Wednesday, December 05, 2018

PERSEVERAR

Adiós a la excepción española. El auge de la ultraderecha en Europa -sin olvidarnos de los casos Trump o Bolsonaro- encuentra unas condiciones de posibilidad que no son sustancialmente diferentes a las que encontramos en nuestro país. Algunas actitudes de los integrantes de Vox o de su electorado más veterano invita a pensar en un rebrote del viejo franquismo, azuzado por el asunto del Valle de los Caídos. Hay además una singularidad española con el asunto de la secesión catalana, que para un significativo porcentaje de españoles es consecuencia de la blandura del Estado con los nacionalistas. Sin embargo, si sólo fuera eso, únicamente los fanáticos habrían buscado una alternativa PP o a Ciudadanos, cuya actitud respecto al problema catalán es cualquier cosa menos titubeante. 

Hay más, mucho más... esta ultraderecha es antes lepenista, trumpista o bolsonarista que franquista. Estamos ante un voto de castigo ante la corrupción, pero, sobre todo, es un voto contra la inmigración. No sé cuál es el perfil socio-económico del votante de Vox... Sé lo que piensa, y lo que piensa es que estamos siendo invadidos por gentes que vienen a quitarnos el trabajo, llevarse a nuestras mujeres, llenar las ciudades de mezquitas y crear bandas de maleantes. En este sentido, el caso andaluz podría asimilarse al francés, con ejemplos paradigmáticos como el marsellés, donde, al socaire del crecimiento del paro estructural y de la inmigración, el antiguo voto obrero y comunista se convirtió en un voto de autóctonos desclasados o precarios contra los extranjeros. 

Por supuesto el PSOE andaluz no es inocente. Desde el principio muchos percibimos el "susanismo" como un producto de la burocracia del partido. El ascenso de Díaz ha sido visto como un factor de continuismo respecto de los encausados Chávez y Griñán antes que de socialismo real. Los miles de enchufados por el Partido que ahora tiemblan, aterrados ante la perspectiva de que se acabe el chollo, dan a pensar en eso a lo que llaman "clientelismo político", que es tan nefasto en la izquierda como en la derecha. No me gusta que gobiernen el PP y Ciudadanos, pero entiendo que haya una voluntad de cambio... a veces es necesario aunque sólo sea por higiene. 

Pero lo preocupante no es que la izquierda haya perdido, lo preocupante es Vox. Está por ver si habrá un acuerdo de gobierno con los ultras, pero hay que recordarle a los próceres del PP que siempre han criticado los pactos "entre perdedores". Y tampoco me olvido de los ataques insistentes a Sánchez por pactar con "anticonstitucionalistas y antisistema". 

Hablando de antisistema, tiene su aquél que la gente de Vox declare representar a los "indignados". Curioso desplazamiento semántico: los "indignados" del 15M reaccionaron contra la evidencia de una estafa llevada a cabo por las élites económico-políticas, la indignación de Vox se dirige contra los inmigrantes, las mujeres o los gays. 

Debemos asumir que ha caído uno de los últimos mitos de la democracia española, el de que no regresaría el fascismo a las instituciones. Quizá en el fondo es el mito del progreso en la educación democrática de los ciudadanos el que se desploma. Por cada paso que damos en la modernización del país -y ciertamente los damos-, hay otro regresivo que nos devuelve a la barbarie y la intolerancia. La conclusión es que debemos quitarnos de encima la confortable pereza que nos inclina a vivir como si la democracia estuviera asentada y firme de una vez por todas, como si estuviera libre de amenazas y no hiciera falta protegerla a cada momento. 

¿Cómo tomarnos este nuevo fenómeno que nos amenaza? Asumiendo que nunca se termina de luchar, es así de sencillo. Sigamos defendiendo la igualdad entre los sexos en las escuelas, protejamos la universalidad de la salud pública, invitemos a los homosexuales a seguir saliendo a la calle para exigir igualdad, protejamos los derechos de autogobierno conquistados por los distintos pueblos del Estado... En realidad, y bien pensado, deberíamos seguir viviendo como si Vox no existiera. Su irrupción sólo debe servir para que perseveremos. 
  

No comments: