Friday, February 07, 2020

BYE, ALBION, BYE

Es posible que muchos europeos del sur hayan caído por fin en la evidencia, aunque sospecho que todavía habrá quien, ni con el disparate del Brexit ni viendo el 10 de Downing Street ocupado por un hooligan lamentable, habrá caído en la cuenta de que el UK es hoy cualquier cosa menos un reino admirable. 

No me escandaliza el influjo del anglicismo. El inglés es la "koiné" del mundo moderno, no tiene la gracia del francés ni la riqueza del español, pero es una lengua pragmática y manejable. De las islas vinieron cosas tan grandiosas como Shakespeare, Defoe, Dickens, Stevenson o Conan Doyle. Si salgo de la literatura me encuentro con Newton, Darwin o Fleming, con los Beatles o los Stones, con Cook o Shackleton... demonios, no acabaría uno. Hubo un tiempo en que cuando la joven que te gustaba se iba a vivir una temporada a Londres pensabas que ya no regresaría, pues a buen seguro habría de encontrar en las islas un amante fuera de tus posibilidades. Tal era nuestro complejo de inferioridad con aquel país que había inventado el fútbol, determinaba qué era y qué no era cool, y tenía a gala haber ganado todas las guerras. 

Pero, lo siento por los papanatas, la gloria británica ya no vale ni como leyenda. Hemos descubierto que se entiende mejor a Inglaterra con Ken Loach o incluso Benny Hill que con las pretenciosas guitarras de Pink Floyd o las frases lapidarias de aquel bull-dog patriotero que fue Churchill. Les doy más carnaza. La Reina Victoria era una enana reprimida y malhumorada, como por cierto han sido todos las reinas inglesas, tipas irascibles con ganas de cortarle el cuello en la Torre a cualquiera que les mirara mal y con un pésimo gusto para vestir. Lady Di, a la que debió llamar "Princesa del Pueblo" algún tabloide de borrachos, era una pasiva agresiva de manual, Paul Mcrtney siempre me pareció un tonto del culo, Sir Francis Drake era un forajido y un carnicero, Beckam fue un futbolista de segunda, Elton John es un hortera... Podríamos referirnos a su apestosa gastronomía, a su afición enfermiza a esa bebida para bárbaros que es la cerveza o a su predilección por prácticas deportivas tan ridículas como el golf, el cricket o la caza del zorro. 

Entre los anglófilos abundan quienes atribuyen a la intelectualidad británica el mérito de haber inspirado las luces de la modernidad. Muchos asocian el sentido individualista de la libertad al pensamiento liberal de Smith y Locke, dejando para los franceses una tendencia radical y republicana que, en el fondo, dicen, identifica a pueblos gregarios. De igual manera acusan a los alemanes de abandonar la flema a menudo y sacar su lado bárbaro, cuando les da por invadir y pasar a cuchillo a sus vecinos. 

Muy bien. Quizá haya algo de verdad en todo esto, pero yo, de la grandeza británica, ya solo encuentro los restos de un naufragio. Allá quien quiera aferrarse a esos pecios, pero hace ya mucho que del UK solo llegan cosas desagradables. Si quieren les hablo de las borracheras colosales a bajo precio de los adolescentes en Lloret de Mar, de los hooligans haciendo el cafre, del balconing... Recuerdo una imagen que se me ha quedado grabada. Valencia, Plaza de la Reina. Un par de gordos rubios y descamisados bebían cerveza con los pies sobre la mesa a unos metros de la Catedral. Soy ateo, pero, joder, aquel día entendí que a la Mare de Deu se la respeta, par de fucking mothers. También me pregunté qué habría pasado si en vez de ingleses hubieran sido "moros"... pero es que los árabes sí respetan ciertas cosas. 

Lo más influyente que ofrece UK hoy en día es bastante cutre, qué quieren que les diga. La dramática recesión económica que hemos vivido y de la que aun pugnamos por recuperarnos es consecuencia del disparate ultraliberal extendido desde Londres por la señora Thatcher, seguramente el personaje europeo más siniestro y dañino del último medio siglo. La Premier League -ellos que tan puristas eran con el fútbol- es un homenaje a la especulación y el show bussiness, por cierto con equipos completamente desprovistos de jugadores locales. La City es el alter ego británico de Wall Street, toda bien llenita de brokers hijos de puta dedicados a empobrecer al mundo. 
Miren, lo peor que podemos hacer ahora es lamentarnos porque estos tipos se larguen. En los últimos meses ya empezaba a haber líderes continentales que aceptaban un "brexit duro" si hacía falta con tal de que el proceso culminara sin más tontadas y se fueran de una vez. A fin de cuentas nunca estuvieron dentro del todo. Ellos, que son muy listos, siempre quisieron jugar a doble baraja. Por eso no abrazaron el euro ni se comieron el espacio Schengen. Por eso fueron siempre unos quintacolumnistas de los yanquis. 

Hay una tendencia muy pueril a no querer entender que los ingleses son los malos de Europa, esa viejo continente que ellos creen poder abandonar. Preferimos pensar que lo son, por unas razones, los franceses y, por otras, los alemanes. No es cierto, a ambos países hay que darles de comer aparte, es cierto. Pero son ellos los que lideran el único proyecto que puede permitir a la vieja Europa no ser tragada y convertida en un parque temático de los chinos o los norteamericanos. Con la pretensión melancólica de restaurar un imperio ya extinto, lo que van a conseguir los británicos es convertirse en lo que, en gran medida, ya eran hace tiempo, unos miserables sicarios de los yanquis, además de un hatajo de bucaneros y traidores. 

Bien pensado, no deberían haberse ido, deberíamos haberlos echado. Que se vayan a la mierda.   

6 comments:

Anonymous said...
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David P.Montesinos said...

A ver, como verá aparece la huella de su comentario borrado. Le aseguro que no ha sido intencionado, ya le he dicho que blogger anda dándome problemas. Lo he leído junto a otros que usted me había dejado últimamente y que como verá he pasado a publicar. En este dice que lo de mis críticas a UK y su brexit son una "rabieta" y que lo mejor que podíamos hacer todos con la Unión Europea es imitar a los británicos, salirnos y darla por disuelta. Bien, a mí también se me pasó por la cabeza esta hipótesis cuando la Recesión y ha vuelto a hacerlo ahora, después de las re-pug-nan-tes palabras del ministro holandés y que el primer ministro portugués puso a la altura que se merecían. Mire, Europa tiene muchos problemas, algunos internos y otros que vienen de fuera. Por citar un único ejemplo, la existencia en el continente de paraísos fiscales, incluyendo por cierto el Peñón de sus amigos ingleses, es un asunto lo suficientemente grave para sospechar de cómo se ha construido la Unión. Y habría muchos más en relación al modelo de moneda única, la diversidad de políticas, los grilletes a los que someten las élites financieras y especuladoras a los sistemas de gobernanza nacionales, la relación entre norte y sur... Como ve no soy acrítico con el asunto. Pero ya ve, sigo siendo un cándido europeísta. Uk sueña con un imperio que ya no existe mas que en la Bolsa de la City. Los británicos han cedido a las llamadas de sirena de demagogos cargados de racismo y de insolidaridad. El brexit es malo para el que se va y para los que se quedan. Si nosotros nos saliéramos, ¿de verdad cree que nos iría mejor? Si la Unión se da por cancelada, ¿de verdad cree que sería mejor para todos los europeos? ¿Se ha preguntado por qué el señor Trump está tan interesado en que la Unión no prospere y se vuelva inviable? No necesitamos menos Europa, necesitamos otra Europa.

Anonymous said...

Es un poco difícil contesta a una réplica cuando no existe mi comentario, aun así, le diré que los ingleses no son mis amigos, creo recordar que lo que dije es qué no somos quien para darles clases de democracia. Por otra parte ¿Cuándo he negado la necesidad de una Europa unida? Sea usted preciso, más Europa es o no decir nada o recurrir a su extensión geopolítica sin hacer la más mínima crítica a su funcionamiento en los últimos 30 años.

Hemos vivido episodios demoledores, Grecia es muestra de canibalismo financiero Europeo. Algo impensable en EE.UU incluso dudo que en Mercosur, la UE no ha demostrado más que ser un consejo de administración económico, aromatizando el tratado de Maastricht con un perfume de valor nulo en tanto a los derechos generales frente a los gigantes económicos. No ha logrado convencerme con su réplica, no aporta nada que no sea un cierto gusto por atacar a quienes no estamos en su línea.
¿Cómo se presiona a los países del norte que tienen una situación financiera totalmente distinta a los del sur? Según usted, bajándose los pantalones y mendigando, dado que no aporta usted nada más que obviedades como “más Europa”, si, pero ¿Cómo, cuándo? ¿Será necesario transmitir a nuestros socios Europeos que si no están con nosotros en este momento, esta unión no sirve para nada?
No entiendo su replica.

MA

Unknown said...

¡Joder,David,tienes mas razon que un santo¡Pero te has pasaooo...¿No crees?

David P.Montesinos said...

Hola, MA, ya enuncié lo que consideraba una disculpa. Leí su comentario y lo borré de forma no intencionada. Por más que usted,regresando a su antiguo modus operandi, busca pelea donde yo no se la ofrezco, lo que digo es lo que digo y no lo que usted se empeña en que diga. El texto tiene un tema y una tesis, su objeto no es explicar lo que no funciona en Europa, sino cuestionar la legitimidad de la trayectoria británica en la Unión, que acaba con un Brexit que me parece nefasto, sin perjuicio de que éste es resultado de una trayectoria anterior igualmente discutible. La relación británica con el continente me parece equivocada y, sobre todo, en estos momentos responde a intereses muy cutres y a rescoldos mezquinos de un imperio que ya no es. Mi condición patria no me autoriza a darle lecciones de democracia a nadie, pero mi condición de ciudadano, y de ciudadano europeo, me autoriza a cuestionar comportamientos de sus Estados miembros, incluyendo de quienes deciden abandonar el barco. Si quiere le diré lo que pienso del asunto griego, del asunto holandés, del alemán... de todo lo que ha convertido la Unión en una comunidad de mercaderes y, lo que es peor, de especuladores. Dudo que choquemos en esto. Pero ya le he dicho que no es este el tema. Me preocupa y mucho la mirada paleta con la que desde el sur observamos desde hace mucho a los británicos como si fueran la reserva espiritual de Occidente y una vanguardia cultural que yo hace ya mucho que dejé de creerme. Y, para evitar malas interpretaciones, hay británicos enormemente inteligentes que han criticado la demagogia de la que usted habla y que les ha sacado de la Unión. Por favor, deje de decir que tengo gusto en atacar a quien no piensa como yo. Usted sabe que eso no es cierto.

David P.Montesinos said...

¿Quién eres, unknown?