimamente, precisa ser justificada generando ese sentimiento victimista por el que la fe pierde peso especifico a causa del odio gratuito de la sociedad laica.

De ser así... que pobreza y debilidad demuestra, dicha fe, siendo vulnerable a un sentimiento que históricamente no ha hecho si no fortalecer aquello en lo que se ha fijado.

un saludo a todos.

Anonymous said...

"Déjeme que le diga una cosa: no entre nunca en un aula, puede hacer mucho daño."


Llevo en las aulas desde que eché los dientes hasta hoy. Primero sentado en el pupitre, y luego, sin solución de continuidad, sobre la tarima del profesor. Y le aseguro que mis alumnos y alumnas piensan justo lo contrario que usted, y así lo manifiestan. En especial, los antiguos, cuyo testimonio lógicamente es el más objetivo.


"Tengo amigos creyentes con los que intercambio ideas con toda fluidez."


Eso me recuerda, sin que tenga que ver con usted, que también yo veo a muchos creyentes pagar en el cine por contemplar su burla y aplaudir su propia caricatura hasta llegar a enrojecerse las manos. Debe de ser el signo de estos tiempos. Pero siempre hay alguien, aunque sea uno solo, que no se pliega. Y ésta es la gran quiebra interior de los tiranos de toda la vida; y lo que siempre, por tarde que sea, les lleva a caer.


"Usted solo toma de cada lugar lo que le interesa, lo cual me parece intelectualmente deshonesto"


He entrado a discutir todos los puntos objetivos e incluso con apariencia objetiva que ustedes me han planteado, y no me hurtado a ninguno de ellos. No pretenderá también que dialogue sin medida con sus particulares creaciones mentales y demás lucubraciones subjetivas...


"...“solo los de la Escuela de Salamanca”… ¡qué soberbia!..."


Por favor, relea la frase antes de condenarme: "Sólo la Escuela de Salamanca... ya echaron las bases de un sistema democrático".
Salta a la vista que, con la inclusión del adverbio "ya" en correlación con "sólo", estoy queriendo decir: 'Empezando, sin ir más lejos, por la Escuela de Salamanca...' Y de ningún modo pretendiendo que no haya más pensamiento político fuera del de los salmantinos, por Dios...


"Es inútil que le diga que lo que más valoro de Teón no son sus teorías astronómicas."


No hace bien metiéndolo todo en el mismo saco para tratar de mostrar que yo nunca escucho. Usted contó a Teón entre los neoplatónicos, y eso es un error independientemente de mi supuesto carácter 'nada dialogante'...


"Los cristianos son buenos para usted siempre excepto algún incontrolado que, en cualquier caso, mata con menos sadismo que los demás. Por favor, seamos serios. Usted es incapaz de asumir que uno puede vivir dignamente sin pensar como usted ni, sobre todo, sin compartir la fe que dice tener. Yo creo que solo tiene fe en organización burocrática que se arroga la mediación con Dios."


Es que ya le digo que no sé de cuál de mis palabras se saca usted todo esto, pero, en fin, por mí puede seguir...


"He conocido personajes como Jorge de Burgos, enemigos de la risa y empeñados en que la mierda de vida que ellos llevaban nos tenía que salpicar también a los demás."


No lo dudo, pero yo creo que es más importante mostrar a la gente que el libro II de la "Poética" de Aristóteles no se perdió por las sevicias de un Jorge de papel reciclado, ni de un Guillermo de escaparate del FNAC, sino por causas harto más azarosas, naturales y prosaicas. A estas surrealistas obviedades hemos tenido que llegar hoy con tanta cristofobia de baratillo anegándolo todo de vulgaridad, mediocridad y mentira.


"Por cierto, y citando a don Umberto, aún no sé su nombre."


No importa, es insignificante. Comprenderá, además, después de todo lo hablado, que no se halla ante un nominalista... :-)
Gracias por su paciencia, por su cultura y por su generosa disposición a charlar con "distintos" :-)

David P.Montesinos said...

Gracias a usted por idénticos motivos y por el esfuerzo de contrastar ideas. Mis disculpas si en algo he resultado ofensivo. Por mi parte lo dejo ya.

imperfecto said...

"Llevo en las aulas desde que eché los dientes hasta hoy. Primero sentado en el pupitre, y luego, sin solución de continuidad, sobre la tarima del profesor. Y le aseguro que mis alumnos y alumnas piensan justo lo contrario que usted, y así lo manifiestan. En especial, los antiguos, cuyo testimonio lógicamente es el más objetivo".

Magister dixit... y supongo que se queda usted con el platonismo franciscano por encima del aristotelismo dominico, era de suponer...

"Eso me recuerda, sin que tenga que ver con usted, que también yo veo a muchos creyentes pagar en el cine por contemplar su burla y aplaudir su propia caricatura hasta llegar a enrojecerse las manos. Debe de ser el signo de estos tiempos. Pero siempre hay alguien, aunque sea uno solo, que no se pliega. Y ésta es la gran quiebra interior de los tiranos de toda la vida; y lo que siempre, por tarde que sea, les lleva a caer".

Ortodoxia teológica y moral, magníficas fuentes de las que alimentar el fundamentalismo, perfectamente previsible...

"He entrado a discutir todos los puntos objetivos e incluso con apariencia objetiva que ustedes me han planteado, y no me hurtado a ninguno de ellos. No pretenderá también que dialogue sin medida con sus particulares creaciones mentales y demás lucubraciones subjetivas"...

Falso, amigo, no ha dado una sola prueba que demuestre el odio hacia los cristianos, ni una, salvo que asocie de forma irremisible discrepancia y rechazo, analogía, por otra parte, nada singular y muy utilizada por la intolerancia de quién no acepta al contrario.

"Gracias por su paciencia, por su cultura y por su generosa disposición a charlar con "distintos" :-)

La hipocresía elevada al bochorno. Mire, me trae al pairo, como comprenderá, el blog no es mio, y yo no soy David, pero tiene usted muy poca vergüenza, además de un alto grado de cobardía. Ha venido aqui a jugar con ventaja, a soltar su soflama infame y a terminar con una sonrisita ante quién, a pecho descubierto, expone con exquisita elegancia su punto de vista. Entiendo que no pueda desahogar la mala baba de la que hace gala en su anodina actividad docente pero no es justo que venga aqui a desparramar intolerancia, mentira y soberbia ante quién el nominalismo es una postura ante la vida.

¿Y usted dice ser odiado?, usted rezuma odio, y lo que es peor, lo ha personalizado sobre alguien a quién, estoy convencido, conoce de algo más que de entrar en su blog...

Repugnante, amigo.

un saludo.

Tobías said...

Tienen ustedes la fea costumbre, y digo ustedes puesto que suele ser gente de orden la que incurre en este defectillo con mi humilde persona (cierto, he puesto un San donde no tocaba), de mostrarse faltoncetes a la hora de responder. Mis conocimientos de historia antigua deben estar aproximadamente al nivel de los suyos sobre historia contemporánea, dado que confunde alegremente a un personaje de Eco con cierto olvidado político de moderadas tendencias encargado de realizar, allá por 1833, una nueva división provincial de nuestra muy católica España.

Como le veo a usted crecido (Gibbon, presa fácil, más o menos como Juan Ginés de Sepúlveda, al que obvia con prudencia) me gustaría que me recordará quién, dónde y cuándo ha refutado el documentado y monumental trabajo de Dechsner. Y cierto, larga trascendencia y eficacia tuvieron todos esos, extraordinarios, personajes que pergeñaron el derecho internacional. Por ejemplo, y lo digo sin ironía, antes de esclavizar miserablemente en nombre de Dios y del imperio a los pobres inditos les leíamos cortésmente el Requerimiento. Todo legal y santificado por la Iglesia.

El ninguneo de Diderot y su desprecio por Rousseau lo único que me sugieren es pena por su auditorio y miedo por lo que pueda salir de ahí.

Pues lo siento, usted no ha leído a Canfora o no tiene ni puñetera idea de quién es. “Una profesión peligrosa”, página173: “El primer conflicto se produjo cuando Cirilo quiso echar a los judíos, emprendiendo la persecución de esa antigua comunidad, establecida en Alejandría desde la misma fundación de la ciudad”. Sócrates Escolástico, que no acabo de entender por qué ha de tener más credibilidad por ser cristiano y por disimular y crear todas las cortinas de humo posibles, puede decir lo que le venga en gana. Pero lo cierto es que Orestes protestó ante el gobierno central contra la oleada de violencia desatada por Cirilo y luego pagó por protestón ante los muchachos de Ammonio. El problema es que Orestes actuaba con equidad ante todas las comunidades y eso no podía ser admitido ante quien aspira a ser no solo hegemónico sino exclusivo. Y qué casualidad, siempre son los judíos los que instigan y provocan hasta que la gente de bien se harta de tanta infamia y tiene que salir gallardamente a apalearles o si se da el caso, gasearlos pulcramente.

Hombre, ¿qué quiere que le diga? Yo solo recordaba la generosidad con la que algunos santos varones (santos por haber sido canonizados por la noble institución eclesiástica) han calificado a la mujer.

Su elucubración sobre lo que interesó o no a Focio sobre Filostorgio es más bien dudosa: primero, incluyó el libro de un arriano entre las lecturas colectivas que llevaba a cabo con sus discípulos; segundo, realizó una síntesis de la Historia Eclesiástica de Filostorgio en el capítulo cuarenta de su Biblioteca; tercero, extrajo una enorme cantidad de citas que utilizaba en sus lecciones; y cuarto, la parte dedicada a Hipatia está recogida íntegra. Por cierto, sabía que era del siglo IX, gracias por la información. Y ahora explíqueme usted las razones por las que son más creíbles las ambigüedades de un ortodoxo como Sócrates Escolástico (“arrojó la infamia sobre Cirilo porque estragos, batallas y otras cosas por el estilo son extrañas a aquellos que se inspiran en Cristo) que las afirmaciones de un arriano nacido hacia el 368.

Y ya que estamos, abusaré de sus conocimientos para que me critique la afirmación del cronista de Antioquia Juan Malalas, quien en tiempo de Justiniano escribe lo siguiente: “En aquella ocasión, los Alejandrinos, autorizados a actuar por el obispo, por su propia mano arrojaron a la hoguera a Hipatia, la gran filósofa de la que se cuentan grandes cosas”.

Anonymous said...

"Magister dixit... y supongo que se queda usted con el platonismo franciscano por encima del aristotelismo dominico, era de suponer..."


No, se equivoca usted. En esto yo soy diáfanamente paulino (del genuino Pablo, claro, no del del guiñol de Amenábar): "Examinadlo todo y quedaos con lo bueno", ya sabe...


"Falso, amigo, no ha dado una sola prueba que demuestre el odio hacia los cristianos, ni una..."


Pues créame que lo lamento. Al menos para mí, mentir falseando y adulterando la realidad de una historia constatada, para dañar a alguien o a algún grupo difamando su memoria y a sus figuras, es una manifestación indiscutible de odio semejante al que practicaban los nazis con la historia judía en los años previos al Holocausto. Algo es algo si esto ha quedado establecido al menos para este servidor de ustedes (por supuesto, después de haberlo estudiado muy a fondo, como ha podido comprobar).


"La hipocresía elevada al bochorno... tiene usted muy poca vergüenza, además de un alto grado de cobardía... soflama infame... desahogar la mala baba... anodina actividad docente... desparramar intolerancia, mentira y soberbia..."


Yo creo que tampoco hacía falta insultar, la verdad.


"...sobre alguien a quién, estoy convencido, conoce de algo más que de entrar en su blog..."


Le juro que no conozco de nada al blogger, ni a ninguno de ustedes, ni había tenido noticia de este blog antes de que me tropezara con él por puro azar "googleano".
Y este que jura es profundo creyente, ¿le sirve?

imperfecto said...

Bien, no me duelen prendas en reconocer mi error, si usted lo jura, siendo creyente, será verdad, le creo.

En cuanto a los insultos... verá, yo tampoco le conozco a usted, por lo que unicamente califico conductas, expresiones, sentimientos interpretados por mi, no se sienta entonces insultado, no obstante retiro todos los calificativos que le hayan podido resultar ofensivos dejando a su criterio el posible indulto de alguno de ellos, nadie mejor que usted sabrá si alguno lo merece...

me parece vislumbrar, corríjame si me equivoco, que también usted ofrece algún síntoma de rectificación si, como creo entender, ciñe ese visceral odio anticristiano a las mentirijillas de un director de cine ávido de fama y prestigio... nada que ver con la conspiración universal que se atisbaba en anteriores posts...

claro... que después remata situando en un mismo plano la "manipulación" de Amenabar con la política de exterminio nazi... vuelva a disculparme, pero me deja anonadado, no lo vaya a tomar nuevamente como un insulto, mi capacidad de rectificación ha sido más que superada...

en cuanto a su caracter paulino, si usted lo dice...

permítame, no obstante, que ponga en cuarentena las palabras de un converso que deja elegir entre aquello que el propone, espero que su abanico sea de más amplio espectro, por el bien de sus alumnos, más que nada.

cordial saludo, ha sido un placer.

Anonymous said...

"...confunde alegremente a un personaje de Eco con cierto olvidado político..."


Hombre, ahórrese usted esa clase que hace mucho que aprobé la Selectividad. Si, en efecto, confundí al tal Jorge de Burgos, con el Javier de 1833; será porque algo sé de ambos, y se ha dado una confusión en el estricto sentido del término, ¿no?


"...Juan Ginés de Sepúlveda, al que obvia con prudencia..."


Cuando quiera discutimos sobre el sabio de Pozoblanco, aquí o donde usted proponga. Me pido defenderlo. Pero eso sí: sólo acepto desafíos si es con los textos del propio Juan Ginés en la mano, y lejos de "dictámenes autorizados" de segunda, tercera o cuarta mano. ¿Qué me dice?


"...me gustaría que me recordará quién, dónde y cuándo ha refutado el documentado y monumental trabajo de Dechsner."


Veo que no termina de escribirlo bien. Pero es igual: Deschner es tan malo, tan malo que perder un minuto de tiempo en refutarlo es tirar irrecuperables jirones de vida a la basura. A Deschner se lo dejo enterito a usted.



"...antes de esclavizar miserablemente en nombre de Dios y del imperio a los pobres inditos les leíamos cortésmente el Requerimiento. Todo legal y santificado por la Iglesia."


¿Es usted el que habla ahora o le ha salido el 'discurso' de Evo Morales en Leganés...?


"Pues lo siento, usted no ha leído a Canfora..."

Le aseguro que no se hunde el mundo por no haber leído a Luciano Canfora (por cierto, qué párrafo tan prosaico e ignaro de Canfora ha transcrito usted). Es un intérprete de relumbroncillo más. Lo importante es dominar todas las fuentes, y poder leerlas directamente en su griego original. A mí con estas armas, logradas tras mucho estudio, dedicación y esfuerzo, no hay Canforas ni Manfredis de la vida que me impresionen ni me hagan pestañear.


"...Y qué casualidad, siempre son los judíos los que instigan y provocan hasta que la gente de bien se harta de tanta infamia y tiene que salir gallardamente a apalearles o si se da el caso, gasearlos pulcramente..."


El argumento del antisemitismo en este caso está fuera de lugar, porque los hechos aparecen bien perfilados. Se parece usted a Benzion Netanyahu, el hispanista y padre de Benjamin, cuya ideología sionista y el afán de hacer aflorar el racismo antisemita en cualquier contradicción que hayan tenido los judíos desde el siglo V a. C. hasta el mismísimo Holocausto, desluce muchísimo su dilatada investigación de las fuentes hebreas medievales españolas.


"...Y ya que estamos, abusaré de sus conocimientos para que me critique la afirmación del cronista de Antioquia Juan Malalas..."


Filostorgio (donde no veo yo una acusación general y clara, como no sea a los "clérigos" que él señala), y Malalas (siglo VI) tienen para mí el mismo valor como "piezas de convicción" que puede tener el obispo copto de Egipto Juan de Nikiu (siglo VII), cuando tiene a Hipatia por bruja y hechicera. Muy poco.

Anonymous said...

"...Sócrates Escolástico, que no acabo de entender por qué ha de tener más credibilidad por ser cristiano y por disimular y crear todas las cortinas de humo posibles..."


Olvidé responderle a este importante extremo.
Sócrates no sólo es un cristiano: de la consideración de su obra se concluye pronto que ante todo es un autor con excelentes dotes para la labor historiográfica. A eso se añade que parece ser que también era jurista. Y, sobre todo, era un contemporáneo de los hechos, que es lo que termina de darle la palma en cuanto a fiabilidad. La prueba es que no sé de nadie con enjundia que se atreva a abordar la historia de Hipatia y esquive a Sócrates queriendo luego que se escuchen sus razones... A veces algunos le siguen tan al pie de la letra que la cosa roza la copia servil y merecería que interviniera la SGAE para aclarar las dudosas lindes entre historiar y conculcar el derecho a la propiedad intelectual... :-)

Y no crea que Sócrates se sentía internamente presionado a dejar bien la figura de Cirilo. En absoluto. De lo que yo tengo leído intuyo que el Escolástico tiene todas las trazas de haber militado en alguna corriente heterodoxa. Muchos dicen que era novaciano (herejía que constituyó el primer enemigo a abatir en el programa pastoral de Cirilo). Así se entiende que no pusiera el más mínimo celo en preservar impoluta la inocencia de Cirilo. Yo creo incluso que era consciente de la interpretación negativa a la que abocan sus palabras para todo lector que beba los vientos por ver manchada la reputación de San Cirilo (pero sobre todo pringada a la Iglesia que lo canonizó, que es el poco original afán que a buenas horas guía a Amenábar, después de tantísimos otros muy superiores a él en talento).

David P.Montesinos said...

El placer es mío, querido Imperfecto por acercarte por estos pagos. No creas que no lo valoro, tanto como tener la humildad suficiente para rectificar y disculparse por algún exceso en la escritura. Especialmente lúcida la última intervención. No conozco a nuestro nuevo interlocutor, no creo que él tampoco a mí. Gracias a todos por animar este humilde lugar, me consta que otros, no solo yo, leen con interés sus intervenciones sobre tan apasionante tema.

Anonymous said...

Tobías:
Estaba dándole vueltas a las afirmaciones literales de Filostorgio, y es que le confieso que en el momento en que le contesté esta mañana apenas las recordaba como no fuera entre brumas.
Pero ya las tengo aquí:
"...diaspaszénai tò gýnaion upò tôn omooúsion presbeuónton".
O sea: '...fue despedazada la mujer por los que honran la homooúsion'.

¿A usted le parece de verdad serio, objetivo e imparcial el testimonio de un fervoroso y militante arriano(como era Filostorgio; no tiene más que leer los encendidos párrafos transmitidos por Focio), que acusa de la comisión material del asesinato de Hipatia a los partidarios de la divinidad de Cristo (según el original término sancionado por el Concilio de Nicea)?

Tobías said...

Me decía un conocido mío que es difícil entender que haya personas que acumulen esforzadamente conocimientos para después sostener opiniones indefendibles, hasta incluso lo éticamente despreciable. Por ejemplo, para justificar a baluartes de la ortodoxia imperial, legitimadores del sometimiento de quién es ajeno a la ley natural que ellos mismos han inventado (ese desprecio al indígena por civilizar que se hace manifiesto en las actuales y aristocráticas burlas al presidente boliviano). Verá, no he dejado “jirones de mi vida” visitando a Sepúlveda, me he conformado, llámeme usted ventajista, fiándome de sus poderosos enemigos: leyendo a Las Casas o asimilando las tesis de los erasmistas españoles, directamente o a través de segunda manos que no creo se atreva usted a discutir como Marcel Bataillon. Y ya que ventila tan expeditivamente al malo malísimo de Deschner (gracias por la corrección ortográfica. Estoy a su disposición para arrojar luz, si es que esta terminología ilustrada no le ofende, sobre las pequeñas diferencias entre Manfredi y Canfora) le diré que precisamente su obra, de tan llamativo título pero riguroso contenido, trata de demostrar que los campeones del cristianismo han pisoteado sus ideales sistemáticamente a lo largo de la historia, que siglo tras siglo han hecho lo contrario de lo que predican. Nuestro amigo Sepúlveda sin ir más lejos: frente al respeto al Evangelio de los erasmistas que rechazan toda guerra como prohibida por la ley divina, presto y dispuesto el muy casticista Juan Ginés se apresurará a legitimar las conquistas haciendo compatible la violencia con la religión cristiana.

Dice el mismo Bataillon que algunos contemporáneos de Sepúlveda (menos serviles con el poder) consideraban a éste un desequilibrado, como verá no es patrimonio exclusivo de Rousseau. Y hablando de desequilibrados, ya que se declara paulino, hay pocos personajes tan viles y nefastos como el de Tarso. No cuesta reconocer su influencia en tipos como Cirilo, fanáticos que se consideran poseedores de la verdad, que no soportan los matices, que abominan de la libertad de pensamiento y de la resolución dialogada de los problemas. Escribe Cioran que Pablo convirtió el cristianismo en una religión poco elegante al introducir la intolerancia, la brutalidad y el providencialismo; a partir de Pablo ya no se piensa, se venera.

Tobías said...

Yo, por supuesto, no rechazo las informaciones de Sócrates Escolástico, pero creo que para hacernos una composición de lugar lo más aproximada posible es necesario tener en cuenta las otras fuentes, incluyendo a Juan de Nikiu. A Cirilo se le tacha en las fuentes antiguas de intolerante, implacable y ansioso de poder; sus actos refrendan estas informaciones: primero la eliminación de herejes, luego una especie de pogrom que usted trata de disimular con las provocaciones de los judíos pero que eliminó un importante contingente de población alejandrina, decisivo también para la economía de la zona (y supongo que el antisemitismo cristiano es también un invento del sionismo). No tome a Hipatia si no quiere como el símbolo de un mundo luminoso destrozado por la brutalidad oscurantista de los cristianos, véala simplemente como una defensora de la necesidad de solucionar los problemas mediante el diálogo (en el ágora) y no por la violencia, considere que fue alguien que no aceptaba la ingerencia eclesiástica en los asuntos públicos. Y ahora pregúntese a quién benefició su asesinato, qué pasó tras la caída de Orestes. El mismo Juan de Nikiu lo reconoce expresamente. ¿Por qué Nikiu habla de Hipatia como una bruja peligrosa a la que hay que dar muerte? ¿Por qué y quién se encargo de difundir que Hipatia estaba formulando hechizos satánicos contra los alejandrinos?

De acuerdo, no puede establecerse de modo incontrovertible que Cirilo planificase el asesinato pero la envidia y los celos por el prestigio de Hipatia (que confirma Sócrates), la campaña de difamación acusándola de bruja, los más que probables autores materiales (los parabolanos) subordinados a la Iglesia, el conflicto de poder con Orestes en el que Hipatia se constituía como uno de los principales obstáculos para la victoria de Cirilo, son todos indicios suficientes para señalar quién estaba detrás de este auténtico crimen político. Una vez más Deschner tiene razón, Cirilo transgredió el ideal del cristianismo para favorecer intereses demasiado humanos.

Anonymous said...

"...éticamente despreciable. Por ejemplo, para justificar a baluartes de la ortodoxia imperial..."


Con lo de "ortodoxia imperial", ¿se refiere usted a un imperio que fue capaz de examinar su conciencia y someter al juicio de moralistas y filósofos la ética de sus conquistas (convocando la gran Controversia de Valladolid de 1550-1551)? ¿Sabe de algún otro imperio --creyente, indiferente, laicista o ateo-- que lo haya hecho en toda la historia?


"...legitimadores del sometimiento de quién es ajeno a la ley natural que ellos mismos han inventado (ese desprecio al indígena por civilizar..."


El pobre Sepúlveda se pasó toda la vida queriendo hacerse entender, frente a la abrumadora censura y la tergiversación que sobre su pensamiento infligía el intransigente --y en efecto, poderoso enemigo-- Las Casas, venerado como un santo y sobreprotegido por el "poder imperial" (la prohibición real lograda por fray Bartolomé de publicar las obras de Sepúlveda mantuvo su vigencia durante siglos enteros). Juan Ginés mismo lo lamenta impotente en carta personal a su amigo Francisco de Argote:

«Cierto es, ¡qué duda cabe! que no es en modo alguno legítimo el despojar de sus bienes, así como el reducir a esclavitud a los bárbaros del Nuevo Mundo que llamamos Indios. (…) Yo no mantengo que los bárbaros deban ser reducidos a la esclavitud, sino solamente que deben ser sometidos a nuestro mandato. No mantengo que debemos privarles de sus bienes, sino únicamente someterlos, sin cometer contra ellos actos de injusticia alguna. No mantengo que debemos abusar de nuestro dominio, sino más bien que éste sea noble, cortés y útil para todos. En tu carta me dices que consideras justo que los más fuertes y poderosos impongan su autoridad a los más débiles. Supongo lo dirás con la siguiente restricción: mientras el motivo para hacer la guerra, e imponer por ende la autoridad, sea justo».

Anonymous said...

"Nuestro amigo Sepúlveda sin ir más lejos... se apresurará a legitimar las conquistas haciendo compatible la violencia con la religión cristiana"


Escúchele a él, al 'desequilibrado' Sepúlveda, mídalo primero con los baremos mentales de su tiempo, y dígame luego cómo les habría ido a los siglos XIX y XX si a su inédita y fiera violencia la hubiese guiado una pizca siquiera del humanismo sepulvedano:

«Para que no mueran los hombres inocentes, con indigna muerte, se manda conservar a todos, por ley divina y natural, si se puede hacer. Y como estos bárbaros matan cada año muchos miles de inocentes en los impíos altares de los demonios, pues consta que sólo en Nueva España, acostumbran a matar más de veinte mil al año, y esto sólo puede prohibirse si se los sujeta al imperio de hombres buenos y que aborrecen tales sacrificios, como son los españoles, ¿quién dudará que por esta única razón, justísimamente podrían y pueden ser sometidos?».
«El corregir a los hombres que yerran peligrosamente y que van seguros a su perdición, ya lo hagan por ignorancia o a sabiendas, y el traerlos a la salud, aun contra su propia voluntad, es de derecho natural y divino, y un deber que querrían cumplir todos los hombres aun para con aquellos que no quisiesen ser salvados».
«Si, según este precepto, calculamos los bienes y los males que reporta esta guerra a los bárbaros, sin duda, los males quedan anulados por la muchedumbre y valor de los bienes, pues la suma de aquellos es que se ven obligados a cambiar de príncipes y que son privados de una gran parte de sus posesiones, principalmente del oro y la plata, metales que, entre ellos, son de poco precio, ya que no usan monedas de uno ni de otro y, a cambio de esto, reciben de los españoles, hierro, que es mucho más conveniente para múltiples usos de la vida, esto sin contar el trigo, cebada, muchos géneros de árboles frutales y hortalizas, caballos, mulas asnos, ovejas, bueyes, cabras y otras cosas nunca vistas antes por los bárbaros y que, enviadas desde aquí, llegan felizmente a aquellas regiones. Y con la utilidad de cada una de estas cosas se supera largamente el provecho que los bárbaros sacaban del oro y la plata. Añade las letras, de las que eran totalmente ignorantes, y la humanidad, las buenas leyes e instituciones y, lo que vale por sí solo más que todo lo demás, el conocimiento del verdadero Dios y de la Religión Cristiana. Examinadas estas cosas, afirmaré: que los que tratan de impedir tal expedición, para que no vengan los bárbaros al poder de los cristianos, no quieren favorecerlos, como dicen, sino privarles, cruelmente, de los mayores y más copiosos bienes, que, con su ignorante e importuna sentencia, o se quitan del todo o se reducen muchísimo».


"Escribe Cioran que Pablo convirtió el cristianismo en una religión poco elegante al introducir la intolerancia, la brutalidad y el providencialismo..."


¿Y eso cuándo lo escribió Cioran: antes o después de caer fascinado por el nazismo...?

Anonymous said...

"...la eliminación de herejes, luego una especie de pogrom que usted trata de disimular con las provocaciones de los judíos pero que eliminó un importante contingente de población alejandrina..."


Cirilo no eliminó ni a unos ni a otros: a los novacianos de su diócesis les confiscó las iglesias y les requisó los ornamentos; a los judíos los sometió al expolio y al destierro tras su inhumana y mortífera acción. Luego regresaron.


"...(y supongo que el antisemitismo cristiano es también un invento del sionismo)..."


Antisemitismo es un calificativo injusto amén de anacrónico en el contexto eclesiástico. Antijudaísmo es más correcto (y lo digo con pena de no poder explicar aquí los lamentables pormenores históricos que abocaron a esa actitud). Con todo, nunca faltaron distintas sensibilidades dentro de la Iglesia. Confronte, sin ir más lejos, cómo las manifestaban en sus escritos nuestros dos amigos de arriba:
«los judíos, por el delito que cometieron matando a Cristo, son de derecho siervos de la Iglesia» (del cristiano nuevo fray Bartolomé DE LAS CASAS).
«Sisebuto, rey de España, que obligó a los judíos a hacerse cristianos, aplicó la fuerza a sus súbditos, y, sin embargo, no por ello fue aprobada su acción, pues tal fuerza, compeliendo simple y directamente al cristianismo, se tiene por inútil, pues no puede obligar la voluntad y crea, forzosamente, relapsos».
(del cristiano viejo Juan Ginés DE SEPÚLVEDA).


"...qué pasó tras la caída de Orestes..."


No cayó: se marchó de Alejandría tal y como había venido unos pocos años atrás. Ese extraño Edesio, citado por Damascio, nadie sabe hoy quién es ni a quién servía. Y sí: con la muerte de Hipatia se aquietaron los enfrentamientos para el resto del pontificado de Cirilo. Pero con esta única "prueba" no podría condenarle ni siquiera un juez moderno. Él, por su parte, ya nunca a lo largo de los siglos se libraría del dedo acusador. Imagínese si un día resulta que era inocente...


"... la envidia y los celos por el prestigio de Hipatia (que confirma Sócrates)..."


No encuentro en Sócrates --en otras fuentes tardías sí-- esa envidia y esos celos por parte de San Cirilo.


"Una vez más Deschner tiene razón..."


La vida está llena de "Deschners". Líbrele a usted el cielo de caer bajo el celo imputador de alguno de ellos. Pero a mí me consuela pensar en este momento que mientras sea Deschner (o Amenábar) el que tiene razón...